Lecturas del Sábado de la 25ª semana del Tiempo Ordinario
MISA DEL DIA
http://www.magnificat.tv/es/taxonomy/term/1EVANGELIO DEL DIA
http://www.radiopalabra.org/IMG/mp3/25_7_TO.mp3Sábado, 27 de septiembre de 2014Primera lecturaLectura del libro del Eclesiastés (11,9–12,8):
Disfruta mientras eres muchacho y pásalo bien en la juventud; déjate llevar del corazón, de lo que atrae a los ojos; y sabe que Dios te llevará a juicio para dar cuenta de todo. Rechaza las penas del corazón y rehuye los dolores del cuerpo: niñez y juventud son efímeras. Acuérdate de tu Hacedor durante tu juventud, antes de que lleguen los días aciagos y alcances los años en que dirás: «No les saco gusto.» Antes de que se oscurezca la luz del sol, la luna y las estrellas, y a la lluvia siga el nublado. Ese día temblarán los guardianes de casa y los robustos se encorvarán, las que muelen serán pocas y se pararán, las que miran por las ventanas se ofuscarán, las puertas de la calle se cerrarán y el ruido del molino se apagará, se debilitará el canto de los pájaros, las canciones se irán callando, darán miedo las alturas y rondarán los terrores. Cuando florezca el almendro, y se arrastre la langosta, y no dé gusto la alcaparra, porque el hombre marcha a la morada eterna y el cortejo fúnebre recorre las calles. Antes de que se rompa el hilo de planta, y se destroce la copa de oro, y se quiebre el cántaro en la fuente, y se raje la polea del pozo, y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio. Vanidad de vanidades, dice Qohelet, todo es vanidad.
Palabra de Dios
SalmoSal 89,3-4.5-6.12-13.14.17R/. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R/.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.
Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.
EvangelioLectura del santo evangelio según san Lucas (9,43b-45):En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacia, Jesús dijo a sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.
Palabra del Señor
Liturgia Viva del Sábado de la 25ª semana del Tiempo Ordinario
Sábado, 27 de septiembre de 2014Introducción
El autor de este Libro del Predicador (Eclesiastés) es, de muchas maneras, un hombre moderno. Es un creyente, busca sentido a la vida, busca felicidad, no a lo loco, sino en relación al Dios de la alianza, y sin embargo la vida le decepciona constantemente. Y se pregunta: ¿por qué? No tiene respuesta completa porque le falta la perspectiva de la vida del más allá de la muerte. ¿Cómo reconciliar vida y felicidad con fe, falta de realización personal en la vida con la muerte, con la que parece acaba todo?
Evangelio. “Ellos no le entendieron en absoluto,” dice el evangelio sobre los discípulos, cuando Jesús les predice su próxima pasión. Jesús habla de sí mismo como del “Hijo de Dios”, la persona misteriosa de origen celeste anunciada por Daniel. “Debe ser entregado”, porque él es también el Siervo Sufriente de los cánticos del Segundo Isaías. Verdaderamente, todo esto, sobre uno que viene de Dios, es un siervo y tiene que sufrir y morir, es difícil de reconciliar y aceptar, al menos desde el punto de vista humano. Y también nos resulta difícil aceptar que nos digan que tenemos que seguir su ejemplo.
Oración ColectaSeñor Dios nuestro:
En algunas ocasiones
es todavía para nosotros causa de asombro
el que tu propio Hijo tuviera que sufrir y morir.
Pero al menos estamos seguros de esto:
De que tú conocías lo que era mejor para él
según tus misteriosos designios,
que tú le amaste sin límite,
y que él murió para traernos tu vida y amor.
Acepta nuestra acción de gracias, Padre, por todo ello,
y ayúdanos a guardar vivo siempre en nuestra mente
cuánto nos quieres y nos amas
en Cristo Jesús, tu Hijo, nuestro Señor.
IntencionesPara que seamos pacientes y otorguemos perdón a los que nos hieren y ofenden, roguemos al Señor.
Para que por su camino de la cruz Jesús alivie la pesada carga de todos los que sufren, roguemos al Señor.
Para que nosotros participemos con buen ánimo en los sufrimientos de Cristo aceptando los sufrimientos de la renovación en la Iglesia y las molestias y sufrimientos que forman parte de nuestra vida, roguemos al Señor.
Oración sobre las OfrendasSeñor Dios nuestro:
En estos signos de pan y vino
celebramos la memoria de la muerte y resurrección
de tu Hijo Jesucristo.
Que nuestra ofrenda no sea meramente
un bonito recordatorio del pasado.
Danos hoy la mentalidad y actitudes de Jesús
para que nosotros sepamos también
cómo amar y servir
junto con tu fiel y perfecto Siervo,
el Hijo del Hombre, Jesucristo msmo,
nuestro Dios y Señor
por los siglos de los siglos.
Oración después de la ComuniónSeñor Dios nuestro:
Nos quedamos asombrados
de todo lo que Jesús está haciendo
aquí en medio de nosotros.
Él nos visita, comparte su mesa con nosotros,
renueva nuestra fortaleza.
Queremos prestar mucha atención
a lo que nos ha dicho y a lo que ha hecho por nosotros
Esperamos que él nos ayude a entender todo esto.
Líbranos de nuestro miedo y vacilación
para seguirle en el camino del Calvario
así como en la ruta hacia la gloria y la alegría
porque creemos que todo lo que tú quieres para nosotros
es precisamente que seamos felices
ahora y para siempre, por los siglos de los siglos.
Bendición Hermanos: Jesús circuló y se movió siempre haciendo el bien. Proclamó un bello mensaje sobre el amor. Curó a muchos en sus cuerpos y en sus corazones y mentalidades. Sin embargo él moriría una muerte terrible, repudiado, traicionado y crucificado. ¿Cómo es posible eso? ¿Cómo podemos entenderlo?
Que Dios les dé a ustedes esta comprensión y les bendiga abundantemente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Comentario al Evangelio del sábado, 27 de septiembre de 2014
Conrado Bueno, cmf
Queridos amigos:
Algo importante está en juego. Lo anuncia Jesús por segunda vez, y previene al auditorio con palabras incitantes: “Meteos bien esto en la cabeza”. Otra vez, el tema de su pasión y muerte. Los jefes religiosos lo van a rechazar y, al fin, lo matarán. Pero siempre apunta a la resurrección, que, sin embargo, estaba aún lejos de su posibilidad de comprensión. El dolor, la muerte, la soledad, la enfermedad son misterios dolorosos, siempre presentes en el camino de los hombres, pero nos cuesta comprender este hecho y, sobre todo, aceptarlo. (Por supuesto, aceptar la cruz de Jesús ha de estar a mil leguas de una espiritualidad victimista o dolorista).
Después de momentos de gloria, como la transfiguración y la curación del muchacho epiléptico, y antes de tomar la decisión de subir a Jerusalén para morir y resucitar, vuelve Jesús sobre el destino que le espera. “Solo ante el peligro” y el destino de ser despreciado y ser ejecutado por sus enemigos, en Jerusalén. La reacción de sus discípulos es desconcertante: no entienden nada, les resultaba un lenguaje oscuro y, apresados por el miedo, no se atreven a preguntarle nada. Siguen agarrados a sus ideas de mesianismos políticos. Pero Jesús es el Mesías de Dios porque es “un ser para la muerte”. Es el Hijo del Hombre, no tanto como juez sino como hombre sufriente. Es el poder y la victoria que se manifiesta en la debilidad. Es la paradoja de la vida de Jesús: es Rey y es siervo; su victoria se cumple en la cruz de los esclavos; su vida es morir, morir y dar la vida por los que ama.
Para “entender” a Jesús, solo cuenta la fe y el abandono en Dios. Solo la fe descubre que en la cruz está la victoria. Aquellos discípulos que no entendían el lenguaje, tras la muerte de Jesús, dieron su vida por él, entre persecuciones y tormentos. El seguidor de Jesús, medianamente coherente, pasa por la cruz. Es que el mandamiento primero es el amor, y el amor siempre lleva aparejado el dolor, el sacrificio por los otros. Hoy tenemos, como expresión clara, tantos cristianos perseguidos; por ejemplo, en el próximo y medio oriente; y qué valientes responden, cuando llega la cruz. En Occidente, ¿entendemos este lenguaje? Junto a cristianos que responden, como los apóstoles, “te seguiré a dondequiera que vayas”, otros creyentes tienen miedo a seguir a Cristo con todas las consecuencias. Tenemos miedo a “ser diferentes”, a ser otra cosa en el mundo, a anunciar los valores evangélicos, que no son los mundanos. Podemos decir sí o decir no; pero seguir a Jesús es seguir al Crucificado.