¡Feliz año nuevo! Durante esta época del año, podemos sentir un llamado para cambiar y comenzar de nuevo. Puede que no podamos continuar ignorando los susurros de nuestro corazón que nos motivan a comenzar un nuevo capítulo en nuestra vida. Algunos podríamos comenzar una nueva dieta o programa de ejercicios, mientras que otros dan un salto de fe al cambiar de carrera o volver a estudiar.

Quizá hasta nos sintamos atraídos a iniciar una nueva práctica espiritual. Sea lo que sea, a menudo sentimos mucha emoción al inicio, pero más adelante en el camino, cuando comenzamos a enfrentar obstáculos, podríamos comenzar a dudar de nosotros y nuestras habilidades. Puede que nos preguntemos si realmente queremos continuar o si somos lo suficientemente fuertes para realizar los cambios que buscamos. Quizá hasta olvidemos por qué comenzamos en primer lugar. En estos momentos, recordar la larga distancia que ya has recorrido puede asegurarte que tienes la fuerza para perseverar. Esta semana se nos da la energía y la inspiración para comenzar un nuevo camino y también recibimos la ayuda divina para superar los obstáculos que podrían aparecer en el camino.

De niños nos atrevemos a explorar el mundo. Todo es una nueva aventura. Ya sea nuestra primera vez yendo solos al buzón o a la escuela. Quizá recuerdes una vez en la que estabas en un lugar en el que te sentías solo y asustado lejos de casa. En la vida, podríamos encontrarnos en espacios en los que nos sentimos inseguros, abrumados y asustados. De niños aprendemos que al final lograremos regresar a casa, a unos brazos amorosos, con sabiduría y fuerza. El universo nos ayuda a todos en esta semana, nos da el gran entendimiento de que en efecto podemos enfrentar el camino que tenemos en frente y llegar a casa, incluso si hay baches en el camino.

En la porción de Shemot de esta semana leemos sobre la nueva generación de descendientes de Yaakov. La familia original de Yaakov, Yosef y sus hermanos ya fallecieron, mientras que los integrantes de la nueva generación fueron esclavizados en Egipto. Ellos también se sintieron con la necesidad de provocar un cambio en su vida y buscar la libertad. Está escrito que oraron al Creador por muchos años para que los ayudara. Hasta que finalmente el Creador escuchó sus plegarias y envió a Moshé. Moshé fue enviado por el Creador para ayudar a la gente a comenzar un nuevo camino de espiritualidad y liberar a los israelitas de la esclavitud. Sus corazones los llamaban a cambiar y Moshé estaba allí para ayudarlos a enfrentar las grandes pruebas y desafíos en el camino.

Está escrito que en cada generación está presente una chispa del alma de Moshé, incluso en la generación actual. Recuerda que, como Moshé, tu espíritu es poderoso y sabio. Tu espíritu es tu vínculo con la energía del Creador, una energía que te apoyará en cualquier camino hacia cualquier meta. Si damos un paso a la vez, invocamos la ayuda de los ángeles y recordamos nuestro espíritu, haremos realidad nuestros sueños. Hemos escuchado antes que el Creador nunca nos da más de lo que podemos soportar. Los descendientes de Yaakov enfrentaron un difícil proceso, al igual que nosotros. Cada uno de nosotros nació con una tarea especial en la vida, una misión especial que fuimos enviados a cumplir en la Tierra. Sin importar lo que estés buscando lograr en la vida, recuerda en el camino que no estás solo. La fuerza, la Luz y la sabiduría del Creador están dentro de ti, te guían, te empoderan y te llevan a casa. Al igual que Moshé, ¡nuestro espíritu interno está allí para recordarnos que el principio de la mente sobre la materia es posible y que podemos lograr lo imposible!

Esta semana, da la cara al sol y al futuro con optimismo. En tus meditaciones, visualízate donde desees estar. Visualiza la vida que sueñas. Visualiza la mejor versión de ti. Visualiza a tus ángeles guardianes guiándote a lo largo del camino. Escucha la sabiduría de tu corazón. 

Ten en cuenta que las almas justas de las generaciones pasadas caminan contigo, te llevan de la mano y te muestran el camino. Ten certeza en que, sin importar lo peligroso que sea, vale la pena recorrer el camino a casa y que este podría ser la razón por la que viniste a este mundo. Hay mucha felicidad esperándote al final.

No hay lugar como el hogar, amigos míos, y junto a la ayuda del Creador, podremos llegar allí.