"Tú eres como yo, diferente de la mayoría de las personas, eres Kamala y nada más. Dentro de ti hay paz y un refugio a donde puedes ir a cada hora del día. Yo también puedo hacerlo. Poca gente tiene ese asilo y, sin embargo, todos lo podrían tener."
En este espacio comparto algo de mis sentires y pensares mientras recorro mi propia evolución, mi propio Despertar a mi STYLE. Reconozco que las palabras son sólo la punta de un gran iceberg de un constante experienciar de vivencias. Bitacoreo... DÍAS VIVIDOS en PRESENTE PERFECTO! jeje Un abrazote, Todas mis YO's by Brenda G. alias Kamala Telb
"Algo de mis Yo's Puntosuspensivadas (…)" by Brenda G. alias Kamala Telb
Siddharta y Kamala
Palabras de Siddharta a Kamala
Ujuuum....ASI MISMITO!!
miércoles, 26 de octubre de 2011
Lady Umbriel: "La Hechicera con Alas de Mariposa - Cap. I: La Leyenda" por Margarita Ivonne Light Lotus alias Lenor Hikari
La Hechicera con Alas de Mariposa - Cap. I: La Leyenda
< Ha llegado la noche y las estrellas cubren el cielo. La hermana Luna aún no ha aparecido tras la montaña. Una suave brisa se percibe… estamos a fines de Octubre.>
Quizás nadie me conozca, a pesar de estar veinticuatro horas en mi compañía. Tal vez algunos dicen entenderme, pero en verdad, son palabras que el viento y el tiempo han dejado atrás. Lo único que es cierto, es que ni yo misma me comprendo a tal punto de afirmar quién realmente soy o lo que podría llegar a ser.
Cuenta la leyenda que nací de la unión de un hechicero y un hada de los bosques. Mi padre, famoso por las investigaciones realizadas sobre la “Piedra Filosofal”, de quien se dice además que la llegó a crear, pero solo son rumores que en el pueblo se han propagado. Mi madre, una hermosa ninfa de brillantes cabellos verdes y unas alas azules, similares a las de una mariposa. Su historia de amor es un secreto, así que no hablaré sobre ello, solo puedo decir que mientras estuvieron vivos, me enseñaron y guiaron como nadie nunca lo pudo hacer.
< Otra estrella está iluminando mi ventana, se ha unido a la que siempre me cuida en mis horas de descanso… de la Luna ni rastros, la esperaré hasta que la pueda ver… >
Pues bien, mi infancia fue diferente a las demás, por ser hija de “seres místicos”, siempre me mantuvieron al margen, no me dejaban compartir con los chicos de mi edad, no podía jugar con ellos, pues sus padres apenas me veían correr cerca de sus hogares, llamaban a sus retoños y los encerraban en casa. Como se imaginarán, tuve que buscar otros medios para saciar mis energías, por lo que le pedí ayuda a mis padres y ellos me enseñaron lo que para muchos estaba prohibido… LA MAGIA.
Cuando cumplí la mayoría de edad, ya era una hechicera experta y fácilmente podía vengarme del pueblo que por años me discriminó y ofendió; sin embargo, durante todo el tiempo que estuve aislada, nació en mí cierta compasión y en vez de causarles mal, les propuse mi ayuda en lo que me pidieran, pero las cosas fueron distintas: la gente se rehusó a ello y me exilió por tratar de atentar en contra de sus creencias religiosas, y junto con ello, a la guardia del rey, se le ordenó asesinar a mis padres… Yo lo presencié todo…
“Una noche abrumadora: llegaron a caballo un grupo de veinte soldados que derribaron la puerta y se aproximaron al cuarto de mis padres. Los llevaron al patio trasero donde los desnudaron y le rociaron unas pociones inflamables que saquearon del laboratorio; ambos estaban empapados e imploraron piedad. Acto seguido, les prendieron fuego; mi madre intentó socorrer a mi padre, pero fue en vano, pues las llamas ya consumían sus cuerpos, lentamente…”
< Continúo observando el cielo, pero todavía mi querida hermana no se aparece… ¿Por qué demoras tanto?, te extraño… >
Por favor, no sientan lástima por lo que ocurrió, fue doloroso, sí… pero ya pasó. Desde ese día, me prometí a mi misma que todo lo que hiciera sería en honor a ellos, por todo lo que me dieron. Créanme, es una deuda que ni en esta vida podré saldar…
Al abandonar el pueblo, me di cuenta que los habitantes de ahí eran ciegos, ya que juzgaban sin conocer realmente a las personas y les inventaban historias alejadas de la realidad (si escribieran, serían fabulosos novelistas, debido a su alto grado de imaginación). Pero bueno, como ya no tenía hogar, decidí “ir en busca de aventuras”… NO, mentira. Me fui a lo profundo del bosque donde mis padres se conocieron, pues una vez me dijeron que allí se hallaba el tesoro más preciado para ellos y que solo lo conocería cuando llegara el momento.
Días y días caminando por aquel paisaje verde y lleno de árboles, llegué a un lago donde percibí una fuerte energía que variaba entre “el bien y el mal”. Oí una voz que me llamaba e invitaba a sumergirme en esas aguas cristalinas. Al parecer tenía un efecto hipnótico, porque lo último que recuerdo es “Bienvenida al ‘Mundo Real’”. Cuando desperté estaba en otra época, vestida con una capa color carmesí, portaba una lanza rojiza con la que podía atacar a distancia y hacer conjuros; además de tener unas bellas alas, las mismas que poseía mi madre, azules como el mar infinito. Intenté mirar a mí alrededor, pero fui cegada por un brillo dorado que me quitó las fuerzas y me desmayé.
Al abrir los ojos, me hallé sentada frente a una gran mesa; junto a mí habían caballeros armados, quienes discutían sobre la guerra que se avecinaba, que no había tiempo y que ahora mismo saldrían a batallar. El rey les dio una “buena-nueva”: me uniría a ellos, pues sería su “salvación” (cosa extraña, pues apenas había comprendido qué demonios hacía ahí…). No se me permitió decir palabra, y partimos rumbo al combate.
Increíblemente, ganamos. No me pregunten: ¿Cómo? ni ¿Por qué?, solo sé que mis hechizos hicieron algo nunca antes visto: “provocaron lazos entre los enemigos y hubo paz”… NO, miento. Fue todo lo contrario: ambos ejércitos lucharon hasta más no poder y mis ataques aniquilaron a centenares de soldados (enemigos y amigos). Cuando regresamos “a casa”, nos recibieron con bombos y platillos, hubo fiesta, mas yo me refugié en lo alto del castillo mirando cómo el Sol se ocultaba en el horizonte y cómo después, la luna llegaba a su reemplazo…
Curiosamente, ese día la Luna no apareció en el momento que esperaba y decidí quedarme ahí hasta poderla observar… Pasaron los días, se libraron muchas batallas en las que mi aporte resultaba un desastre, provocaba más daño del que imaginaba, por lo que tomé la decisión de abandonar la lucha y dedicarme a sanar, a curar a los caídos y revivir a los muertos (lo último estaba prohibido, pero de todos modos lo hacía).
El rey de ese lugar me agradeció profundamente lo que había hecho por el pueblo y me nombró “Guardiana”, la que velaría por la seguridad, integridad y salud de su reino; además de ser la guía en materias de Magia y la encargada de vaticinar el futuro. Sinceramente, hubiese querido huir de aquel sitio, pero sentí que esa había sido mi recompensa: “Ayudar al pueblo, a las personas que sin juzgarme permitieron mi estadía y que por mis actos y buena voluntad; además de demostrarles quién realmente soy, me aceptaron y valoraron”. Estoy segura que este es el tesoro que me dieron mis padres: mi destino.
Desde ese entonces, la hermana Luna, vela mi soñar.
LADY-UMBRIEL en el Blog El Umbral del Arcoiris http://elumbraldelarcoiris-lady-umbriel.blogspot.com/2011/10/la-hechicera-con-alas-de-mariposa-cap-i.html
lunes, 24 de octubre de 2011
(BG-2011) "Toma de Decisiones bajo Incertidumbre: Análisis de los potenciales efectos del cambio climático" (edit) con Carlos Bosques
Tema: "Toma de Decisiones bajo Incertidumbre 2"
Nivel Maestria con Carlos Bosques
24 de octubre de 2011
El clima mundial está
cambiando; eventos climáticos extremos ya están dándose y empeorarán en el
futuro. Las variables relacionadas a los cambios climáticos no pueden ser
controladas por el hombre; por tanto, las medidas que se puedan tomar para
mitigar o adaptarse a estas condiciones, están basadas en la incertidumbre. Muchos
países han creados programas especiales para afrontar estas nuevas condiciones
y los efectos que causan en muchos aspectos.
El Programa de Impactos Climáticos del Reino Unido mejor
conocido como UKCIP se enfoca en facilitar y dirigir la adaptación en el Reino
Unido. El principal objetivo del programa es presentar
alternativas para adaptarse a los cambios y no para resolverlos ya que el clima
es una variable que no se puede controlar. Es decir, cualquier alternativa que
pretenda solucionar los problemas que causan los cambios climáticos, cualquier
decisión que se tome, está basada en la incertidumbre y el riesgo.
Según nuestra
investigación de literatura respecto a este tema, el análisis de los
potenciales efectos del cambio climático se articula de modo general en torno a
cuatro grandes ámbitos: las
evidencias del cambio, los escenarios (socioeconómicos, de emisiones derivadas
de los mismos y las proyecciones climáticas asociadas), la relación
impacto-vulnerabilidad, y las necesidades de adaptación. Este marco analítico
conlleva el estudio de la peligrosidad o amenaza (probabilidad de ocurrencia de
un impacto climático específico), la vulnerabilidad (grado de susceptibilidad
de un determinado elemento -ecosistemas, especies, comunidades, bienes,
personas, etc.- a ser dañado o afectado por un impacto climático específico) y
el riesgo (probabilidad de ocurrencia de daños o efectos indeseados sobre estos
elementos como consecuencia del impacto específico y según la vulnerabilidad de
los mismos elementos). Por tanto, la necesaria lucha contra el cambio climático
contempla dos tipos de actuaciones: de mitigación y de adaptación. El proceso
de toma de decisiones implica la planificación e implantación de alternativas
buscadas y seleccionadas de acuerdo a los modelos que resulten adecuados para
el logro de los objetivos establecidos. La toma de decisiones tanto para la
mitigación como para la adaptación será una que se tomará bajo incertidumbre.
Todo programa parte de una
planificación que sirve para dirigir un proceso de toma de decisiones, pero, a
su vez, la decisión racional es fundamento de la planificación. Conviene
entonces definir en qué consiste la teoría de toma de decisiones y algunos modelos
de planificación.
Los aspectos más importantes en
la toma de decisión son información, conocimientos, experiencias, juicio y
análisis. La teoría de toma de decisiones es planteada desde varios
modelos. Aunque se perciban distintas maneras para lograr una meta u objetivo
de resolver un problema, los modelos de toma de decisiones siempre buscaran un
bienestar sea individual o colectivo. La teoría de la decisión trata del
estudio de los procesos de toma de decisiones desde una perspectiva racional.
Los modelos proporcionan una estructura para examinar el proceso de toma de
decisiones.
Existen muchas maneras de clasificar los modelos. El
distinguir entre modelos normativos (llamados a veces prescriptivos) y
descriptivos es útil al evaluar los resultados del modelo. Con frecuencia los
modelos normativos se usan como guía. El modelo proporciona una guía de cómo se
debe actuar. El mayor uso que se les da a los modelos descriptivos es el del
conocimiento de cómo se comporta un sistema dado para poder hacer mejoras. La teoría de la
elección racional de Simon desde una perspectiva descriptiva nos indica “cómo
son” los procesos decisorios de las organizaciones. Señala que los hombres
aplican su propia racionalidad limitada por su singular visión de la realidad. Herbert A.
Simon, el fundamento último de la emergencia de las organizaciones radica en la
existencia de límites prácticos
a la racionalidad humana. El hombre racional de la teoría económica y la teoría
estadística de la decisión adopta
decisiones óptimas en un ambiente muy especificado y claramente definido. Un
individuo sólo puede atender a un número limitado de cosas a un tiempo, y la
realidad objetiva es demasiado compleja para que pueda ser manejada teniendo en
cuenta todos sus detalles.
La teoría de
decisiones proporciona una manera útil de clasificar modelos para la toma de
decisiones. El modelo racional de la teoría de toma de decisiones
supone que el comportamiento humano se construye con la idea de que las
personas llevan a cabo cálculos que maximizan el valor bajo ciertas restricciones.
El modelo de satisfacción propone una realidad limitada y selecciona la primera
alternativa disponible.
El proceso de toma de decisiones comienza con la
definición y diagnóstico del problema y recorre los pasos sucesivos hasta el
seguimiento y el control. El modelo racional de toma de decisiones prescribe
una serie de pasos que deben seguir los individuos o equipos para incrementar
la probabilidad de que sus decisiones sean lógicas y estén bien fundamentadas:
definir el problema, identificar los criterios de decisión, distribuir
ponderaciones a los criterios, desarrollar las alternativas, evaluar las
alternativas, y seleccionar la mejor alternativa.
Una decisión racional permite el logro
máximo de metas dentro de las limitaciones de la situación. Esta definición se
refiere a la racionalidad de los medios (cómo alcanzar mejor una meta), no de
los fines (es decir, las metas). Existen más probabilidades de que se utilice
este proceso en situaciones que implican condiciones cercanas a la certidumbre
o de bajo riesgo, en las que es posible asignar probabilidades objetivas a los
resultados. Las decisiones rutinarias en condiciones próximas a la certidumbre
no requieren obviamente del seguimiento de la totalidad de los pasos de este
modelo.
La teoría de la
decisión en general es una metodología prescriptiva normativa que indica “cómo
se debe decidir” para ser consecuentes con los objetivos, preferencias y ciertos
principios impuestos por la teoría, mas no indica “qué decidir”. Su carácter normativo
obliga al que toma decisiones a proceder de una determinada manera si quiere
ser coherente con las premisas definidas. La toma de decisión también puede ser
subjetiva porque al prescribir tiene en cuenta preferencias, valoraciones,
vivencias y la visión de la realidad de quien toma las decisiones.
La teoría de
las decisiones se ocupa de decisiones contra la naturaleza. Esta fase se
refiere a una situación donde el resultado (rendimiento) de una decisión
individual depende de la acción de otro agente (naturaleza) sobre el cual no se
tiene control. Es importante observar que en este modelo los rendimientos
afectan únicamente a quien toma la decisión, pues “la naturaleza” no se afecta
por el resultado. Los estados de la naturaleza son las variables que quien toma
decisiones no puede controlar. Estas variables de la naturaleza son eventos
futuros que influyen en el proceso de decisión pero no pueden ser controladas
ni previstas en su comportamiento.
El modelo
racional puro parte de la certidumbre y la optimización. Los límites
cognoscitivos del modelo racional son el riesgo, la incertidumbre y la
complejidad. En función del contexto en el cual se presente el proceso de decisión,
las decisiones pueden ser clasificadas como decisiones bajo certidumbre
(estructuradas), decisiones bajo riesgo (poco estructuradas) y decisiones bajo
incertidumbre (no estructuradas).
Se dice que
las decisiones bajo certidumbre son aquéllas que se toman cuando desde un
contexto de casi certeza donde existe poca complejidad. La mayoría de estas
situaciones son abarcadas por métodos de investigación de operaciones. Son
decisiones que pueden reprogramarse por ser repetitivas y rutinarias. Se tiene
conocimiento total sobre el problema, las alternativas de solución que se
planteen van a causar siempre resultados conocidos e invariables. Al tomar la
decisión sólo se debe pensar en la alternativa que genere mayor beneficio. Las
consecuencias son predecibles. Mediante este modelo de decisión si se pueden
predecir con certeza las consecuencias de cada alternativa de acción, entonces
se tienen una tarea de toma de decisiones bajo certidumbre. Simplemente se
evalúan las consecuencias de cada acción alternativa y se selecciona la que se
prefiere.
Las
decisiones bajo riesgo se toman cuando se está en un contexto intermedio donde
no hay total certeza ni hay total incertidumbre. La información con la que se
cuenta es incompleta; se conoce el problema y las posibles soluciones pero no
se conoce con certeza los resultados que puedan surgir. En este tipo de
decisiones, las posibles alternativas de solución tienen cierta probabilidad
conocida de generar un resultado. En estos casos se pueden usar modelos
matemáticos o también el decisor puede hacer uso de la probabilidad objetiva o
subjetiva para estimar el posible resultado. La probabilidad objetiva es la
posibilidad de que ocurra un resultado basándose en hechos concretos, puede ser
cifras de años anteriores o estudios realizados para este fin. En la
probabilidad subjetiva se determina el resultado basándose en opiniones y
juicios personales. Es de carácter probabilístico.
La toma de
decisiones bajo incertidumbre ocurre cuando el contexto es de completa incertidumbre,
se cuenta con muy poca información, hay variables mayormente no controlables.
Son principalmente decisiones políticas y estratégicas y se requiere un alto
nivel de negociación o flexibilidad. Quienes toman las decisiones no pueden
evaluar con confianza la probabilidad del resultado o cuando no existe dato
acerca de la probabilidad. Este es el contexto de manejo del impacto de los
cambios climáticos; este modelo trabaja con los estados de la naturaleza. Se
posee información deficiente para tomar la decisión, no se tienen ningún
control sobre la situación, no se conoce como puede variar o la interacción de
la variables del problema, se pueden plantear diferentes alternativas de
solución pero no se le puede asignar probabilidad a los resultados que arrojen.
No se sabe que puede ocurrir ni las probabilidades para las posibles
soluciones, es decir no se tienen ni idea de que pueda pasar. No se tiene
conocimiento de las probabilidades de los eventos futuros, no se tiene idea de
cuan posibles sean las diferentes consecuencias.
Aunque el término incertidumbre se refiere tanto a la
situación general de desconocimiento del futuro y a la vez, a la situación en
que se debe tomar una decisión, la diferencia a que se refiere la pregunta
tiene que ver con el hecho de poseer o no poseer información probabilística
acerca de los eventos futuros asociados a cada alternativa.
Una decisión bajo incertidumbre significa que, aunque
se puedan prever o predecir los eventos futuros posibles, no se sabe cuál es la
distribución de probabilidad asociada a los resultados; esto es, que no se
conocen las probabilidades de cada evento. Por el contrario, cuando se habla de
decisiones bajo riesgo, sí se puede estimar (con datos históricos o con
estimaciones subjetivas) la distribución de probabilidad de los eventos; esto
es, que se conocen las probabilidades asociadas a cada evento.
La
incertidumbre varía para cada sujeto y para cada actividad a desarrollar. Esta
diferencia cualitativa y cuantitativa de intensidad de la incertidumbre se
encuentra relacionada con el grado de información e identificación del
problema. La única forma de reducir el riesgo o al menos sus consecuencias, se
consigue mediante su identificación lo más clara posible, lo que permite poner
en marcha todas aquellas acciones necesarias para intentar anularlos o
minimizarlos con el uso de los conocimientos y de las técnicas que han servido
para convertir, en algún grado, los riesgos en previsibles. Por lo que riesgo
también se puede definir como la valoración económica de la
incertidumbre. El riesgo supone un hecho externo al sujeto económico, que puede
acontecer o no en algún momento determinado. El riesgo puede ser contemplado
como elemento de incertidumbre. Existe un ambiente de incertidumbre cuando
falta el conocimiento seguro y claro respecto del desenlace o consecuencias
futuras de alguna acción, situación o elemento patrimonial, lo que puede
derivar en riesgo cuando se aprecia la perspectiva de una contingencia con
posibilidad de generar pérdidas o la proximidad de un daño. La incertidumbre
supone cuantificar hechos mediante estimaciones para reducir riesgos futuros, y
aunque su estimación sea difícil no justificará su falta de información. Incertidumbre
es una situación en la cual se desconoce la probabilidad de un
suceso por lo que no es posible asignar una distribución de probabilidades a los
posibles resultados; implica
la duda que se tiene sobre el resultado futuro de
un acontecimiento. A diferencia del riesgo, en la
incertidumbre no se conoce la probabilidad de que
ocurra el posible desenlace.
Los criterios de decisión
son reglas que
permiten seleccionar en determinados tipos de problemas
la estrategia o línea de
acción (decisión) más
conveniente. Por ejemplo, la regla de decisión minimax sugerida
por John von Neumann. El principio minimax -tambien conocido como
“arrepentimiento minimax”- es un criterio o regla de decisión de la teoría de los juegos,
según la cual el jugador que pierde se conforma con perder la mínima de las
máximas pérdidas que puede
tener, y el jugador que gana se conforma con ganar la máxima de las mínimas ganancias que puede
obtener. Consiste en suponer que la ganancia o utilidad será
máxima en cualquier acción o estrategia que se
adopte, escogiendo para llevar a cabo la acción que
proporcione la mínima ganancia de entre
las máximas. Existen otros criterios empleados en la toma de decisiones bajo
incertidumbre que se utilizan para determinar alternativas de solución. Estos
son: maximax –que es la selección de la opción de mayor valor-, el maximun
–selecciona la opción de menor valor-, el criterio de realismo o promedio
ponderado que es un compromiso en una actitud optimista y una pesimista y la
igualdad de probabilidades que es lo mismo que el promedio. Maximax y maximin
son los dos extremos. Por supuesto, se podrá seleccionar alguna acción
intermedia. Una estrategia alternativa consiste en convertir el problema a uno
de toma de decisiones bajo riesgo, para que pueda hacerse una selección optima.
Primero pueden expresarse aquellos conocimientos o sentimientos que se tengan
sobre los eventos en términos de una distribución de probabilidad. Si no se
tienen bases para hacer estimaciones subjetivas, se puede emplear el principio
de la razón insuficiente. En muchas de las decisiones bajo incertidumbre se
puede, de hecho, expresar el grado personal de optimismo, o convertir el
problema a riesgo con una exactitud razonable.
La planificación
se concibe frecuentemente como un proceso de elaboración de planes, programas y
proyectos basados en diferentes estrategias de implantación. Aun cuando existe
multiplicidad de definiciones, podemos decir que “planificar” es una acción que
consiste en emplear un conjunto de procedimientos a través de los cuales se introducen
actividades y acciones articuladas con cierta racionalidad u objetividad con el
fin de influir en el curso de acontecimientos determinados para lograr el
resultado deseado utilizando eficientemente los recursos disponibles.
La
planificación supone las posibilidades de una relación de causalidad entre lo
programado o lo realizado y los resultados obtenidos. Si bien planificar es una forma de tomar decisiones (decision making) y formular
políticas (policy making), su carácter específico es el de tratar con un
conjunto de decisiones. Se trata de identificar los medios
preferibles con respecto a un “input”
de recursos disponibles. Este aspecto de la planificación puede definirse como
el arte de establecer procedimientos para la organización de las relaciones
entre medios y objetivos. Al mismo tiempo, se trata de proporcionar normas y
pautas para la toma de decisiones coherentes, compatibles e integradas, que
conducen a una acción sistemáticamente organizada y coordinadamente ejecutada.
La planificación comprende tres
componentes: lógico-matemático o formal, uno empírico y otro ideológico. El
aspecto formal de la planificación corresponde a una teoría de decisiones que
describe la estructura lógica común aplicable a diversos ámbitos en los que hay
que optimizar una estrategia entre varias, para el logro de un objetivo. Este
componente formal es el único que puede ayudarnos a una progresiva aproximación
a una decisión racional. El componente empírico está formado por el conjunto de
fenómenos físicos, demográficos, ecológicos, sociales, culturales, etc. que
constituyen el proceso de planificación.
Alexander -exponente del modelo
de planificación llamado racional (puro)-, define planificación como “la acción
óptima futura que lleva a alcanzar un conjunto de metas para resolver problemas
que surgen en un contexto complejo.” Establece que “la planificación comienza
con un sentido de insatisfacción con el status quo; que si no existiera ningún
problema, no sería necesaria la toma de acción.” Si bien el asunto del cambio
climático no está relacionado con el status quo, existe un problema que atender
para el cual es urgente tomar acción.
El modelo racional propuesto
por Alexander pretende abarcar toda la información necesaria para estructurar
un plan. Este modelo parte de principios como la verdad absoluta pretendiendo
considerar el universo de posibilidades de solución al problema; la optimación
(optimización), o sea, la óptima alternativa; la certidumbre (certeza) de
contar con toda la información y el control de los escenarios. Entre todas las
alternativas posibles, busca la “óptima” tomando en cuenta el análisis
costo/beneficio, beneficio temporal, consecuencias e impactos para cada sector
de la población, costo/efectividad. etc.
Pretende abarcar o considerar todo el conocimiento necesario sobre la
situación problemática, considerar todas las metas organizacionales
administrativas, platear todas las alternativas posibles y predecir todas las
consecuencias y escenarios posibles para cada alternativa de solución. Tiene la
intención de abarcar coordinadamente todos los aspectos de la situación bajo
estudio desde el análisis de todos los problemas, todas las posibles causas, diseñar
todas las posibles acciones correctivas y prever todas las consecuencias.
Este modelo de planificación se
caracteriza además por la aplicación de modelos matemáticos para resolver
problemas de selección de alternativas. Estos modelos matemáticos intentan ser
un instrumento de manipulación de la realidad y una vía para reconocer las
consecuencias futuras de las acciones emprendidas; son utilizados para medir
estados de ignorancia y conocimiento de manera que se produzca el valor óptimo
de una función “objetivo”. El resultado matemático es la referencia que se
usará para la toma de decisiones.
El modelo racional conocido
también como “normativo” relaciona todos
los componentes de la planificación llevando la racionalidad a su máxima
expresión mientras intenta observar y analizar la totalidad de la realidad. El
modelo racional pretende implantar el método científico sobre lo referente a la
toma de decisiones respecto a todos los procesos. El proceso de planificación de
este modelo ideal es sistemático, sinóptico y busca la equidad, es decir, busca
la mayor cantidad de bienes para el mayor número de individuos. Este modelo
presume la búsqueda de certeza, realidad objetiva, ausencia de subjetividad y
mediación instrumental. La información se obtiene de fuentes primarias y
establece variables específicas. El asunto de la incertidumbre de los cambios
climáticos, sus efectos y el impacto en todos los sistemas no pueden ser
explorados a saciedad pues son variables no controlables.
La solución de problemas bajo
el modelo normativo consiste en varios pasos que integran las ideas con acción.
Estos son: diagnóstico del problema, articulación de objetivos y metas;
análisis del ambiente e identificación de recursos y limitaciones; diseño de
alternativas para la solución del problema, la evaluación de las alternativas y
la implantación de la alternativa escogida. La fase de implantación contiene un
plan con presupuesto base cero que implica la exclusión de los recursos ya
obtenidos. Aunque estos pasos también se utilizan en otros modelos, existen
aspectos refutables.
Muchos han sido los críticos de
las limitaciones del modelo racional entre los cuales mencionaremos a Herbert
Simon -exponente de la visión conductista, relacional o enfoque “de
satisfacción”- quien indica que “ningún proceso de toma de decisiones real puede
satisfacer todas las demandas de la racionalidad”; es decir, ningún modelo
tiene a su alcance toda la información ni puede considerar simultáneamente
todas las alternativas posibles. Según Simon, “investigar a través de un
conjunto infinito de alternativas, puede ser un proceso interminable y no
garantiza que la solución descubierta o diseñada permitan alcanzar las metas
predeterminadas.” El enfoque de satisfacción propone una realidad limitada.
Afirma que las personas se satisfacen. Opta por la primera alternativa
disponible que dirija hacia la meta y evita identificar o elaborar otras
posibilidades. Otro detractor del modelo racional es Lindblom -exponente del
modelo incrementalista- quien señala que el presupuesto base cero es una
limitación del modelo racional porque es necesario un presupuesto real. Además
indica que el modelo normativo no funciona para solucionar problemas complejos
ya que asume capacidades intelectuales y fuentes de información que no están
disponibles, que no hay forma de tomar decisiones ponderando todos los
elementos que inciden en el problema ya sea por falta de información como por
la dificultad de provocar consenso entre todos los concernidos. El enfoque
incrementalista sugiere una continua, gradual y participativa construcción de
alternativas de solución, y se basa en el concepto de “ajuste mutuo” donde cada
interesado actúa como defensor de sus postulados y las decisiones son
negociadas entre los implicados. Plantea que el tiempo disponible para atender
un problema y para tomar decisiones es limitado; por tanto, las decisiones han
de tomarse paso a paso, se evalúa, y se toma otra decisión. Es un modelo
pragmático no sistemático.
Existe cada vez más consenso científico, económico,
político y social en el sentido de que las
estrategias para una adaptación exitosa exigen pensar a largo plazo y
evaluar de forma explícita los riesgos del cambio climático en los distintos niveles
(comunitario, nacional, regional y/o
internacional) y adoptar las medidas
necesarias. Los pasos prácticos necesarios para realizar las principales
actividades del proceso de adaptación pueden variar dentro de cada región, país
y comunidad. La guía de UKCIP
propone un proceso de ocho pasos:
1.
Identificar el
problema y objetivos
2.
Establecer
criterios para la toma de decisiones
3.
Evaluar el riesgo
4.
Identificar
opciones
5.
Evaluar opciones
6.
Tomar decisiones
7.
Implementar
decisión
8.
Monitorear, evaluar
y revisar
En los procesos de
decisión bajo incertidumbre,
el decisor conoce cuáles son los posibles estados de la naturaleza, aunque no
dispone de información alguna sobre cuál de ellos ocurrirá. No sólo es incapaz
de predecir el estado real que se presentará, sino que además no puede
cuantificar de ninguna forma esta incertidumbre. En particular, esto excluye el
conocimiento de información de tipo probabilístico sobre las posibilidades de
ocurrencia de cada estado.
En muchos problemas de decisiones se presentan
variables que no están bajo el control de un competidor racional y acerca de
las cuales quienes toman las decisiones tiene poca o ninguna información sobre
la base de la cual conocer el estado de cosas futuras. La toma de decisiones
bajo incertidumbre se presenta cuando no puede predecirse el futuro sobre la
base de experiencias pasadas. A menudo se presentan muchas variables no controlables.
Algunas veces es posible consolidar los efectos de esas variables no
controlables en términos de su distribución de probabilidad. En muchas de
las decisiones bajo incertidumbre se puede, de hecho, expresar el grado
personal de optimismo, o convertir el problema a riesgo con una exactitud
razonable. Primero debe tratarse de reducir la incertidumbre obteniendo
información adicional sobre el problema. Con frecuencia esto basta para que la
solución sea evidente. Si esto falla, se tienen varios caminos abiertos.
La adaptación exige una variedad de respuestas y gran
cantidad de recursos para evitar daños futuros. También deberá balancear las
concesiones de los esfuerzos de desarrollo sostenible y de reducción de la
pobreza, así como con la reducción de los riesgos de desastre. Debe aplicarse
un análisis de costo beneficio de las diferentes medidas de adaptación que
responden a diferentes amenazas, entre otros criterios, para decidir qué
políticas y medidas deben instrumentarse o modificarse.
La toma de decisiones bajo incertidumbre implica que
no se conoce la probabilidad de que prevalezca uno u otro de los estados de
resultado. Una manera de manejar este tipo de situaciones es
introduciendo abiertamente en el problema los sentimientos subjetivos de
optimismo y pesimismo. Las evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación
deben servir como base para priorizar las medidas y políticas de adaptación.
Existe la necesidad de recopilar información para
reconocer las condiciones actuales de las zonas costeras que puede hacerse por
observación satelital suplementada por la experiencia humana en las zonas.
Asimismo, los sistemas de información geográfica (GIS), que combinan los datos
procedentes de diferentes fuentes y los presentan como mapas, pueden ser muy
útiles. El GIS aplicado en zonas costeras puede mostrar las zonas que pueden
verse afectadas por las situaciones superpuestas del incremento del nivel del
mar sobre la elevación de la tierra. Esto no sólo generaría información para
mejores pronósticos del tiempo al corto plazo, sino que ayudaría a reducir las
incertidumbres de los modelos de circulación global que se utilizan para crear
situaciones climáticas mundiales que se reducen a la escala nacional y local
para realizar las evaluaciones de vulnerabilidad.
La variabilidad y el cambio climáticos le suman
incertidumbre a la toma de decisiones, pero la incertidumbre en estos fenómenos
suma incluso más complejidad al proceso planificado de la adaptación. La
incertidumbre domina todas las metodologías destinadas a entender los efectos
potenciales del clima. Los intentos orientados a superar estas incertidumbres
llevan a diseñar estrategias de adaptación que sean sólidas frente a numerosos
resultados climáticos futuros. Las medidas de adaptación llamadas “beneficiosas
para todas las partes” o “sin arrepentimientos” son aquellas cuyos beneficios
superan sus costos. Suelen abordar la adaptación a la vez que satisfacen otras
necesidades. No están en conflicto con los objetivos de desarrollo ni
desembocan en circunstancias que aumenten la vulnerabilidad al cambio. El desafío para el futuro es desarrollar marcos que
pueden integrar vulnerabilidades actuales con riesgos a largo plazo. Idealmente
tal marco contemplaría vulnerabilidades actuales, pero también tiene en cuenta
los cambios en riesgos a largo plazo del cambio climático.
La conciencia pública de los riesgos que plantea el
cambio climático aumenta con rapidez. Sin embargo, todavía queda mucho por
hacer, en especial en los países en desarrollo, en los que los responsables de
las políticas y el público en general aún deben comprender la importancia de
integrar las inquietudes relativas al cambio climático en sus operaciones
diarias, así como en sus políticas, programación y proyectos.
Referencias bibliográficas.
Navas, Gerardo Dávila, PhD. “La decisión racional como fundamento de la
Planificación”. __.
Navas, Gerardo Dávila, PhD. “Planificación Estratégica y Planificación
de Largo Plazo”. 2003.
Notas de la clase PLAN 6076. Semestre ago a dic 2011.
UKCIP Technical Report. “Climate
adaptation: Risk, uncertainly and decision-making”. Parte 2, pags. 41-53
Referencias electrónicas consultadas
- http://www.ecoeuskadi2020.net/blog/archives/199/cambio-climatico-y-modelo-energetico-2 (recuperado en octubre 2011)
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(BG-2011) " Enfoques de Planificación en el Modelo de Decisión bajo Incertidumbre para Enfrentar los Cambios Climáticos" (Borrador Original 1) con Carlos Bosques
Enfoques de Planificación
en el Modelo de
Decisión bajo Incertidumbre paraEnfrentar
los Cambios Climático
Nivel de Maestra con Carlos Bosques
24 de octubre de 2011
“La planificación es una actividad tan común en
nuestra época que si se preguntase: ¿quiénes son los planificadores?, la
respuesta conduciría, indudablemente, a una nueva pregunta: ¿quién no hace
planes? Hoy más que nunca una buena parte de la humanidad mide, proyecta,
experimenta, diseña, coordina, en suma, está planificando.” J. FRIEDMANN
En el presente trabajo
descriptivo comparativo, definiremos los modelos de planificación racional,
incrementalista y conductista (relacional o de satisfacción) -propuestos por Alexander,
Lindblom y Simon, respectivamente-, la teoría de toma de decisiones con sus límites
cognoscitivos y sus enfoques desde la perspectiva del modelo de toma de decisión bajo incertidumbre presentado en
el plan de trabajo del Programa de Información del Clima del Reino Unido mejor
conocido como UKCIP (United Kindom Climate Impact Program) encargado de
elaborar e implantar medidas de adaptación a diversas agencias relacionadas con
el manejo del impacto climático de la región.
El clima de la
tierra está cambiando de forma inequívoca. Esto se ha evidenciado en el aumento
de las temperaturas medias a nivel planetario, la fusión de los hielos y el
aumento del nivel del mar: hechos documentados por un número cada vez mayor de
investigaciones, respaldadas por el Panel Intergubernamental del
Cambio Climático (IPCC). El origen del CC o cambio climático
global se debe muy probablemente al aumento de las concentraciones de los gases
de efecto invernadero (GEI) derivado principalmente de la combustión de
combustibles fósiles y a los cambios en los usos del suelo. El cambio climático
está ya teniendo efectos y se espera que estos se agudicen en el futuro.
En los últimos
quince años, las pérdidas económicas asociadas
a los desastres naturales, a nivel global, han alcanzado un promedio de 40 mil
millones de dólares anuales (más de siete veces las ocurridas en los años
sesenta) y se prevé un incremento en los próximos años, lo que
supondrá una fuente de perturbaciones macroeconómicas y una barrera adicional
al desarrollo sostenible. Es necesario, de forma inminente, establecer
estrategias de adaptación que minimicen estos costes. La evolución de las
políticas de cambio climático, incorporando cada vez con mayor fuerza la adaptación a los potenciales efectos del
cambio climático, es evidente. La aprobación de la Comisión Europea del
libro blanco de Adaptación al cambio climático -COM(2009) 147 final-, incorpora
a la agenda europea los Planes Nacionales de Adaptación (National Adaptation
Plans-NAP), que han conllevado el desarrollo de estrategias o planes de
adaptación al cambio climático nacionales y/o regionales: el programa holandés Knowledge for
Climate, el Climate Impact Program del
Reino Unido (UKCIP), o el programa alemán KLimZug-Research for regional
adaptation son algunos ejemplos de ello.
El Programa de Impactos Climáticos del Reino Unido mejor
conocido como UKCIP se enfoca en facilitar y dirigir la adaptación en el Reino
Unido. El documento sobre adaptación al clima está basado en riesgo,
incertidumbre y toma de decisiones. La guía de UKCIP propone un proceso de ocho
pasos:
1.
Identificar el
problema y objetivos
2.
Establecer
criterios para la toma de decisiones
3.
Evaluar el riesgo
4.
Identificar
opciones
5.
Evaluar opciones
6.
Tomar decisiones
7.
Implementar
decisión
8.
Monitorear, evaluar
y revisar
El clima mundial está
cambiando: los impactos asociados con la acumulación de gases de efecto
invernadero en la atmósfera como consecuencia de las actividades antrópicas,
los cambios en la temperatura media, los cambios en las estaciones y una
intensidad cada vez mayor de eventos climáticos extremos ya están dándose y
empeorarán en el futuro. Todos estos factores no pueden ser controlados por el
hombre por tanto las medidas que se puedan tomar están basadas en la
incertidumbre.
Para examinar los
potenciales impactos del cambio climático se utiliza la estructura llamada
“vulnerabilidad y adaptación”. La adaptación al cambio climático es un tema
complejo y multifacético que presenta una cantidad de desafíos, en particular
para el mundo en desarrollo. Los
impactos del cambio climático ya están afectando a los países en desarrollo, en
particular los pobres y más vulnerables, porque tienen menos recursos sociales,
tecnológicos y financieros para la adaptación. El cambio climático también
afecta el desarrollo sostenible de los países, así como su capacidad de
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas (ODM)
para el año 2015.
El análisis de
los potenciales efectos del cambio climático se articula de modo general en
torno a cuatro grandes ámbitos: las
evidencias del cambio, los escenarios (socioeconómicos, de emisiones derivadas
de los mismos y las proyecciones climáticas asociadas), la relación
impacto-vulnerabilidad, y las necesidades de adaptación. Este marco analítico
conlleva el estudio de la peligrosidad o amenaza (probabilidad de ocurrencia de
un impacto climático específico), la vulnerabilidad (grado de susceptibilidad
de un determinado elemento -ecosistemas, especies, comunidades, bienes,
personas, etc.- a ser dañado o afectado por un impacto climático específico) y
el riesgo (probabilidad de ocurrencia de daños o efectos indeseados sobre estos
elementos como consecuencia del impacto específico y según la vulnerabilidad de
los mismos elementos). La necesaria lucha contra el cambio climático contempla
dos tipos de actuaciones: de mitigación y de adaptación.
Antes de
elaborar el aspecto de la adaptación para ejemplificar los elementos implicados
en la toma de decisiones bajo incertidumbre -es decir, el reconocimiento de los
desafíos que presenta el factor de incertidumbre en la toma de decisiones-, definiremos
brevemente el concepto de planificación y los elementos básicos de la teoría de
toma de decisiones.
Definición
y comparación de modelos de planificación
La planificación
se concibe frecuentemente como un proceso de elaboración de planes, programas y
proyectos basados en diferentes estrategias de implantación. Aun cuando existe
multiplicidad de definiciones, podemos decir que “planificar” es
una acción que consiste en emplear un conjunto de procedimientos a través de
los cuales se introducen actividades y acciones articuladas con cierta
racionalidad u objetividad con el fin de influir en el curso de acontecimientos
determinados para lograr el resultado deseado utilizando eficientemente los
recursos disponibles.
El profesor en Ciencias Políticas,
Yehezkel
Dror, dice que planificar es “el proceso de preparar un conjunto de
decisiones para la acción futura, dirigidas al logro de objetivos por medios
preferibles”. Es decir que la planificación es una actividad continua y unitaria que
además de formular un plan determinado, implica un reajuste permanente entre
medios, actividades y fines y, sobre todo, de caminos y procedimientos a través
de los cuales se pretende incidir sobre algunos aspectos de la realidad.
Según plantea la
Ingeniera Claudia Bernazza en su tesis “La planificación gubernamental en Argentina - Experiencias período
1974-2000 como punto de partida hacia un nuevo paradigma” (2004), estos reajustes
se hacen de acuerdo a una estrategia que tiene en cuenta los diferentes
actores sociales y factores que coexisten en el mismo escenario en que se
desarrolla el plan o programa. Como inciden diferentes factores y actores se
necesita de un análisis de situación interactivo y de propuestas renovadas que
surgen de esta cambiante situación. Esto es aplicable al tema del cambio
climático y cómo afecta de maneras distintas a los distintos países.
La
planificación supone las posibilidades de una relación de causalidad entre lo
programado o lo realizado y los resultados obtenidos. Si bien planificar es una forma de tomar decisiones (decision making) y formular
políticas (policy making), su carácter específico es el de tratar con un
conjunto de decisiones. Se trata de identificar los medios
preferibles con respecto a un “input”
de recursos disponibles. Este aspecto de la planificación puede definirse como
el arte de establecer procedimientos para la organización de las relaciones
entre medios y objetivos. Al mismo tiempo, se trata de proporcionar normas y
pautas para la toma de decisiones coherentes, compatibles e integradas, que
conducen a una acción sistemáticamente organizada y coordinadamente ejecutada.
La
planificación comprende tres componentes: lógico-matemático o formal, uno empírico
y otro ideológico. El aspecto formal de la planificación corresponde a una
teoría de decisiones que describe la estructura lógica común aplicable a
diversos ámbitos en los que hay que optimizar una estrategia entre varias, para
el logro de un objetivo. Este componente formal es el único que puede ayudarnos
a una progresiva aproximación a una decisión racional. El componente empírico está
formado por el conjunto de fenómenos físicos, demográficos, ecológicos,
sociales, culturales, etc. que constituyen el proceso de planificación.
En ocasiones existe
dificultad para discriminar y encontrar las herramientas adecuadas para
cuantificar y medir las variables relevantes que han de darle forma al
contenido empírico del modelo; sin embargo, sin el componente empírico tendríamos
una planificación abstracta sin ninguna repercusión medible.
Alexander
-exponente del modelo de planificación llamado racional (puro)-, define planificación
como “la acción óptima futura que lleva a alcanzar un conjunto de metas para
resolver problemas que surgen en un contexto complejo.” Establece que “la
planificación comienza con un sentido de insatisfacción con el status quo; que
si no existiera ningún problema, no sería necesaria la toma de acción.” Si bien
el asunto del cambio climático no está relacionado con el status quo, existe un
problema que atender para el cual es urgente tomar acción.
El modelo
racional propuesto por Alexander pretende abarcar toda la información necesaria
para estructurar un plan. Este modelo parte de principios como la verdad
absoluta pretendiendo considerar el universo de posibilidades de solución al
problema; la optimación (optimización), o sea, la óptima alternativa; la
certidumbre (certeza) de contar con toda la información y el control de los
escenarios. Entre todas las alternativas posibles, busca la “óptima” tomando en
cuenta el análisis costo/beneficio, beneficio temporal, consecuencias e
impactos para cada sector de la población, costo/efectividad. etc. Pretende abarcar o considerar todo el
conocimiento necesario sobre la situación problemática, considerar todas las
metas organizacionales administrativas, platear todas las alternativas posibles
y predecir todas las consecuencias y escenarios posibles para cada alternativa
de solución. Tiene la intención de abarcar coordinadamente todos los aspectos
de la situación bajo estudio desde el análisis de todos los problemas, todas
las posibles causas, diseñar todas las posibles acciones correctivas y prever
todas las consecuencias.
Este modelo de
planificación se caracteriza además por la aplicación de modelos matemáticos
para resolver problemas de selección de alternativas. Estos modelos matemáticos
intentan ser un instrumento de manipulación de la realidad y una vía para
reconocer las consecuencias futuras de las acciones emprendidas; son utilizados
para medir estados de ignorancia y conocimiento de manera que se produzca el
valor óptimo de una función “objetivo”. El resultado matemático es la
referencia que se usará para la toma de decisiones.
El modelo
racional conocido también como “normativo”
relaciona todos los componentes de la planificación llevando la
racionalidad a su máxima expresión mientras intenta observar y analizar la
totalidad de la realidad. El modelo racional pretende implantar el método
científico sobre lo referente a la toma de decisiones respecto a todos los
procesos. El proceso de planificación de este modelo ideal es sistemático, sinóptico
y busca la equidad, es decir, busca la mayor cantidad de bienes para el mayor número
de individuos. Este modelo presume la búsqueda de certeza, realidad objetiva,
ausencia de subjetividad y mediación instrumental. La información se obtiene de
fuentes primarias y establece variables específicas. El asunto de la
incertidumbre de los cambios climáticos, sus efectos y el impacto en todos los
sistemas no pueden ser explorados a saciedad pues son variables no controlables.
La solución de
problemas bajo el modelo normativo consiste en varios pasos que integran las
ideas con acción. Estos son: diagnóstico del problema, articulación de
objetivos y metas; análisis del ambiente e identificación de recursos y
limitaciones; diseño de alternativas para la solución del problema, la
evaluación de las alternativas y la implantación de la alternativa escogida. La
fase de implantación contiene un plan con presupuesto base cero que implica la
exclusión de los recursos ya obtenidos. Aunque estos pasos también se utilizan
en otros modelos, existen aspectos refutables.
Muchos han
sido los críticos de las limitaciones del modelo racional entre los cuales
mencionaremos a Herbert Simon -exponente de la visión conductista, relacional o
enfoque “de satisfacción”- quien indica que “ningún proceso de toma de
decisiones real puede satisfacer todas las demandas de la racionalidad”; es
decir, ningún modelo tiene a su alcance toda la información ni puede considerar
simultáneamente todas las alternativas posibles. Según Simon, “investigar a
través de un conjunto infinito de alternativas, puede ser un proceso
interminable y no garantiza que la solución descubierta o diseñada permitan
alcanzar las metas predeterminadas.” El enfoque de satisfacción propone una
realidad limitada. Afirma que las personas se satisfacen. Opta por la primera alternativa
disponible que dirija hacia la meta y evita identificar o elaborar otras
posibilidades. Otro detractor del modelo racional es Lindblom -exponente del
modelo incrementalista- quien señala que el presupuesto base cero es una
limitación del modelo racional porque es necesario un presupuesto real. Además
indica que el modelo normativo no funciona para solucionar problemas complejos
ya que asume capacidades intelectuales y fuentes de información que no están
disponibles, que no hay forma de tomar decisiones ponderando todos los
elementos que inciden en el problema ya sea por falta de información como por
la dificultad de provocar consenso entre todos los concernidos. El enfoque
incrementalista sugiere una continua, gradual y participativa construcción de
alternativas de solución, y se basa en el concepto de “ajuste mutuo” donde cada
interesado actúa como defensor de sus postulados y las decisiones son
negociadas entre los implicados. Plantea que el tiempo disponible para atender
un problema y para tomar decisiones es limitado; por tanto, las decisiones han
de tomarse paso a paso, se evalúa, y se toma otra decisión. Es un modelo
pragmático no sistemático.
Teoría de Decisiones y los límites
cognoscitivos
El núcleo de
la planificación o planeación es el proceso de la toma de decisiones. Los
aspectos más importantes en la toma de decisión son información, conocimientos,
experiencias, juicio y análisis. La teoría de toma de decisiones es
planteada desde varios modelos. Aunque se perciban distintas maneras para
lograr una meta u objetivo de resolver un problema, los modelos de toma de
decisiones siempre buscaran un bienestar sea individual o colectivo. La teoría
de la decisión trata del estudio de los procesos de toma de decisiones desde
una perspectiva racional. Los modelos proporcionan una estructura para examinar
el proceso de toma de decisiones.
Existen muchas maneras de clasificar los modelos. El
distinguir entre modelos normativos (llamados a veces prescriptivos) y
descriptivos es útil al evaluar los resultados del modelo. Con frecuencia los
modelos normativos se usan como guía. El modelo proporciona una guía de cómo se
debe actuar. Puede no seguirse el modelo con exactitud en cualquier situación
dada; puede escogerse seguirlo solo en parte o tal vez ignorarlo por completo.
Aun así, los modelos normativos son bastantes valiosos. El mayor uso que se les
da a los modelos descriptivos es el del conocimiento de cómo se comporta un
sistema dado para poder hacer mejoras. En este sentido, los modelos
descriptivos son herramientas de trabajo más que guías ideales. La teoría de la
elección racional de Simon desde una perspectiva descriptiva nos indica “cómo
son” los procesos decisorios de las organizaciones. Señala que los hombres
aplican su propia racionalidad limitada por su singular visión de la realidad. Herbert A.
Simon, el fundamento último de la emergencia de las organizaciones radica en la
existencia de límites prácticos
a la racionalidad humana. El hombre racional de la teoría económica y la teoría
estadística de la decisión adopta
decisiones óptimas en un ambiente muy especificado y claramente definido. Un
individuo sólo puede atender a un número limitado de cosas a un tiempo, y la
realidad objetiva es demasiado compleja para que pueda ser manejada teniendo en
cuenta todos sus detalles. El
comportamiento racional (individual o de la organización) conlleva
la sustitución de la realidad compleja por un modelo de realidad
bastante sencillo, para ser tratado según los procesos que los especialistas en teoría
del conocimiento llaman de solucionado de problemas. Si la racionalidad humana
no tuviera límites, sobraría
la teoría de la organización y bastaría
con elegir de entre los medios disponibles, el que
condujera a la realización más
completa del objetivo deseado.
La teoría de
decisiones proporciona una manera útil de clasificar modelos para la toma de
decisiones. El modelo racional de la teoría de toma de decisiones
supone que el comportamiento humano se construye con la idea de que las
personas llevan a cabo cálculos que maximizan el valor bajo ciertas
restricciones. El modelo de satisfacción propone una realidad limitada y selecciona
la primera alternativa disponible. Otro modelo es el de selección que afirma
que las personas y las instituciones tienen metas conflictivas. El modelo
sicológico señala que todos aquellos que toman decisiones, seleccionan metas
pero difieren en cuanto a la recopilación y evaluación de la información. Se supondrá
que se ha definido el problema, que se tienen todos los datos y que se han
identificado los cursos de acción alternativos. La tarea es entonces
seleccionar la mejor alternativa.
El proceso de toma de decisiones comienza con la
definición y diagnóstico del problema y recorre los pasos sucesivos hasta el
seguimiento y el control. El modelo racional de toma de decisiones prescribe
una serie de pasos que deben seguir los individuos o equipos para incrementar
la probabilidad de que sus decisiones sean lógicas y estén bien fundamentadas:
definir el problema, identificar los criterios de decisión, distribuir
ponderaciones a los criterios, desarrollar las alternativas, evaluar las
alternativas, y seleccionar la mejor alternativa.
Una decisión racional permite el logro
máximo de metas dentro de las limitaciones de la situación. Esta definición se
refiere a la racionalidad de los medios (cómo alcanzar mejor una meta), no de
los fines (es decir, las metas). Existen más probabilidades de que se utilice
este proceso en situaciones que implican condiciones cercanas a la certidumbre
o de bajo riesgo, en las que es posible asignar probabilidades objetivas a los
resultados. Las decisiones rutinarias en condiciones próximas a la certidumbre
no requieren obviamente del seguimiento de la totalidad de los pasos de este
modelo.
Paso 1:
Definición y diagnóstico de problemas. Supone tres habilidades de
conceptualización: percepción, interpretación e incorporación. La percepción
implica la identificación y monitoreo de numerosas fuerzas del entorno externas
e internas y la conclusión acerca de cuáles de ellas contribuyen al problema o
problemas. La interpretación supone la evaluación de las fuerzas percibidas y
la determinación de las causas, no sólo de los síntomas, del problema real.
Finalmente, la incorporación implica la vinculación de esas interpretaciones
con las metas vigentes o deseables. Al hacerse una amplia variedad de preguntas
acerca de quién, cuándo, dónde, cómo y por qué, los individuos y equipos
incrementarán las posibilidades de una eficaz definición y diagnóstico de problemas.
Paso 2:
Establecimiento de metas. Una vez que individuos o equipos han definido un
problema, pueden establecer metas específicas para su eliminación. Si
percepción, interpretación e incorporación se efectúan en forma incorrecta, es
probable que, en definitiva, el individuo o equipo elija una solución
deficiente. En condiciones de incertidumbre, el establecimiento de metas
precisas puede ser extremadamente difícil. Los individuos o equipos deberán
identificar metas alternativas, compararlas y evaluarlas y después realizar una
selección entre ellas. Para determinar una respuesta, tendrá que considerar las
rutas alternativas para el cumplimiento de su meta general.
Paso 3:
Búsqueda de soluciones alternativas. Los individuos o equipos deben buscar medios
alternativos para el logro de una meta. Este paso podría suponer la búsqueda de
información adicional, la reflexión creativa, la consulta a expertos, la
realización de investigaciones u acciones similares. No obstante, cuando
aparentemente no existe una solución factible para el cumplimiento de una meta,
quizá sea preciso modificarla.
Paso 4:
Comparación y evaluación de soluciones alternativas. Luego de que los
individuos o equipos han identificado las soluciones alternativas, deben
compararlas y evaluarlas. En este paso se subrayan los resultados esperados y
la determinación del costo relativo de cada alternativa.
Paso 5: Selección entre soluciones
alternativas. La toma de decisiones suele asociarse con la realización de una
elección final. La selección de una solución, sin embargo, es sólo uno más de
los pasos del proceso de toma de decisiones racionales. Aunque la selección entre soluciones
alternativas puede parecer sencilla, en realidad puede resultar sumamente
difícil cuando el problema es complejo y ambiguo e implica altos grados de
riesgo o incertidumbre.
Paso 6:
Implementación de la solución seleccionada. El hecho de que la selección de una
solución se haya realizado en forma correcta no significa necesariamente que su
ejecución vaya a ser exitosa. Una decisión técnicamente correcta tiene que ser
aceptada y apoyada por quienes serán los responsables de ponerla en práctica si
efectivamente se desea que la decisión se eficaz. Si la solución seleccionada
no puede ser puesta en práctica por alguna razón, se debe considerar otra.
Paso 7: Seguimiento y control. La
sola implementación de la solución preferida no garantiza automáticamente el
cumplimiento de la meta deseada. Los individuos o equipos deben controlar las
actividades de implementación y mantener su seguimiento mediante la evaluación
de los resultados. Si la implementación no produce resultados satisfactorios,
será necesario emprender acciones correctivas. Dado que las fuerzas del entorno
que influyen en las decisiones cambian constantemente, el seguimiento y control
puede indicar la necesidad de redefinir el problema o de revisar la meta
original.
La teoría de la
decisión en general es una metodología prescriptiva normativa que indica “cómo
se debe decidir” para ser consecuentes con los objetivos, preferencias y
ciertos principios impuestos por la teoría, mas no indica “qué decidir”. Su
carácter prescriptivo obliga al que toma decisiones a proceder de una
determinada manera si quiere ser coherente con las premisas definidas. La toma
de decisión también puede ser subjetiva porque al prescribir tiene en cuenta
preferencias, valoraciones, vivencias y la visión de la realidad de quien toma
las decisiones.
La teoría de
las decisiones se ocupa de decisiones contra la naturaleza. Esta fase se
refiere a una situación donde el resultado (rendimiento) de una decisión
individual depende de la acción de otro agente (naturaleza) sobre el cual no se
tiene control. Es importante observar que en este modelo los rendimientos
afectan únicamente a quien toma la decisión, pues “la naturaleza” no se afecta
por el resultado. Los estados de la naturaleza son las variables que quien toma
decisiones no puede controlar. Estas variables de la naturaleza son eventos
futuros que influyen en el proceso de decisión pero no pueden ser controladas
ni previstas en su comportamiento.
El modelo
racional puro parte de la certidumbre y la optimización. Los límites
cognoscitivos del modelo racional son el riesgo, la incertidumbre y la
complejidad. En función del contexto en el cual se presente el proceso de
decisión, las decisiones pueden ser clasificadas como decisiones bajo
certidumbre (estructuradas), decisiones bajo riesgo (poco estructuradas) y
decisiones bajo incertidumbre (no estructuradas).
Se dice que
las decisiones bajo certidumbre son aquéllas que se toman cuando desde un
contexto de casi certeza donde existe poca complejidad. La mayoría de estas
situaciones son abarcadas por métodos de investigación de operaciones. Son
decisiones que pueden reprogramarse por ser repetitivas y rutinarias. Se tiene
conocimiento total sobre el problema, las alternativas de solución que se
planteen van a causar siempre resultados conocidos e invariables. Al tomar la
decisión sólo se debe pensar en la alternativa que genere mayor beneficio. Las
consecuencias son predecibles. Mediante este modelo de decisión si se pueden
predecir con certeza las consecuencias de cada alternativa de acción, entonces
se tienen una tarea de toma de decisiones bajo certidumbre. Simplemente se
evalúan las consecuencias de cada acción alternativa y se selecciona la que se
prefiere.
Las
decisiones bajo riesgo se toman cuando se está en un contexto intermedio donde
no hay total certeza ni hay total incertidumbre. La información con la que se
cuenta es incompleta; se conoce el problema y las posibles soluciones pero no
se conoce con certeza los resultados que puedan surgir. En este tipo de
decisiones, las posibles alternativas de solución tienen cierta probabilidad
conocida de generar un resultado. En estos casos se pueden usar modelos
matemáticos o también el decisor puede hacer uso de la probabilidad objetiva o
subjetiva para estimar el posible resultado. La probabilidad objetiva es la
posibilidad de que ocurra un resultado basándose en hechos concretos, puede ser
cifras de años anteriores o estudios realizados para este fin. En la
probabilidad subjetiva se determina el resultado basándose en opiniones y
juicios personales. Es de carácter probabilístico.
Toma de
decisiones bajo incertidumbre
La toma de
decisiones bajo incertidumbre ocurre cuando el contexto es de completa incertidumbre,
se cuenta con muy poca información, hay variables mayormente no controlables.
Son principalmente decisiones políticas y estratégicas y se requiere un alto
nivel de negociación o flexibilidad. Quienes toman las decisiones no pueden
evaluar con confianza la probabilidad del resultado o cuando no existe dato
acerca de la probabilidad. Este es el contexto de manejo del impacto de los
cambios climáticos; este modelo trabaja con los estados de la naturaleza. Se
posee información deficiente para tomar la decisión, no se tienen ningún
control sobre la situación, no se conoce como puede variar o la interacción de
la variables del problema, se pueden plantear diferentes alternativas de
solución pero no se le puede asignar probabilidad a los resultados que arrojen.
No se sabe que puede ocurrir ni las probabilidades para las posibles
soluciones, es decir no se tienen ni idea de que pueda pasar. No se tiene
conocimiento de las probabilidades de los eventos futuros, no se tiene idea de
cuan posibles sean las diferentes consecuencias.
Aunque el término incertidumbre se refiere tanto a la
situación general de desconocimiento del futuro y a la vez, a la situación en
que se debe tomar una decisión, la diferencia a que se refiere la pregunta
tiene que ver con el hecho de poseer o no poseer información probabilística
acerca de los eventos futuros asociados a cada alternativa.
Una decisión bajo incertidumbre significa que, aunque
se puedan prever o predecir los eventos futuros posibles, no se sabe cuál es la
distribución de probabilidad asociada a los resultados; esto es, que no se
conocen las probabilidades de cada evento. Por el contrario, cuando se habla de
decisiones bajo riesgo, sí se puede estimar (con datos históricos o con
estimaciones subjetivas) la distribución de probabilidad de los eventos; esto
es, que se conocen las probabilidades asociadas a cada evento.
La
incertidumbre varía para cada sujeto y para cada actividad a desarrollar. Esta
diferencia cualitativa y cuantitativa de intensidad de la incertidumbre se
encuentra relacionada con el grado de información e identificación del
problema. La única forma de reducir el riesgo o al menos sus consecuencias, se
consigue mediante su identificación lo más clara posible, lo que permite poner
en marcha todas aquellas acciones necesarias para intentar anularlos o
minimizarlos con el uso de los conocimientos y de las técnicas que han servido
para convertir, en algún grado, los riesgos en previsibles. Por lo que riesgo
también se puede definir como la valoración económica de la
incertidumbre. El riesgo supone un hecho externo al sujeto económico, que puede
acontecer o no en algún momento determinado. El riesgo puede ser contemplado
como elemento de incertidumbre. Existe un ambiente de incertidumbre cuando
falta el conocimiento seguro y claro respecto del desenlace o consecuencias
futuras de alguna acción, situación o elemento patrimonial, lo que puede
derivar en riesgo cuando se aprecia la perspectiva de una contingencia con
posibilidad de generar pérdidas o la proximidad de un daño. La incertidumbre
supone cuantificar hechos mediante estimaciones para reducir riesgos futuros, y
aunque su estimación sea difícil no justificará su falta de información. Incertidumbre
es una situación en la cual se desconoce la probabilidad de un
suceso por lo que no es posible asignar una distribución de probabilidades a los
posibles resultados; implica
la duda que se tiene sobre el resultado futuro de
un acontecimiento. A diferencia del riesgo, en la
incertidumbre no se conoce la probabilidad de que
ocurra el posible desenlace.
Los criterios de decisión
son reglas que
permiten seleccionar en determinados tipos de problemas
la estrategia o línea de
acción (decisión) más
conveniente. Por ejemplo, la regla de decisión minimax sugerida
por John von Neumann. El principio minimax -tambien conocido como
“arrepentimiento minimax”- es un criterio o regla de decisión de la teoría de los juegos,
según la cual el jugador que pierde se conforma con perder la mínima de las
máximas pérdidas que puede
tener, y el jugador que gana se conforma con ganar la máxima de las mínimas ganancias que puede
obtener. Consiste en suponer que la ganancia o utilidad será
máxima en cualquier acción o estrategia que se
adopte, escogiendo para llevar a cabo la acción que
proporcione la mínima ganancia de entre
las máximas. Existen otros criterios empleados en la toma de decisiones bajo
incertidumbre que se utilizan para determinar alternativas de solución. Estos
son: maximax –que es la selección de la opción de mayor valor-, el maximun
–selecciona la opción de menor valor-, el criterio de realismo o promedio
ponderado que es un compromiso en una actitud optimista y una pesimista y la
igualdad de probabilidades que es lo mismo que el promedio. Maximax y maximin
son los dos extremos. Por supuesto, se podrá seleccionar alguna acción
intermedia. Una estrategia alternativa consiste en convertir el problema a uno
de toma de decisiones bajo riesgo, para que pueda hacerse una selección optima.
Primero pueden expresarse aquellos conocimientos o sentimientos que se tengan
sobre los eventos en términos de una distribución de probabilidad. Si no se
tienen bases para hacer estimaciones subjetivas, se puede emplear el principio
de la razón insuficiente. En muchas de las decisiones bajo incertidumbre se
puede, de hecho, expresar el grado personal de optimismo, o convertir el
problema a riesgo con una exactitud razonable.
En juegos contra la naturaleza, cuando se conocen las probabilidades
que tienen los diferentes estados de
presentarse, un criterio de decisión racional
es el de la esperanza matemática.
Se vuelve cada vez más claro que la antigua dicotomía de
los escenarios climáticos encaminados (impacto) o basados en vulnerabilidad
(adaptación) ya no son relevantes. Los investigadores han comenzado a darse
cuenta de que la integración de las predicciones climáticas con la toma de
decisiones de adaptación, contra una base de vulnerabilidad, es lo que se
necesita. Esto es muy importante para comprender cómo las predicciones
climáticas pueden ser útiles en diferentes contextos de decisión, tanto ahora
como a corto plazo (adaptación).
Adaptación
al cambio climático. Decisiones bajo incertidumbre, riesgo y complejidad.
La adaptación al cambio
climático es un tema complejo y multifacético que presenta una gran cantidad de
desafíos, en particular para el mundo en desarrollo. Los impactos del cambio climático ya están afectando
el desarrollo sostenible de los países en desarrollo, en particular los pobres
y más vulnerables, porque tienen menos recursos sociales, tecnológicos y
financieros para la adaptación.
Existe cada vez más consenso científico, económico,
político y social en el sentido de que las
estrategias para una adaptación exitosa exigen pensar a largo plazo y
evaluar de forma explícita los riesgos del cambio climático en los distintos niveles
(comunitario, nacional, regional y/o
internacional) y adoptar las medidas
necesarias.
Los pasos prácticos necesarios para realizar las
principales actividades del proceso de adaptación pueden variar dentro de cada
región, país y comunidad. Sin embargo, existen algunos marcos estructurados que
los países pueden usar para guiar el proceso.
Las evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación
apuntan a informar el desarrollo de las políticas que reducen los riesgos
asociados al cambio climático, sobre la base de las herramientas que combinan
los datos cualitativos con los cuantitativos. Normalmente, se basan en el
conocimiento de los impactos físicos del cambio climático, y buscan comprender
la dinámica social y económica de estos impactos y las posibles soluciones.
Pueden ofrecer un buen panorama general de dónde y cómo puede resultar
beneficiosa o necesaria la adaptación. Las evaluaciones de vulnerabilidad y
adaptación deben servir como base para priorizar las medidas y políticas de
adaptación.
En los procesos de
decisión bajo incertidumbre,
el decisor conoce cuáles son los posibles estados de la naturaleza, aunque no
dispone de información alguna sobre cuál de ellos ocurrirá. No sólo es incapaz
de predecir el estado real que se presentará, sino que además no puede
cuantificar de ninguna forma esta incertidumbre. En particular, esto excluye el
conocimiento de información de tipo probabilístico sobre las posibilidades de
ocurrencia de cada estado.
El proceso de identificación de las opciones de
adaptación debe recurrir a diferentes fuentes: información científica y técnica
(es decir, IPCC, CMNUCC); experiencias de los países (es decir, a través del
NWP), la experiencia local, las estrategias para hacer frente y el conocimiento
tradicional. Una vez identificadas todas las opciones, debe realizarse un
ejercicio de priorización con la participación de las partes interesadas. Debe
utilizarse para determinar qué problemas actuales y futuros deben solucionarse
primero (es decir, en un nivel sectorial y/o territorial) y qué opciones de
adaptación utilizar para hacerles frente.
La adaptación implica un
proceso de ajuste sostenible y permanente en respuesta a circunstancias
ambientales nuevas y cambiantes. La adaptación se encuentra estrechamente
relacionada con el desarrollo y este vínculo es fundamental para reducir la
vulnerabilidad al cambio climático es importante comprender la adaptación como
un proceso y pensar cuidadosamente sobre la forma de ponerla en práctica. En particular, pensar en la adaptación como proceso
explica por qué ahora las medidas destinadas a adaptarse quizá deban ser
ajustadas en el futuro en respuesta a los cambios, entre ellos los ambientales,
sociales, políticos y financieros. Enmarcar así la adaptación explica también
por qué no se trata de un resultado tangible que puede medirse en forma
exhaustiva en cualquier momento, sino que constituye un objetivo en desarrollo.
El Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) proyecta efectos graves del cambio
climático en todos los sectores y escalas. Para el año 2020, hasta 250 millones de habitantes de
África pueden estar expuestos a un riesgo mayor de estrés por falta de agua.
Entre otros impactos se incluye un riesgo mayor de inundaciones con el
retroceso de los glaciares, el aumento del nivel del mar que inunde las costas
de todo el mundo y algunos pequeños estados insulares por completo, y una mayor
gravedad y frecuencia de los ciclones tropicales (IPCC 2007). En 2007, el IPCC
llegó a la conclusión de que los impactos y cambios inevitables producto del
cambio climático irán más allá de la capacidad de hacerles frente, y la
sociedad y los ecosistemas deberán poner en práctica medidas de adaptación.
El aumento del nivel del mar, las inundaciones y las
tormentas constituyen una amenaza para las ciudades costeras, con la
consiguiente pérdida de cultivos y tierras, y los daños que causan sobre los
asentamientos humanos. Por lo tanto, el cambio climático plantea un gran
desafío para los países desarrollados y en desarrollo ubicados por debajo del
nivel del mar. Algunos países desarrollados enfrentan grandes desafíos respecto
del riesgo del aumento abrupto del nivel del mar y ya están invirtiendo en la
construcción de la infraestructura adecuada, como diques y represas. Muchas
ciudades se han expandido y desplazado a las zonas costeras, lo que significa
que actualmente hay más población expuesta a los impactos del cambio climático.
Se necesita información e investigación para tomar las decisiones correctas.
Los países en desarrollo necesitan asistencia y recursos internacionales para
respaldar el proceso de adaptación en el contexto de la planificación nacional
para el desarrollo sostenible, la creación de la capacidad, la transferencia de
tecnología y las finanzas. También se necesitan la planificación y la creación
de la capacidad sistemáticas para reducir el riesgo de desastres y aumentar la
flexibilidad de las comunidades ante eventos climáticos extremos más intensos y
más frecuentes, como huracanes, sequías e inundaciones. Los esfuerzos destinados a “integrar” la adaptación pueden encontrarse en
los planes nacionales de desarrollo (como en Bangladesh y el Caribe), los
proyectos de desarrollo (de las ONG e institutos que realizan investigación de
las acciones) y en organismos de asistencia de países tales como Dinamarca, el
Reino Unido, Alemania y Noruega.
El cambio climático exige el desarrollo y la gestión
adecuados de la información. Y para ello debe mejorarse la investigación
orientada a la política. Deberán instrumentarse capacidades científicas y
técnicas nuevas y fortalecidas para hacer frente a los desafíos que plantea la
adaptación. Algunas de las principales son: sistemas para observación
sistemática oceánica, hidrológica y climática; creación de situaciones de
cambio climático y su regionalización hacia condiciones locales; realización de
evaluaciones pertinentes de vulnerabilidad y adaptación de las políticas. Incluso en los países más sensibles
al clima, existen muchas otras prioridades ubicadas por encima del cambio
climático, sumadas a la falta de claridad generalizada sobre la forma de
integrarlo a la planificación.
La adaptación se encuentra
estrechamente relacionada con el desarrollo y este vínculo es fundamental para
reducir la vulnerabilidad al cambio climático. Es primordial aumentar la capacidad de los países en
desarrollo para adaptarse a los impactos negativos del cambio climático.
Con frecuencia, existen vínculos conceptuales y
prácticos entre la adaptación y la reducción de riesgo de desastres. Puede
parecer obvio que estos dos enfoques funcionen en conjunto, como parte de un
repertorio de técnicas de reducción de riesgos. Esta convergencia de esfuerzos reconoce que ni la reducción del riesgo de
desastres ni la adaptación al cambio climático tiene que ver sólo con los
desastres o el cambio climático, sino que se relaciona con todos los factores
sociales, físicos y económicos que influyen sobre la magnitud de la amenaza y
se ven afectados por ésta. En consecuencia, el ciclo de gestión de
desastres se ha expandido para incluir las lecciones que provienen de los
impactos de los desastres en la planificación, y se enfatiza la necesidad de
realizar cambios profundos para reducir el riesgo, en vez de concentrarse en
reconstruir las condiciones anteriores al desastre, como suele pasar cuando la
gestión de desastres se limita a las iniciativas de ayuda humanitaria. Incluso en los países más sensibles al
clima, existen muchas otras prioridades ubicadas por encima del cambio
climático, sumadas a la falta de claridad generalizada sobre la forma de
integrarlo a la planificación. Se
necesita información e investigación para tomar las decisiones correctas.
El cambio climático exige el desarrollo y la gestión
adecuados de la información. Y para ello debe mejorarse la investigación
orientada a la política. Deberán instrumentarse capacidades científicas y
técnicas nuevas y fortalecidas para hacer frente a los desafíos que plantea la
adaptación. Algunas de las principales son: sistemas para observación
sistemática oceánica, hidrológica y climática; creación de situaciones de
cambio climático y su regionalización hacia condiciones locales; realización de
evaluaciones pertinentes de vulnerabilidad y adaptación de las políticas.
En muchos problemas de decisiones se presentan
variables que no están bajo el control de un competidor racional y acerca de
las cuales quienes toman las decisiones tiene poca o ninguna información sobre
la base de la cual conocer el estado de cosas futuras. La toma de decisiones
bajo incertidumbre se presenta cuando no puede predecirse el futuro sobre la
base de experiencias pasadas. A menudo se presentan muchas variables
incontrolables. Algunas veces es posible consolidar los efectos de esas
variables no controlables en términos de su distribución de probabilidad. En muchas de
las decisiones bajo incertidumbre se puede, de hecho, expresar el grado
personal de optimismo, o convertir el problema a riesgo con una exactitud
razonable. Primero debe tratarse de reducir la incertidumbre obteniendo
información adicional sobre el problema. Con frecuencia esto basta para que la
solución sea evidente. Si esto falla, se tienen varios caminos abiertos.
La adaptación exige una variedad de respuestas y gran
cantidad de recursos para evitar daños futuros. También deberá balancear las
concesiones de los esfuerzos de desarrollo sostenible y de reducción de la pobreza,
así como con la reducción de los riesgos de desastre. Debe aplicarse un
análisis de costo beneficio de las diferentes medidas de adaptación que
responden a diferentes amenazas, entre otros criterios, para decidir qué
políticas y medidas deben instrumentarse o modificarse.
Con el cambio climático, las zonas costeras se
volverán más peligrosas. Por lo tanto, las tecnologías de adaptación que tienen
en cuenta las áreas costeras son muy necesarias. Surgen muchos desafíos frente
a la planificación de una adaptación exitosa. Uno de ellos es la necesidad de
información sobre los efectos del cambio climático y sus efectos colaterales.
La toma de decisiones bajo incertidumbre implica que
no se conoce la probabilidad de que prevalezca uno u otro de los estados de
resultado. Una manera de manejar este tipo de situaciones es
introduciendo abiertamente en el problema los sentimientos subjetivos de
optimismo y pesimismo. Las evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación
deben servir como base para priorizar las medidas y políticas de adaptación.
Algunos de los desafíos que plantean las evaluaciones
de vulnerabilidad, no obstante, se relacionan con la falta de datos base para
identificar los impactos del cambio climático. En general, hay una cantidad
limitada de estaciones hidro-meteorológicas en los países en desarrollo y, en
algunos casos, data de muy poco tiempo atrás. Los países montañosos tienen un
desafío extra: poseen una topografía tal que puede decirse muy poco de los
datos climáticos promediados para un área, puesto que incluye picos de varios
miles de metros sobre el nivel del mar y depresiones como los valles bajos.
Esto significa que reforzar los sistemas de observación sistemática debe ser
una prioridad en el nivel nacional y deben orientarse inversiones para ello. Lo
más importante es que la información es clave. Existe la necesidad de recopilar
información para reconocer las condiciones actuales de las zonas costeras que
puede hacerse por observación satelital suplementada por la experiencia humana
en las zonas. Asimismo, los sistemas de información geográfica (GIS), que
combinan los datos procedentes de diferentes fuentes y los presentan como
mapas, pueden ser muy útiles. El GIS aplicado en zonas costeras puede mostrar
las zonas que pueden verse afectadas por las situaciones superpuestas del
incremento del nivel del mar sobre la elevación de la tierra. Esto no sólo
generaría información para mejores pronósticos del tiempo al corto plazo, sino
que ayudaría a reducir las incertidumbres de los Modelos de circulación global
que se utilizan para crear situaciones climáticas mundiales que se reducen a la
escala nacional y local para realizar las evaluaciones de vulnerabilidad.
La variabilidad y el cambio climáticos le suman
incertidumbre a la toma de decisiones, pero la incertidumbre en estos fenómenos
suma incluso más complejidad al proceso planificado de la adaptación. La
incertidumbre domina todas las metodologías destinadas a entender los efectos
potenciales del clima. Los intentos orientados a superar estas incertidumbres
llevan a diseñar estrategias de adaptación que sean sólidas frente a numerosos
resultados climáticos futuros. Las medidas de adaptación llamadas “beneficiosas
para todas las partes” o “sin arrepentimientos” son aquellas cuyos beneficios
superan sus costos. Suelen abordar la adaptación a la vez que satisfacen otras
necesidades. No están en conflicto con los objetivos de desarrollo ni
desembocan en circunstancias que aumenten la vulnerabilidad al cambio. El desafío para el futuro es desarrollar marcos que
pueden integrar vulnerabilidades actuales con riesgos a largo plazo. Idealmente
tal marco contemplaría vulnerabilidades actuales, pero también tiene en cuenta
los cambios en riesgos a largo plazo del cambio climático.
La conciencia pública de los riesgos que plantea el cambio
climático aumenta con rapidez. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, en
especial en los países en desarrollo, en los que los responsables de las
políticas y el público en general aún deben comprender la importancia de
integrar las inquietudes relativas al cambio climático en sus operaciones
diarias, así como en sus políticas, programación y proyectos. En definitiva, el
mundo necesita un cambio de conducta mediante la educación y las campañas de
información pública.
Por último, es importante
comprender la adaptación como un proceso y pensar cuidadosamente sobre la forma
de ponerla en práctica. En
particular, pensar en la adaptación como proceso explica por qué ahora las
medidas destinadas a adaptarse quizá deban ser ajustadas en el futuro en respuesta
a los cambios, entre ellos los ambientales, sociales, políticos y financieros.
Enmarcar así la adaptación explica también por qué no se trata de un resultado
tangible que puede medirse en forma exhaustiva en cualquier momento, sino que
constituye un objetivo en desarrollo.
Referencias bibliográficas electrónicas
4.
http://www.eumed.net/tesis/2006/erbr/)5.
http://www.elprisma.com/apuntes/administracion_de_empresas/planificacionestrategicafundamentos
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