(KT-2001) Día 11214 "A través de la regocijante ILUMINACIÓN: InReTrospect-Eando Vivencias” by Brenda G. alias Kamala Telb

El viernes, 13 de julio de 2001 a las 9:18pm

(2001) Día 11214 "A través de la regocijante ILUMINACIÓN: InReTrospect-Eando Vivencias”

By Brenda G. alias Kamala Telb

Se me ocurre comenzar con un estruendoso “¡WAO!” en el silencio de mi exterior que se mezcla con el bullicio alegre y armonioso de mi alma. (…)  

Haré retrospectiva acerca de cómo llegué hasta este punto del pico en el que me encuentro.

El pasado mes de junio de 2001 -y más certeramente a mediados de mayo- comenzó mi proceso de desapego, de limpieza, de purificación, o como quieran llamarle al concluir su análisis respecto a mi recorrido personal.

Retomé mi pasado para resolverlo cabalmente y deshacerme de todos mis miedos y resentimientos, heridas y cicatrices.  Hice cosas que jamás había hecho; dije cosas que jamás había ni habríame atrevido a decir.  Atenté contra todos los valores que me inculcaron y sólo me enfoqué en mi plena liberación.  

Ya nada me ata a recuerdos ni añoranzas.  Me desvestí de amabilidades, cumplidos y consideraciones.  Hice urgente para mí, decir o hacer lo necesario para dignificarme.

De joven, callé tantos enojos, tanta furia, tantos reproches; me tragué tantas emociones desagradables, que saturé a “mi niña”.  

Aprendí tan y tan bien la lección de siempre respetar y comprender y considerar a los demás, que asumí la esencia de la falsa humildad: “Que todos estén bien aunque yo me joda.”  Sí, una falsa humildad porque aprendí a mancillarme por dentro.

Resentí y aún resiento a mi madre por su martilleante cantaleta de “sé perfecta” en todos los sentidos.

Siento que nunca tuve lo que necesité de ella; yo sólo pedía que me escuchara y que me aceptara tal cual era: niña, adulta, soñadora, libre... Añoré abrazos genuinos de ésos que se dan sin condiciones y sin esperar nada a cambio.  Pero sus abrazos siempre los sentí como disculpas ante algún nuevo dolor provocado por ella misma.  La vi tan hipócrita, tan manipuladora y tan servil que me resultaban insoportables sus caricias.  Al crecer dejé de besarla y de abrazarla. Lo mismo hice con padre y hasta con mi hermana.  A veces quisiera que no fueran parte de mí. (…)  De papi resiento su absurdo conformismo.  De mi hermana, su desquiciante superficialidad e ingenuidad.  De mí resiento, el callarme todo esto y el darme cuenta que lo que no acepto de ellos, son precisamente los rasgos más fuertes de mi personalidad.  

Soy perfeccionista casi hasta la inflexibilidad pero me digo conformarme por la falsa rebeldía acerca de que respeten mi imperfección.  Ante todo esto aparento ser superficial y absurdamente ingenua dando explicaciones tan estúpidas como justificación a mi conformismo al verme haber fracasado en mi intento de perfección.  

Mi parte humana se volvió un tanto complicada al resolver estas nimiedades.

En mi proceso de vida siempre me sentí diferente, y ahora lo confirmo. (…)

Las opiniones retomaron su lugar pasando de pensarlas como verdades absolutas, a ser sólo opiniones más y otras menos “razonables” para mí.  Ya no les doy tanto mérito pues son sólo una interpretación de los hechos… son sólo SU interpretación de los hechos.  Hechos que ya “hice” míos al fin, y que no pueden ser alterados o analizados justamente desde una perspectiva tan fiel como lo es la mía. 

No tengo pasado pero aun tengo familia, y sé que toda esta basura la tengo que canalizar para poder continuar evolucionando. 

Ahora bien, este proceso que vivo es mucho más grande que lo físico-terrenal.  

Confieso que ante esta “iluminación” hay momentos en los que me he sentido atrapada en este cuerpo que “pertenece” a esa familia y que va de una emoción a otra.  Otras veces agradezco y veo con buenos ojos, el poder ver más allá desde esta “condición”.  Es como un experimento de cómo puedo contradecir -y con evidencia- a todos cuantos piensan que somos sólo cuerpos que manejamos a nuestro antojo pero condicionados al capricho de un poder mayor al que denigran cuando pretenden  personificarlo.  En mi proceso de vida siempre me sentí diferente y ahora lo confirmo.  (…)

El sonido del arpa que me despertó esa liberadora y reveladora mañana del sábado 2 de julio de 2001 a las 0701 horas, me llenó de la paz que yo misma sembré durante mi paso por tantas existencias… por tantas encarnaciones.  

Fue una experiencia sublime que inundó mi espacio -y “MI ESPACIO”- de una armonía angelical que aun vivo y respiro… sostenida, firme e incansablemente.  (…) 

Ciertamente, continuaré bitacoreando introspecciones; tal vez exista un Alguien que coincida y entonces … se produzca El ReEncuentro.