Después de todos sus desafíos y pruebas, Yaakov quedó satisfecho de sí mismo. Sentía que había logrado todo lo que se suponía tenía que hacer. Fue en este momento cuando le arrebataron a su hijo Yosef. De esto, aprendemos que nunca debemos dormirnos en nuestros laureles, espiritualmente hablando. Debemos estar listos siempre para crecer y emprender el trabajo espiritual que requerimos.
RAV BERG ESCRIBIÓ SOBRE VAYESHEV
“El Zóhar pregunta qué significa “¿Yaakov amaba más a Yosef?” Rav Berg- 

Es demasiado extraño suponer que estos gigantes espirituales promulgaron los mismos comportamientos que nosotros observamos a nuestro muy inferior nivel espiritual. Lo que la Torá nos enseña es que Yaakov es el carruaje de Tiferet en la triada superior del escudo de David y Yosef es el carruaje de Yesod en la triada menor, al igual que la energía de la columna central. 

Esta afinidad se debe a que los dos representan el aspecto de la Columna Central. 
Sin embargo, en nuestro mundo físico de Maljut, debemos de superar la apariencia de separación entre cada uno de nosotros, y de nuevo conectarnos a nivel del alma. En el nivel del alma, hay muy poquita diferencia entre nosotros. Al regresar casi al principio, en el momento en que todos éramos una sola alma, podemos superar la ilusión de separación que experimentamos ahora. Cuando volvemos a ese momento, elevamos nuestra conciencia, y nos encontramos de repente en un nivel cuántico y empezamos a sentir unidad y afinidad con personas que ni siquiera están relacionadas con nosotros. 

Debemos elevarnos por encima de las diferencias que existen en esta vida, e incluso en vidas anteriores para lograr la unidad y la unicidad que es la Luz del Creador. La separación es la razón básica por la cual tenemos guerras, dolor y sufrimiento. Todos estos son el resultado de la fragmentación que existe no sólo en nuestra conciencia, sino también en nuestro comportamiento cotidiano. Sin embargo, nuestro deseo principal es conectarnos con la Fuerza de la Luz del Creador. Dios nunca experimentará el caos, el dolor y el sufrimiento que los mortales experimentamos. Cuando nos conectamos con la Luz, vamos inmediatamente más allá de las limitaciones del tiempo, espacio y movimiento. Vamos más allá de todo dolor, sufrimiento e incluso hasta de la muerte. 

El Zóhar nos explica que la razón por la cual escuchamos esta historia de la Biblia es porque cuando el caos reina en la familia de alguien, es porque existen celos, y estos sólo están ahí para validar nuestro odio. Sí, odiamos, y envidamos a alguien que nos hizo mucho mal, entonces ¿por qué tenemos que poner la otra mejilla? El Zóhar dice que si estás decidido a eliminar el caos, si careces de algo, no te detengas a pensar en que alguien más tiene algo que tú no tienes; en lugar de eso, siéntete feliz por ellos y haz algo para atraer esa cosa que te falta en tu vida. 

La paradoja es: Yaakov le dio a su hijo un abrigo, ¿aún cuándo sabía que los hermanos de Yosef ya lo odiaban? La respuesta es: ¡no!, Yaakov no estaba interesado en crear más odio y celos, sino que nos estaba demostrando lo que pasa en este mundo en el que vivimos. El único camino que podemos tomar para remover el caos de nuestras vidas es tratar a todos con dignidad humana. Tenemos que entender que, aunque alguien pueda parecer nuestro “enemigo” él o ella, también, tiene esa chispa de Dios en su interior. Sólo mediante la ausencia de envidia y la unidad, podremos salvarnos.


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