"Algo de mis Yo's Puntosuspensivadas (…)" by Brenda G. alias Kamala Telb

Siddharta y Kamala

Palabras de Siddharta a Kamala

"Tú eres como yo, diferente de la mayoría de las personas, eres Kamala y nada más. Dentro de ti hay paz y un refugio a donde puedes ir a cada hora del día. Yo también puedo hacerlo. Poca gente tiene ese asilo y, sin embargo, todos lo podrían tener."

Ujuuum....ASI MISMITO!!

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miércoles, 2 de noviembre de 2011

MUSICA: ♥Merlin's Magic ♥ del Canal Szilvia Valeria



♥Merlin's Magic ♥





http://www.youtube.com/watch?v=Y3itAwRtmVg

Subido el 02/11/2011
Chakra Meditation Music ♥
The Heart of Reiki

Missing from the top of the moon ..... hmmmmm?


God bless you ....:)


Zene saját cd-ről.......................
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lunes, 24 de octubre de 2011

(BG-2011) "Toma de Decisiones bajo Incertidumbre: Análisis de los potenciales efectos del cambio climático" (edit) con Carlos Bosques

Tema: "Toma de Decisiones bajo Incertidumbre 2" 

Nivel Maestria con Carlos Bosques 
24 de octubre de 2011


  
El clima mundial está cambiando; eventos climáticos extremos ya están dándose y empeorarán en el futuro. Las variables relacionadas a los cambios climáticos no pueden ser controladas por el hombre; por tanto, las medidas que se puedan tomar para mitigar o adaptarse a estas condiciones, están basadas en la incertidumbre. Muchos países han creados programas especiales para afrontar estas nuevas condiciones y los efectos que causan en muchos aspectos.
El Programa de Impactos Climáticos del Reino Unido mejor conocido como UKCIP se enfoca en facilitar y dirigir la adaptación en el Reino Unido. El principal objetivo del programa es presentar alternativas para adaptarse a los cambios y no para resolverlos ya que el clima es una variable que no se puede controlar. Es decir, cualquier alternativa que pretenda solucionar los problemas que causan los cambios climáticos, cualquier decisión que se tome, está basada en la incertidumbre y el riesgo.
Según nuestra investigación de literatura respecto a este tema, el análisis de los potenciales efectos del cambio climático se articula de modo general en torno a cuatro grandes ámbitos: las evidencias del cambio, los escenarios (socioeconómicos, de emisiones derivadas de los mismos y las proyecciones climáticas asociadas), la relación impacto-vulnerabilidad, y las necesidades de adaptación. Este marco analítico conlleva el estudio de la peligrosidad o amenaza (probabilidad de ocurrencia de un impacto climático específico), la vulnerabilidad (grado de susceptibilidad de un determinado elemento -ecosistemas, especies, comunidades, bienes, personas, etc.- a ser dañado o afectado por un impacto climático específico) y el riesgo (probabilidad de ocurrencia de daños o efectos indeseados sobre estos elementos como consecuencia del impacto específico y según la vulnerabilidad de los mismos elementos). Por tanto, la necesaria lucha contra el cambio climático contempla dos tipos de actuaciones: de mitigación y de adaptación. El proceso de toma de decisiones implica la planificación e implantación de alternativas buscadas y seleccionadas de acuerdo a los modelos que resulten adecuados para el logro de los objetivos establecidos. La toma de decisiones tanto para la mitigación como para la adaptación será una que se tomará bajo incertidumbre.
Todo programa parte de una planificación que sirve para dirigir un proceso de toma de decisiones, pero, a su vez, la decisión racional es fundamento de la planificación. Conviene entonces definir en qué consiste la teoría de toma de decisiones y algunos modelos de planificación.
Los aspectos más importantes en la toma de decisión son información, conocimientos, experiencias, juicio y análisis. La teoría de toma de decisiones es planteada desde varios modelos. Aunque se perciban distintas maneras para lograr una meta u objetivo de resolver un problema, los modelos de toma de decisiones siempre buscaran un bienestar sea individual o colectivo. La teoría de la decisión trata del estudio de los procesos de toma de decisiones desde una perspectiva racional. Los modelos proporcionan una estructura para examinar el proceso de toma de decisiones.
Existen muchas maneras de clasificar los modelos. El distinguir entre modelos normativos (llamados a veces prescriptivos) y descriptivos es útil al evaluar los resultados del modelo. Con frecuencia los modelos normativos se usan como guía. El modelo proporciona una guía de cómo se debe actuar. El mayor uso que se les da a los modelos descriptivos es el del conocimiento de cómo se comporta un sistema dado para poder hacer mejoras. La teoría de la elección racional de Simon desde una perspectiva descriptiva nos indica “cómo son” los procesos decisorios de las organizaciones. Señala que los hombres aplican su propia racionalidad limitada por su singular visión de la realidad. Herbert A. Simon, el fundamento último de la emergencia de las organizaciones radica en la existencia de límites prácticos a la racionalidad humana. El hombre racional de la teoría económica y la teoría estadística de la decisión adopta decisiones óptimas en un ambiente muy especificado y claramente definido. Un individuo sólo puede atender a un número limitado de cosas a un tiempo, y la realidad objetiva es demasiado compleja para que pueda ser manejada teniendo en cuenta todos sus detalles.
La teoría de decisiones proporciona una manera útil de clasificar modelos para la toma de decisiones. El modelo racional de la teoría de toma de decisiones supone que el comportamiento humano se construye con la idea de que las personas llevan a cabo cálculos que maximizan el valor bajo ciertas restricciones. El modelo de satisfacción propone una realidad limitada y selecciona la primera alternativa disponible.
El proceso de toma de decisiones comienza con la definición y diagnóstico del problema y recorre los pasos sucesivos hasta el seguimiento y el control. El modelo racional de toma de decisiones prescribe una serie de pasos que deben seguir los individuos o equipos para incrementar la probabilidad de que sus decisiones sean lógicas y estén bien fundamentadas: definir el problema, identificar los criterios de decisión, distribuir ponderaciones a los criterios, desarrollar las alternativas, evaluar las alternativas, y seleccionar la mejor alternativa.
Una decisión racional permite el logro máximo de metas dentro de las limitaciones de la situación. Esta definición se refiere a la racionalidad de los medios (cómo alcanzar mejor una meta), no de los fines (es decir, las metas). Existen más probabilidades de que se utilice este proceso en situaciones que implican condiciones cercanas a la certidumbre o de bajo riesgo, en las que es posible asignar probabilidades objetivas a los resultados. Las decisiones rutinarias en condiciones próximas a la certidumbre no requieren obviamente del seguimiento de la totalidad de los pasos de este modelo.
La teoría de la decisión en general es una metodología prescriptiva normativa que indica “cómo se debe decidir” para ser consecuentes con los objetivos, preferencias y ciertos principios impuestos por la teoría, mas no indica “qué decidir”. Su carácter normativo obliga al que toma decisiones a proceder de una determinada manera si quiere ser coherente con las premisas definidas. La toma de decisión también puede ser subjetiva porque al prescribir tiene en cuenta preferencias, valoraciones, vivencias y la visión de la realidad de quien toma las decisiones.
La teoría de las decisiones se ocupa de decisiones contra la naturaleza. Esta fase se refiere a una situación donde el resultado (rendimiento) de una decisión individual depende de la acción de otro agente (naturaleza) sobre el cual no se tiene control. Es importante observar que en este modelo los rendimientos afectan únicamente a quien toma la decisión, pues “la naturaleza” no se afecta por el resultado. Los estados de la naturaleza son las variables que quien toma decisiones no puede controlar. Estas variables de la naturaleza son eventos futuros que influyen en el proceso de decisión pero no pueden ser controladas ni previstas en su comportamiento.
El modelo racional puro parte de la certidumbre y la optimización. Los límites cognoscitivos del modelo racional son el riesgo, la incertidumbre y la complejidad. En función del contexto en el cual se presente el proceso de decisión, las decisiones pueden ser clasificadas como decisiones bajo certidumbre (estructuradas), decisiones bajo riesgo (poco estructuradas) y decisiones bajo incertidumbre (no estructuradas).
Se dice que las decisiones bajo certidumbre son aquéllas que se toman cuando desde un contexto de casi certeza donde existe poca complejidad. La mayoría de estas situaciones son abarcadas por métodos de investigación de operaciones. Son decisiones que pueden reprogramarse por ser repetitivas y rutinarias. Se tiene conocimiento total sobre el problema, las alternativas de solución que se planteen van a causar siempre resultados conocidos e invariables. Al tomar la decisión sólo se debe pensar en la alternativa que genere mayor beneficio. Las consecuencias son predecibles. Mediante este modelo de decisión si se pueden predecir con certeza las consecuencias de cada alternativa de acción, entonces se tienen una tarea de toma de decisiones bajo certidumbre. Simplemente se evalúan las consecuencias de cada acción alternativa y se selecciona la que se prefiere.
Las decisiones bajo riesgo se toman cuando se está en un contexto intermedio donde no hay total certeza ni hay total incertidumbre. La información con la que se cuenta es incompleta; se conoce el problema y las posibles soluciones pero no se conoce con certeza los resultados que puedan surgir. En este tipo de decisiones, las posibles alternativas de solución tienen cierta probabilidad conocida de generar un resultado. En estos casos se pueden usar modelos matemáticos o también el decisor puede hacer uso de la probabilidad objetiva o subjetiva para estimar el posible resultado. La probabilidad objetiva es la posibilidad de que ocurra un resultado basándose en hechos concretos, puede ser cifras de años anteriores o estudios realizados para este fin. En la probabilidad subjetiva se determina el resultado basándose en opiniones y juicios personales. Es de carácter probabilístico.
La toma de decisiones bajo incertidumbre ocurre cuando el contexto es de completa incertidumbre, se cuenta con muy poca información, hay variables mayormente no controlables. Son principalmente decisiones políticas y estratégicas y se requiere un alto nivel de negociación o flexibilidad. Quienes toman las decisiones no pueden evaluar con confianza la probabilidad del resultado o cuando no existe dato acerca de la probabilidad. Este es el contexto de manejo del impacto de los cambios climáticos; este modelo trabaja con los estados de la naturaleza. Se posee información deficiente para tomar la decisión, no se tienen ningún control sobre la situación, no se conoce como puede variar o la interacción de la variables del problema, se pueden plantear diferentes alternativas de solución pero no se le puede asignar probabilidad a los resultados que arrojen. No se sabe que puede ocurrir ni las probabilidades para las posibles soluciones, es decir no se tienen ni idea de que pueda pasar. No se tiene conocimiento de las probabilidades de los eventos futuros, no se tiene idea de cuan posibles sean las diferentes consecuencias.
Aunque el término incertidumbre se refiere tanto a la situación general de desconocimiento del futuro y a la vez, a la situación en que se debe tomar una decisión, la diferencia a que se refiere la pregunta tiene que ver con el hecho de poseer o no poseer información probabilística acerca de los eventos futuros asociados a cada alternativa.
Una decisión bajo incertidumbre significa que, aunque se puedan prever o predecir los eventos futuros posibles, no se sabe cuál es la distribución de probabilidad asociada a los resultados; esto es, que no se conocen las probabilidades de cada evento. Por el contrario, cuando se habla de decisiones bajo riesgo, sí se puede estimar (con datos históricos o con estimaciones subjetivas) la distribución de probabilidad de los eventos; esto es, que se conocen las probabilidades asociadas a cada evento.
La incertidumbre varía para cada sujeto y para cada actividad a desarrollar. Esta diferencia cualitativa y cuantitativa de intensidad de la incertidumbre se encuentra relacionada con el grado de información e identificación del problema. La única forma de reducir el riesgo o al menos sus consecuencias, se consigue mediante su identificación lo más clara posible, lo que permite poner en marcha todas aquellas acciones necesarias para intentar anularlos o minimizarlos con el uso de los conocimientos y de las técnicas que han servido para convertir, en algún grado, los riesgos en previsibles. Por lo que riesgo también se puede definir como la valoración económica de la incertidumbre. El riesgo supone un hecho externo al sujeto económico, que puede acontecer o no en algún momento determinado. El riesgo puede ser contemplado como elemento de incertidumbre. Existe un ambiente de incertidumbre cuando falta el conocimiento seguro y claro respecto del desenlace o consecuencias futuras de alguna acción, situación o elemento patrimonial, lo que puede derivar en riesgo cuando se aprecia la perspectiva de una contingencia con posibilidad de generar pérdidas o la proximidad de un daño. La incertidumbre supone cuantificar hechos mediante estimaciones para reducir riesgos futuros, y aunque su estimación sea difícil no justificará su falta de información. Incertidumbre es una situación en la cual se desconoce la probabilidad de un suceso por lo que no es posible asignar una distribución de probabilidades a los posibles resultados; implica la duda que se tiene sobre el resultado futuro de un acontecimiento. A diferencia del riesgo, en la incertidumbre no se conoce la probabilidad de que ocurra el posible desenlace.
Los criterios de decisión son reglas que permiten seleccionar en determinados tipos de problemas la estrategia o línea de acción (decisión) más conveniente. Por ejemplo, la regla de decisión minimax sugerida por John von Neumann. El principio minimax -tambien conocido como “arrepentimiento minimax”- es un criterio o regla de decisión de la teoría de los juegos, según la cual el jugador que pierde se conforma con perder la mínima de las máximas pérdidas que puede tener, y el jugador que gana se conforma con ganar la máxima de las mínimas ganancias que puede obtener. Consiste en suponer que la ganancia o utilidad será máxima en cualquier acción o estrategia que se adopte, escogiendo para llevar a cabo la acción que proporcione la mínima ganancia de entre las máximas. Existen otros criterios empleados en la toma de decisiones bajo incertidumbre que se utilizan para determinar alternativas de solución. Estos son: maximax –que es la selección de la opción de mayor valor-, el maximun –selecciona la opción de menor valor-, el criterio de realismo o promedio ponderado que es un compromiso en una actitud optimista y una pesimista y la igualdad de probabilidades que es lo mismo que el promedio. Maximax y maximin son los dos extremos. Por supuesto, se podrá seleccionar alguna acción intermedia. Una estrategia alternativa consiste en convertir el problema a uno de toma de decisiones bajo riesgo, para que pueda hacerse una selección optima. Primero pueden expresarse aquellos conocimientos o sentimientos que se tengan sobre los eventos en términos de una distribución de probabilidad. Si no se tienen bases para hacer estimaciones subjetivas, se puede emplear el principio de la razón insuficiente. En muchas de las decisiones bajo incertidumbre se puede, de hecho, expresar el grado personal de optimismo, o convertir el problema a riesgo con una exactitud razonable.
La planificación se concibe frecuentemente como un proceso de elaboración de planes, programas y proyectos basados en diferentes estrategias de implantación. Aun cuando existe multiplicidad de definiciones, podemos decir que “planificar” es una acción que consiste en emplear un conjunto de procedimientos a través de los cuales se introducen actividades y acciones articuladas con cierta racionalidad u objetividad con el fin de influir en el curso de acontecimientos determinados para lograr el resultado deseado utilizando eficientemente los recursos disponibles.
La planificación supone las posibilidades de una relación de causalidad entre lo programado o lo realizado y los resultados obtenidos. Si bien planificar es una forma de tomar decisiones (decision making) y formular políticas (policy making), su carácter específico es el de tratar con un conjunto de decisiones. Se trata de identificar los medios preferibles con respecto a un “input” de recursos disponibles. Este aspecto de la planificación puede definirse como el arte de establecer procedimientos para la organización de las relaciones entre medios y objetivos. Al mismo tiempo, se trata de proporcionar normas y pautas para la toma de decisiones coherentes, compatibles e integradas, que conducen a una acción sistemáticamente organizada y coordinadamente ejecutada.
La planificación comprende tres componentes: lógico-matemático o formal, uno empírico y otro ideológico. El aspecto formal de la planificación corresponde a una teoría de decisiones que describe la estructura lógica común aplicable a diversos ámbitos en los que hay que optimizar una estrategia entre varias, para el logro de un objetivo. Este componente formal es el único que puede ayudarnos a una progresiva aproximación a una decisión racional. El componente empírico está formado por el conjunto de fenómenos físicos, demográficos, ecológicos, sociales, culturales, etc. que constituyen el proceso de planificación.
Alexander -exponente del modelo de planificación llamado racional (puro)-, define planificación como “la acción óptima futura que lleva a alcanzar un conjunto de metas para resolver problemas que surgen en un contexto complejo.” Establece que “la planificación comienza con un sentido de insatisfacción con el status quo; que si no existiera ningún problema, no sería necesaria la toma de acción.” Si bien el asunto del cambio climático no está relacionado con el status quo, existe un problema que atender para el cual es urgente tomar acción.
El modelo racional propuesto por Alexander pretende abarcar toda la información necesaria para estructurar un plan. Este modelo parte de principios como la verdad absoluta pretendiendo considerar el universo de posibilidades de solución al problema; la optimación (optimización), o sea, la óptima alternativa; la certidumbre (certeza) de contar con toda la información y el control de los escenarios. Entre todas las alternativas posibles, busca la “óptima” tomando en cuenta el análisis costo/beneficio, beneficio temporal, consecuencias e impactos para cada sector de la población, costo/efectividad. etc.  Pretende abarcar o considerar todo el conocimiento necesario sobre la situación problemática, considerar todas las metas organizacionales administrativas, platear todas las alternativas posibles y predecir todas las consecuencias y escenarios posibles para cada alternativa de solución. Tiene la intención de abarcar coordinadamente todos los aspectos de la situación bajo estudio desde el análisis de todos los problemas, todas las posibles causas, diseñar todas las posibles acciones correctivas y prever todas las consecuencias.
Este modelo de planificación se caracteriza además por la aplicación de modelos matemáticos para resolver problemas de selección de alternativas. Estos modelos matemáticos intentan ser un instrumento de manipulación de la realidad y una vía para reconocer las consecuencias futuras de las acciones emprendidas; son utilizados para medir estados de ignorancia y conocimiento de manera que se produzca el valor óptimo de una función “objetivo”. El resultado matemático es la referencia que se usará para la toma de decisiones.
El modelo racional conocido también como “normativo”  relaciona todos los componentes de la planificación llevando la racionalidad a su máxima expresión mientras intenta observar y analizar la totalidad de la realidad. El modelo racional pretende implantar el método científico sobre lo referente a la toma de decisiones respecto a todos los procesos. El proceso de planificación de este modelo ideal es sistemático, sinóptico y busca la equidad, es decir, busca la mayor cantidad de bienes para el mayor número de individuos. Este modelo presume la búsqueda de certeza, realidad objetiva, ausencia de subjetividad y mediación instrumental. La información se obtiene de fuentes primarias y establece variables específicas. El asunto de la incertidumbre de los cambios climáticos, sus efectos y el impacto en todos los sistemas no pueden ser explorados a saciedad pues son variables no controlables.
La solución de problemas bajo el modelo normativo consiste en varios pasos que integran las ideas con acción. Estos son: diagnóstico del problema, articulación de objetivos y metas; análisis del ambiente e identificación de recursos y limitaciones; diseño de alternativas para la solución del problema, la evaluación de las alternativas y la implantación de la alternativa escogida. La fase de implantación contiene un plan con presupuesto base cero que implica la exclusión de los recursos ya obtenidos. Aunque estos pasos también se utilizan en otros modelos, existen aspectos refutables.
Muchos han sido los críticos de las limitaciones del modelo racional entre los cuales mencionaremos a Herbert Simon -exponente de la visión conductista, relacional o enfoque “de satisfacción”- quien indica que “ningún proceso de toma de decisiones real puede satisfacer todas las demandas de la racionalidad”; es decir, ningún modelo tiene a su alcance toda la información ni puede considerar simultáneamente todas las alternativas posibles. Según Simon, “investigar a través de un conjunto infinito de alternativas, puede ser un proceso interminable y no garantiza que la solución descubierta o diseñada permitan alcanzar las metas predeterminadas.” El enfoque de satisfacción propone una realidad limitada. Afirma que las personas se satisfacen. Opta por la primera alternativa disponible que dirija hacia la meta y evita identificar o elaborar otras posibilidades. Otro detractor del modelo racional es Lindblom -exponente del modelo incrementalista- quien señala que el presupuesto base cero es una limitación del modelo racional porque es necesario un presupuesto real. Además indica que el modelo normativo no funciona para solucionar problemas complejos ya que asume capacidades intelectuales y fuentes de información que no están disponibles, que no hay forma de tomar decisiones ponderando todos los elementos que inciden en el problema ya sea por falta de información como por la dificultad de provocar consenso entre todos los concernidos. El enfoque incrementalista sugiere una continua, gradual y participativa construcción de alternativas de solución, y se basa en el concepto de “ajuste mutuo” donde cada interesado actúa como defensor de sus postulados y las decisiones son negociadas entre los implicados. Plantea que el tiempo disponible para atender un problema y para tomar decisiones es limitado; por tanto, las decisiones han de tomarse paso a paso, se evalúa, y se toma otra decisión. Es un modelo pragmático no sistemático.
Existe cada vez más consenso científico, económico, político y social en el sentido de que las estrategias para una adaptación exitosa exigen pensar a largo plazo y evaluar de forma explícita los riesgos del cambio climático en los distintos niveles (comunitario, nacional, regional y/o internacional) y adoptar las medidas necesarias. Los pasos prácticos necesarios para realizar las principales actividades del proceso de adaptación pueden variar dentro de cada región, país y comunidad. La guía de UKCIP propone un proceso de ocho pasos:
1.                  Identificar el problema y objetivos
2.                  Establecer criterios para la toma de decisiones
3.                  Evaluar el riesgo
4.                  Identificar opciones
5.                  Evaluar opciones
6.                  Tomar decisiones
7.                  Implementar decisión
8.                  Monitorear, evaluar y revisar

En los procesos de decisión bajo incertidumbre, el decisor conoce cuáles son los posibles estados de la naturaleza, aunque no dispone de información alguna sobre cuál de ellos ocurrirá. No sólo es incapaz de predecir el estado real que se presentará, sino que además no puede cuantificar de ninguna forma esta incertidumbre. En particular, esto excluye el conocimiento de información de tipo probabilístico sobre las posibilidades de ocurrencia de cada estado.
En muchos problemas de decisiones se presentan variables que no están bajo el control de un competidor racional y acerca de las cuales quienes toman las decisiones tiene poca o ninguna información sobre la base de la cual conocer el estado de cosas futuras. La toma de decisiones bajo incertidumbre se presenta cuando no puede predecirse el futuro sobre la base de experiencias pasadas. A menudo se presentan muchas variables no controlables. Algunas veces es posible consolidar los efectos de esas variables no controlables en términos de su distribución de probabilidad. En muchas de las decisiones bajo incertidumbre se puede, de hecho, expresar el grado personal de optimismo, o convertir el problema a riesgo con una exactitud razonable. Primero debe tratarse de reducir la incertidumbre obteniendo información adicional sobre el problema. Con frecuencia esto basta para que la solución sea evidente. Si esto falla, se tienen varios caminos abiertos.
La adaptación exige una variedad de respuestas y gran cantidad de recursos para evitar daños futuros. También deberá balancear las concesiones de los esfuerzos de desarrollo sostenible y de reducción de la pobreza, así como con la reducción de los riesgos de desastre. Debe aplicarse un análisis de costo beneficio de las diferentes medidas de adaptación que responden a diferentes amenazas, entre otros criterios, para decidir qué políticas y medidas deben instrumentarse o modificarse.
La toma de decisiones bajo incertidumbre implica que no se conoce la probabilidad de que prevalezca uno u otro de los estados de resultado. Una manera de manejar este tipo de situaciones es introduciendo abiertamente en el problema los sentimientos subjetivos de optimismo y pesimismo. Las evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación deben servir como base para priorizar las medidas y políticas de adaptación.
Existe la necesidad de recopilar información para reconocer las condiciones actuales de las zonas costeras que puede hacerse por observación satelital suplementada por la experiencia humana en las zonas. Asimismo, los sistemas de información geográfica (GIS), que combinan los datos procedentes de diferentes fuentes y los presentan como mapas, pueden ser muy útiles. El GIS aplicado en zonas costeras puede mostrar las zonas que pueden verse afectadas por las situaciones superpuestas del incremento del nivel del mar sobre la elevación de la tierra. Esto no sólo generaría información para mejores pronósticos del tiempo al corto plazo, sino que ayudaría a reducir las incertidumbres de los modelos de circulación global que se utilizan para crear situaciones climáticas mundiales que se reducen a la escala nacional y local para realizar las evaluaciones de vulnerabilidad.
La variabilidad y el cambio climáticos le suman incertidumbre a la toma de decisiones, pero la incertidumbre en estos fenómenos suma incluso más complejidad al proceso planificado de la adaptación. La incertidumbre domina todas las metodologías destinadas a entender los efectos potenciales del clima. Los intentos orientados a superar estas incertidumbres llevan a diseñar estrategias de adaptación que sean sólidas frente a numerosos resultados climáticos futuros. Las medidas de adaptación llamadas “beneficiosas para todas las partes” o “sin arrepentimientos” son aquellas cuyos beneficios superan sus costos. Suelen abordar la adaptación a la vez que satisfacen otras necesidades. No están en conflicto con los objetivos de desarrollo ni desembocan en circunstancias que aumenten la vulnerabilidad al cambio. El desafío para el futuro es desarrollar marcos que pueden integrar vulnerabilidades actuales con riesgos a largo plazo. Idealmente tal marco contemplaría vulnerabilidades actuales, pero también tiene en cuenta los cambios en riesgos a largo plazo del cambio climático.
La conciencia pública de los riesgos que plantea el cambio climático aumenta con rapidez. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, en especial en los países en desarrollo, en los que los responsables de las políticas y el público en general aún deben comprender la importancia de integrar las inquietudes relativas al cambio climático en sus operaciones diarias, así como en sus políticas, programación y proyectos.




Referencias bibliográficas.

Navas, Gerardo Dávila, PhD. “La decisión racional como fundamento de la Planificación”. __.

Navas, Gerardo Dávila, PhD. “Planificación Estratégica y Planificación de Largo Plazo”. 2003.

Notas de la clase PLAN 6076. Semestre ago a dic 2011.

UKCIP Technical Report. “Climate adaptation: Risk, uncertainly and decision-making”. Parte 2, pags. 41-53

Referencias electrónicas consultadas
  1. http://www.ecoeuskadi2020.net/blog/archives/199/cambio-climatico-y-modelo-energetico-2 (recuperado en octubre 2011)
  2. http://www.economia48.com/ (recuperado en octubre 2011)
  3. http://www.eumed.net/libros/2007a/221/2r.htm (recuperado en octubre 2011)
  4. http://www.eumed.net/tesis/2006/erbr/) (recuperado en octubre 2011)
  5. http://www.elprisma.com/apuntes/administracion_de_empresas/planificacionestrategicafundamentos/ (recuperado en octubre 2011) 
  6. http://crc.iimas.unam.mx/tesis/cap1.html (recuperado en octubre 2011) 
  7. http://unfccc.int/index.html (recuperado en octubre 2011)
  8. http://www.manuelgross.bligoo.com/content/view/666731/Toma-de-Decisiones-en-condiciones-de-Certeza-Incertidumbre-y-Riesgo.html (recuperado en octubre 2011) 
  9. http://www.mitecnologico.com/Main/ModeloRacionalDeTomaDeDecisiones (recuperado en octubre 2011) 
  10. http://www.mitecnologico.com/Main/TomaDeDecisionesBajoModelosDeCertidumbreIncertidumbreYRiesgo (recuperado en octubre 2011) 
  11. http://www.mundobvg.com/diccionario/preguntas.htm#pregunta14 (recuperado en octubre 2011) 
  12. http://www.nrdc.org/laondaverde/globalWarming/preparedness_sp.pdf (recuperado en octubre 2011) 
  13. http://www.undp.org/climatechange/docs/Spanish/UNDP_Adaptation_final_sp.pdf (recuperado en octubre 2011)

(BG-2011) " Enfoques de Planificación en el Modelo de Decisión bajo Incertidumbre para Enfrentar los Cambios Climáticos" (Borrador Original 1) con Carlos Bosques

 Enfoques de Planificación en el Modelo de Decisión bajo Incertidumbre paraEnfrentar los Cambios Climático
 Nivel de Maestra con Carlos Bosques

24 de octubre de 2011 

“La planificación es una actividad tan común en nuestra época que si se preguntase: ¿quiénes son los planificadores?, la respuesta conduciría, indudablemente, a una nueva pregunta: ¿quién no hace planes? Hoy más que nunca una buena parte de la humanidad mide, proyecta, experimenta, diseña, coordina, en suma, está planificando.”  J. FRIEDMANN

En el presente trabajo descriptivo comparativo, definiremos los modelos de planificación racional, incrementalista y conductista (relacional o de satisfacción) -propuestos por Alexander, Lindblom y Simon, respectivamente-, la teoría de toma de decisiones con sus límites cognoscitivos y sus enfoques desde la perspectiva del modelo de toma de decisión bajo incertidumbre presentado en el plan de trabajo del Programa de Información del Clima del Reino Unido mejor conocido como UKCIP (United Kindom Climate Impact Program) encargado de elaborar e implantar medidas de adaptación a diversas agencias relacionadas con el manejo del impacto climático de la región.
El clima de la tierra está cambiando de forma inequívoca. Esto se ha evidenciado en el aumento de las temperaturas medias a nivel planetario, la fusión de los hielos y el aumento del nivel del mar: hechos documentados por un número cada vez mayor de investigaciones, respaldadas por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC). El origen del CC o cambio climático global se debe muy probablemente al aumento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero (GEI) derivado principalmente de la combustión de combustibles fósiles y a los cambios en los usos del suelo. El cambio climático está ya teniendo efectos y se espera que estos se agudicen en el futuro.
En los últimos quince años, las pérdidas económicas asociadas a los desastres naturales, a nivel global, han alcanzado un promedio de 40 mil millones de dólares anuales (más de siete veces las ocurridas en los años sesenta) y se prevé un incremento en los próximos años, lo que supondrá una fuente de perturbaciones macroeconómicas y una barrera adicional al desarrollo sostenible. Es necesario, de forma inminente, establecer estrategias de adaptación que minimicen estos costes. La evolución de las políticas de cambio climático, incorporando cada vez con mayor fuerza la adaptación a los potenciales efectos del cambio climático, es evidente. La aprobación de la Comisión Europea del libro blanco de Adaptación al cambio climático -COM(2009) 147 final-, incorpora a la agenda europea los Planes Nacionales de Adaptación (National Adaptation Plans-NAP), que han conllevado el desarrollo de estrategias o planes de adaptación al cambio climático nacionales y/o regionales: el programa holandés Knowledge for Climate, el Climate Impact Program del Reino Unido (UKCIP), o el programa alemán KLimZug-Research for regional adaptation son algunos ejemplos de ello.
El Programa de Impactos Climáticos del Reino Unido mejor conocido como UKCIP se enfoca en facilitar y dirigir la adaptación en el Reino Unido. El documento sobre adaptación al clima está basado en riesgo, incertidumbre y toma de decisiones. La guía de UKCIP propone un proceso de ocho pasos:
1.                  Identificar el problema y objetivos
2.                  Establecer criterios para la toma de decisiones
3.                  Evaluar el riesgo
4.                  Identificar opciones
5.                  Evaluar opciones
6.                  Tomar decisiones
7.                  Implementar decisión
8.                  Monitorear, evaluar y revisar

El clima mundial está cambiando: los impactos asociados con la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera como consecuencia de las actividades antrópicas, los cambios en la temperatura media, los cambios en las estaciones y una intensidad cada vez mayor de eventos climáticos extremos ya están dándose y empeorarán en el futuro. Todos estos factores no pueden ser controlados por el hombre por tanto las medidas que se puedan tomar están basadas en la incertidumbre.
Para examinar los potenciales impactos del cambio climático se utiliza la estructura llamada “vulnerabilidad y adaptación”. La adaptación al cambio climático es un tema complejo y multifacético que presenta una cantidad de desafíos, en particular para el mundo en desarrollo. Los impactos del cambio climático ya están afectando a los países en desarrollo, en particular los pobres y más vulnerables, porque tienen menos recursos sociales, tecnológicos y financieros para la adaptación. El cambio climático también afecta el desarrollo sostenible de los países, así como su capacidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas (ODM) para el año 2015.
El análisis de los potenciales efectos del cambio climático se articula de modo general en torno a cuatro grandes ámbitos: las evidencias del cambio, los escenarios (socioeconómicos, de emisiones derivadas de los mismos y las proyecciones climáticas asociadas), la relación impacto-vulnerabilidad, y las necesidades de adaptación. Este marco analítico conlleva el estudio de la peligrosidad o amenaza (probabilidad de ocurrencia de un impacto climático específico), la vulnerabilidad (grado de susceptibilidad de un determinado elemento -ecosistemas, especies, comunidades, bienes, personas, etc.- a ser dañado o afectado por un impacto climático específico) y el riesgo (probabilidad de ocurrencia de daños o efectos indeseados sobre estos elementos como consecuencia del impacto específico y según la vulnerabilidad de los mismos elementos). La necesaria lucha contra el cambio climático contempla dos tipos de actuaciones: de mitigación y de adaptación.
Antes de elaborar el aspecto de la adaptación para ejemplificar los elementos implicados en la toma de decisiones bajo incertidumbre -es decir, el reconocimiento de los desafíos que presenta el factor de incertidumbre en la toma de decisiones-, definiremos brevemente el concepto de planificación y los elementos básicos de la teoría de toma de decisiones.

Definición y comparación de modelos de planificación
La planificación se concibe frecuentemente como un proceso de elaboración de planes, programas y proyectos basados en diferentes estrategias de implantación. Aun cuando existe multiplicidad de definiciones, podemos decir que “planificar” es una acción que consiste en emplear un conjunto de procedimientos a través de los cuales se introducen actividades y acciones articuladas con cierta racionalidad u objetividad con el fin de influir en el curso de acontecimientos determinados para lograr el resultado deseado utilizando eficientemente los recursos disponibles.
El profesor en Ciencias Políticas, Yehezkel Dror, dice que planificar es “el proceso de preparar un conjunto de decisiones para la acción futura, dirigidas al logro de objetivos por medios preferibles”. Es decir que la planificación es una actividad continua y unitaria que además de formular un plan determinado, implica un reajuste permanente entre medios, actividades y fines y, sobre todo, de caminos y procedimientos a través de los cuales se pretende incidir sobre algunos aspectos de la realidad.
Según plantea la Ingeniera Claudia Bernazza en su tesis “La planificación gubernamental en Argentina - Experiencias período 1974-2000 como punto de partida hacia un nuevo paradigma” (2004), estos reajustes se hacen de acuerdo a una estrategia que tiene en cuenta los diferentes actores sociales y factores que coexisten en el mismo escenario en que se desarrolla el plan o programa. Como inciden diferentes factores y actores se necesita de un análisis de situación interactivo y de propuestas renovadas que surgen de esta cambiante situación. Esto es aplicable al tema del cambio climático y cómo afecta de maneras distintas a los distintos países.
La planificación supone las posibilidades de una relación de causalidad entre lo programado o lo realizado y los resultados obtenidos. Si bien planificar es una forma de tomar decisiones (decision making) y formular políticas (policy making), su carácter específico es el de tratar con un conjunto de decisiones. Se trata de identificar los medios preferibles con respecto a un “input” de recursos disponibles. Este aspecto de la planificación puede definirse como el arte de establecer procedimientos para la organización de las relaciones entre medios y objetivos. Al mismo tiempo, se trata de proporcionar normas y pautas para la toma de decisiones coherentes, compatibles e integradas, que conducen a una acción sistemáticamente organizada y coordinadamente ejecutada.
La planificación comprende tres componentes: lógico-matemático o formal, uno empírico y otro ideológico. El aspecto formal de la planificación corresponde a una teoría de decisiones que describe la estructura lógica común aplicable a diversos ámbitos en los que hay que optimizar una estrategia entre varias, para el logro de un objetivo. Este componente formal es el único que puede ayudarnos a una progresiva aproximación a una decisión racional. El componente empírico está formado por el conjunto de fenómenos físicos, demográficos, ecológicos, sociales, culturales, etc. que constituyen el proceso de planificación.
En ocasiones existe dificultad para discriminar y encontrar las herramientas adecuadas para cuantificar y medir las variables relevantes que han de darle forma al contenido empírico del modelo; sin embargo, sin el componente empírico tendríamos una planificación abstracta sin ninguna repercusión medible.
Alexander -exponente del modelo de planificación llamado racional (puro)-, define planificación como “la acción óptima futura que lleva a alcanzar un conjunto de metas para resolver problemas que surgen en un contexto complejo.” Establece que “la planificación comienza con un sentido de insatisfacción con el status quo; que si no existiera ningún problema, no sería necesaria la toma de acción.” Si bien el asunto del cambio climático no está relacionado con el status quo, existe un problema que atender para el cual es urgente tomar acción.
El modelo racional propuesto por Alexander pretende abarcar toda la información necesaria para estructurar un plan. Este modelo parte de principios como la verdad absoluta pretendiendo considerar el universo de posibilidades de solución al problema; la optimación (optimización), o sea, la óptima alternativa; la certidumbre (certeza) de contar con toda la información y el control de los escenarios. Entre todas las alternativas posibles, busca la “óptima” tomando en cuenta el análisis costo/beneficio, beneficio temporal, consecuencias e impactos para cada sector de la población, costo/efectividad. etc.  Pretende abarcar o considerar todo el conocimiento necesario sobre la situación problemática, considerar todas las metas organizacionales administrativas, platear todas las alternativas posibles y predecir todas las consecuencias y escenarios posibles para cada alternativa de solución. Tiene la intención de abarcar coordinadamente todos los aspectos de la situación bajo estudio desde el análisis de todos los problemas, todas las posibles causas, diseñar todas las posibles acciones correctivas y prever todas las consecuencias.
Este modelo de planificación se caracteriza además por la aplicación de modelos matemáticos para resolver problemas de selección de alternativas. Estos modelos matemáticos intentan ser un instrumento de manipulación de la realidad y una vía para reconocer las consecuencias futuras de las acciones emprendidas; son utilizados para medir estados de ignorancia y conocimiento de manera que se produzca el valor óptimo de una función “objetivo”. El resultado matemático es la referencia que se usará para la toma de decisiones.
El modelo racional conocido también como “normativo”  relaciona todos los componentes de la planificación llevando la racionalidad a su máxima expresión mientras intenta observar y analizar la totalidad de la realidad. El modelo racional pretende implantar el método científico sobre lo referente a la toma de decisiones respecto a todos los procesos. El proceso de planificación de este modelo ideal es sistemático, sinóptico y busca la equidad, es decir, busca la mayor cantidad de bienes para el mayor número de individuos. Este modelo presume la búsqueda de certeza, realidad objetiva, ausencia de subjetividad y mediación instrumental. La información se obtiene de fuentes primarias y establece variables específicas. El asunto de la incertidumbre de los cambios climáticos, sus efectos y el impacto en todos los sistemas no pueden ser explorados a saciedad pues son variables no controlables.
La solución de problemas bajo el modelo normativo consiste en varios pasos que integran las ideas con acción. Estos son: diagnóstico del problema, articulación de objetivos y metas; análisis del ambiente e identificación de recursos y limitaciones; diseño de alternativas para la solución del problema, la evaluación de las alternativas y la implantación de la alternativa escogida. La fase de implantación contiene un plan con presupuesto base cero que implica la exclusión de los recursos ya obtenidos. Aunque estos pasos también se utilizan en otros modelos, existen aspectos refutables.
Muchos han sido los críticos de las limitaciones del modelo racional entre los cuales mencionaremos a Herbert Simon -exponente de la visión conductista, relacional o enfoque “de satisfacción”- quien indica que “ningún proceso de toma de decisiones real puede satisfacer todas las demandas de la racionalidad”; es decir, ningún modelo tiene a su alcance toda la información ni puede considerar simultáneamente todas las alternativas posibles. Según Simon, “investigar a través de un conjunto infinito de alternativas, puede ser un proceso interminable y no garantiza que la solución descubierta o diseñada permitan alcanzar las metas predeterminadas.” El enfoque de satisfacción propone una realidad limitada. Afirma que las personas se satisfacen. Opta por la primera alternativa disponible que dirija hacia la meta y evita identificar o elaborar otras posibilidades. Otro detractor del modelo racional es Lindblom -exponente del modelo incrementalista- quien señala que el presupuesto base cero es una limitación del modelo racional porque es necesario un presupuesto real. Además indica que el modelo normativo no funciona para solucionar problemas complejos ya que asume capacidades intelectuales y fuentes de información que no están disponibles, que no hay forma de tomar decisiones ponderando todos los elementos que inciden en el problema ya sea por falta de información como por la dificultad de provocar consenso entre todos los concernidos. El enfoque incrementalista sugiere una continua, gradual y participativa construcción de alternativas de solución, y se basa en el concepto de “ajuste mutuo” donde cada interesado actúa como defensor de sus postulados y las decisiones son negociadas entre los implicados. Plantea que el tiempo disponible para atender un problema y para tomar decisiones es limitado; por tanto, las decisiones han de tomarse paso a paso, se evalúa, y se toma otra decisión. Es un modelo pragmático no sistemático.

Teoría de Decisiones y los límites cognoscitivos
El núcleo de la planificación o planeación es el proceso de la toma de decisiones. Los aspectos más importantes en la toma de decisión son información, conocimientos, experiencias, juicio y análisis. La teoría de toma de decisiones es planteada desde varios modelos. Aunque se perciban distintas maneras para lograr una meta u objetivo de resolver un problema, los modelos de toma de decisiones siempre buscaran un bienestar sea individual o colectivo. La teoría de la decisión trata del estudio de los procesos de toma de decisiones desde una perspectiva racional. Los modelos proporcionan una estructura para examinar el proceso de toma de decisiones.
Existen muchas maneras de clasificar los modelos. El distinguir entre modelos normativos (llamados a veces prescriptivos) y descriptivos es útil al evaluar los resultados del modelo. Con frecuencia los modelos normativos se usan como guía. El modelo proporciona una guía de cómo se debe actuar. Puede no seguirse el modelo con exactitud en cualquier situación dada; puede escogerse seguirlo solo en parte o tal vez ignorarlo por completo. Aun así, los modelos normativos son bastantes valiosos. El mayor uso que se les da a los modelos descriptivos es el del conocimiento de cómo se comporta un sistema dado para poder hacer mejoras. En este sentido, los modelos descriptivos son herramientas de trabajo más que guías ideales. La teoría de la elección racional de Simon desde una perspectiva descriptiva nos indica “cómo son” los procesos decisorios de las organizaciones. Señala que los hombres aplican su propia racionalidad limitada por su singular visión de la realidad. Herbert A. Simon, el fundamento último de la emergencia de las organizaciones radica en la existencia de límites prácticos a la racionalidad humana. El hombre racional de la teoría económica y la teoría estadística de la decisión adopta decisiones óptimas en un ambiente muy especificado y claramente definido. Un individuo sólo puede atender a un número limitado de cosas a un tiempo, y la realidad objetiva es demasiado compleja para que pueda ser manejada teniendo en cuenta todos sus detalles. El comportamiento racional (individual o de la organización) conlleva la sustitución de la realidad compleja por un modelo de realidad bastante sencillo, para ser tratado según los procesos que los especialistas en teoría del conocimiento llaman de solucionado de problemas. Si la racionalidad humana no tuviera límites, sobraría la teoría de la organización y bastaría con elegir de entre los medios disponibles, el que condujera a la realización más completa del objetivo deseado.
La teoría de decisiones proporciona una manera útil de clasificar modelos para la toma de decisiones. El modelo racional de la teoría de toma de decisiones supone que el comportamiento humano se construye con la idea de que las personas llevan a cabo cálculos que maximizan el valor bajo ciertas restricciones. El modelo de satisfacción propone una realidad limitada y selecciona la primera alternativa disponible. Otro modelo es el de selección que afirma que las personas y las instituciones tienen metas conflictivas. El modelo sicológico señala que todos aquellos que toman decisiones, seleccionan metas pero difieren en cuanto a la recopilación y evaluación de la información. Se supondrá que se ha definido el problema, que se tienen todos los datos y que se han identificado los cursos de acción alternativos. La tarea es entonces seleccionar la mejor alternativa.
El proceso de toma de decisiones comienza con la definición y diagnóstico del problema y recorre los pasos sucesivos hasta el seguimiento y el control. El modelo racional de toma de decisiones prescribe una serie de pasos que deben seguir los individuos o equipos para incrementar la probabilidad de que sus decisiones sean lógicas y estén bien fundamentadas: definir el problema, identificar los criterios de decisión, distribuir ponderaciones a los criterios, desarrollar las alternativas, evaluar las alternativas, y seleccionar la mejor alternativa.
Una decisión racional permite el logro máximo de metas dentro de las limitaciones de la situación. Esta definición se refiere a la racionalidad de los medios (cómo alcanzar mejor una meta), no de los fines (es decir, las metas). Existen más probabilidades de que se utilice este proceso en situaciones que implican condiciones cercanas a la certidumbre o de bajo riesgo, en las que es posible asignar probabilidades objetivas a los resultados. Las decisiones rutinarias en condiciones próximas a la certidumbre no requieren obviamente del seguimiento de la totalidad de los pasos de este modelo.
Paso 1: Definición y diagnóstico de problemas. Supone tres habilidades de conceptualización: percepción, interpretación e incorporación. La percepción implica la identificación y monitoreo de numerosas fuerzas del entorno externas e internas y la conclusión acerca de cuáles de ellas contribuyen al problema o problemas. La interpretación supone la evaluación de las fuerzas percibidas y la determinación de las causas, no sólo de los síntomas, del problema real. Finalmente, la incorporación implica la vinculación de esas interpretaciones con las metas vigentes o deseables. Al hacerse una amplia variedad de preguntas acerca de quién, cuándo, dónde, cómo y por qué, los individuos y equipos incrementarán las posibilidades de una eficaz definición y diagnóstico de problemas.
Paso 2: Establecimiento de metas. Una vez que individuos o equipos han definido un problema, pueden establecer metas específicas para su eliminación. Si percepción, interpretación e incorporación se efectúan en forma incorrecta, es probable que, en definitiva, el individuo o equipo elija una solución deficiente. En condiciones de incertidumbre, el establecimiento de metas precisas puede ser extremadamente difícil. Los individuos o equipos deberán identificar metas alternativas, compararlas y evaluarlas y después realizar una selección entre ellas. Para determinar una respuesta, tendrá que considerar las rutas alternativas para el cumplimiento de su meta general.
Paso 3: Búsqueda de soluciones alternativas. Los individuos o equipos deben buscar medios alternativos para el logro de una meta. Este paso podría suponer la búsqueda de información adicional, la reflexión creativa, la consulta a expertos, la realización de investigaciones u acciones similares. No obstante, cuando aparentemente no existe una solución factible para el cumplimiento de una meta, quizá sea preciso modificarla.
Paso 4: Comparación y evaluación de soluciones alternativas. Luego de que los individuos o equipos han identificado las soluciones alternativas, deben compararlas y evaluarlas. En este paso se subrayan los resultados esperados y la determinación del costo relativo de cada alternativa.
Paso 5: Selección entre soluciones alternativas. La toma de decisiones suele asociarse con la realización de una elección final. La selección de una solución, sin embargo, es sólo uno más de los pasos del proceso de toma de decisiones racionales.  Aunque la selección entre soluciones alternativas puede parecer sencilla, en realidad puede resultar sumamente difícil cuando el problema es complejo y ambiguo e implica altos grados de riesgo o incertidumbre.
Paso 6: Implementación de la solución seleccionada. El hecho de que la selección de una solución se haya realizado en forma correcta no significa necesariamente que su ejecución vaya a ser exitosa. Una decisión técnicamente correcta tiene que ser aceptada y apoyada por quienes serán los responsables de ponerla en práctica si efectivamente se desea que la decisión se eficaz. Si la solución seleccionada no puede ser puesta en práctica por alguna razón, se debe considerar otra.
Paso 7: Seguimiento y control. La sola implementación de la solución preferida no garantiza automáticamente el cumplimiento de la meta deseada. Los individuos o equipos deben controlar las actividades de implementación y mantener su seguimiento mediante la evaluación de los resultados. Si la implementación no produce resultados satisfactorios, será necesario emprender acciones correctivas. Dado que las fuerzas del entorno que influyen en las decisiones cambian constantemente, el seguimiento y control puede indicar la necesidad de redefinir el problema o de revisar la meta original.

La teoría de la decisión en general es una metodología prescriptiva normativa que indica “cómo se debe decidir” para ser consecuentes con los objetivos, preferencias y ciertos principios impuestos por la teoría, mas no indica “qué decidir”. Su carácter prescriptivo obliga al que toma decisiones a proceder de una determinada manera si quiere ser coherente con las premisas definidas. La toma de decisión también puede ser subjetiva porque al prescribir tiene en cuenta preferencias, valoraciones, vivencias y la visión de la realidad de quien toma las decisiones.
La teoría de las decisiones se ocupa de decisiones contra la naturaleza. Esta fase se refiere a una situación donde el resultado (rendimiento) de una decisión individual depende de la acción de otro agente (naturaleza) sobre el cual no se tiene control. Es importante observar que en este modelo los rendimientos afectan únicamente a quien toma la decisión, pues “la naturaleza” no se afecta por el resultado. Los estados de la naturaleza son las variables que quien toma decisiones no puede controlar. Estas variables de la naturaleza son eventos futuros que influyen en el proceso de decisión pero no pueden ser controladas ni previstas en su comportamiento.
El modelo racional puro parte de la certidumbre y la optimización. Los límites cognoscitivos del modelo racional son el riesgo, la incertidumbre y la complejidad. En función del contexto en el cual se presente el proceso de decisión, las decisiones pueden ser clasificadas como decisiones bajo certidumbre (estructuradas), decisiones bajo riesgo (poco estructuradas) y decisiones bajo incertidumbre (no estructuradas).
Se dice que las decisiones bajo certidumbre son aquéllas que se toman cuando desde un contexto de casi certeza donde existe poca complejidad. La mayoría de estas situaciones son abarcadas por métodos de investigación de operaciones. Son decisiones que pueden reprogramarse por ser repetitivas y rutinarias. Se tiene conocimiento total sobre el problema, las alternativas de solución que se planteen van a causar siempre resultados conocidos e invariables. Al tomar la decisión sólo se debe pensar en la alternativa que genere mayor beneficio. Las consecuencias son predecibles. Mediante este modelo de decisión si se pueden predecir con certeza las consecuencias de cada alternativa de acción, entonces se tienen una tarea de toma de decisiones bajo certidumbre. Simplemente se evalúan las consecuencias de cada acción alternativa y se selecciona la que se prefiere.
Las decisiones bajo riesgo se toman cuando se está en un contexto intermedio donde no hay total certeza ni hay total incertidumbre. La información con la que se cuenta es incompleta; se conoce el problema y las posibles soluciones pero no se conoce con certeza los resultados que puedan surgir. En este tipo de decisiones, las posibles alternativas de solución tienen cierta probabilidad conocida de generar un resultado. En estos casos se pueden usar modelos matemáticos o también el decisor puede hacer uso de la probabilidad objetiva o subjetiva para estimar el posible resultado. La probabilidad objetiva es la posibilidad de que ocurra un resultado basándose en hechos concretos, puede ser cifras de años anteriores o estudios realizados para este fin. En la probabilidad subjetiva se determina el resultado basándose en opiniones y juicios personales. Es de carácter probabilístico.

Toma de decisiones bajo incertidumbre
La toma de decisiones bajo incertidumbre ocurre cuando el contexto es de completa incertidumbre, se cuenta con muy poca información, hay variables mayormente no controlables. Son principalmente decisiones políticas y estratégicas y se requiere un alto nivel de negociación o flexibilidad. Quienes toman las decisiones no pueden evaluar con confianza la probabilidad del resultado o cuando no existe dato acerca de la probabilidad. Este es el contexto de manejo del impacto de los cambios climáticos; este modelo trabaja con los estados de la naturaleza. Se posee información deficiente para tomar la decisión, no se tienen ningún control sobre la situación, no se conoce como puede variar o la interacción de la variables del problema, se pueden plantear diferentes alternativas de solución pero no se le puede asignar probabilidad a los resultados que arrojen. No se sabe que puede ocurrir ni las probabilidades para las posibles soluciones, es decir no se tienen ni idea de que pueda pasar. No se tiene conocimiento de las probabilidades de los eventos futuros, no se tiene idea de cuan posibles sean las diferentes consecuencias.
Aunque el término incertidumbre se refiere tanto a la situación general de desconocimiento del futuro y a la vez, a la situación en que se debe tomar una decisión, la diferencia a que se refiere la pregunta tiene que ver con el hecho de poseer o no poseer información probabilística acerca de los eventos futuros asociados a cada alternativa.
Una decisión bajo incertidumbre significa que, aunque se puedan prever o predecir los eventos futuros posibles, no se sabe cuál es la distribución de probabilidad asociada a los resultados; esto es, que no se conocen las probabilidades de cada evento. Por el contrario, cuando se habla de decisiones bajo riesgo, sí se puede estimar (con datos históricos o con estimaciones subjetivas) la distribución de probabilidad de los eventos; esto es, que se conocen las probabilidades asociadas a cada evento.
La incertidumbre varía para cada sujeto y para cada actividad a desarrollar. Esta diferencia cualitativa y cuantitativa de intensidad de la incertidumbre se encuentra relacionada con el grado de información e identificación del problema. La única forma de reducir el riesgo o al menos sus consecuencias, se consigue mediante su identificación lo más clara posible, lo que permite poner en marcha todas aquellas acciones necesarias para intentar anularlos o minimizarlos con el uso de los conocimientos y de las técnicas que han servido para convertir, en algún grado, los riesgos en previsibles. Por lo que riesgo también se puede definir como la valoración económica de la incertidumbre. El riesgo supone un hecho externo al sujeto económico, que puede acontecer o no en algún momento determinado. El riesgo puede ser contemplado como elemento de incertidumbre. Existe un ambiente de incertidumbre cuando falta el conocimiento seguro y claro respecto del desenlace o consecuencias futuras de alguna acción, situación o elemento patrimonial, lo que puede derivar en riesgo cuando se aprecia la perspectiva de una contingencia con posibilidad de generar pérdidas o la proximidad de un daño. La incertidumbre supone cuantificar hechos mediante estimaciones para reducir riesgos futuros, y aunque su estimación sea difícil no justificará su falta de información. Incertidumbre es una situación en la cual se desconoce la probabilidad de un suceso por lo que no es posible asignar una distribución de probabilidades a los posibles resultados; implica la duda que se tiene sobre el resultado futuro de un acontecimiento. A diferencia del riesgo, en la incertidumbre no se conoce la probabilidad de que ocurra el posible desenlace.
Los criterios de decisión son reglas que permiten seleccionar en determinados tipos de problemas la estrategia o línea de acción (decisión) más conveniente. Por ejemplo, la regla de decisión minimax sugerida por John von Neumann. El principio minimax -tambien conocido como “arrepentimiento minimax”- es un criterio o regla de decisión de la teoría de los juegos, según la cual el jugador que pierde se conforma con perder la mínima de las máximas pérdidas que puede tener, y el jugador que gana se conforma con ganar la máxima de las mínimas ganancias que puede obtener. Consiste en suponer que la ganancia o utilidad será máxima en cualquier acción o estrategia que se adopte, escogiendo para llevar a cabo la acción que proporcione la mínima ganancia de entre las máximas. Existen otros criterios empleados en la toma de decisiones bajo incertidumbre que se utilizan para determinar alternativas de solución. Estos son: maximax –que es la selección de la opción de mayor valor-, el maximun –selecciona la opción de menor valor-, el criterio de realismo o promedio ponderado que es un compromiso en una actitud optimista y una pesimista y la igualdad de probabilidades que es lo mismo que el promedio. Maximax y maximin son los dos extremos. Por supuesto, se podrá seleccionar alguna acción intermedia. Una estrategia alternativa consiste en convertir el problema a uno de toma de decisiones bajo riesgo, para que pueda hacerse una selección optima. Primero pueden expresarse aquellos conocimientos o sentimientos que se tengan sobre los eventos en términos de una distribución de probabilidad. Si no se tienen bases para hacer estimaciones subjetivas, se puede emplear el principio de la razón insuficiente. En muchas de las decisiones bajo incertidumbre se puede, de hecho, expresar el grado personal de optimismo, o convertir el problema a riesgo con una exactitud razonable.
En juegos contra la naturaleza, cuando se conocen las probabilidades que tienen los diferentes estados de presentarse, un criterio de decisión racional es el de la esperanza matemática. Se vuelve cada vez más claro que la antigua dicotomía de los escenarios climáticos encaminados (impacto) o basados en vulnerabilidad (adaptación) ya no son relevantes. Los investigadores han comenzado a darse cuenta de que la integración de las predicciones climáticas con la toma de decisiones de adaptación, contra una base de vulnerabilidad, es lo que se necesita. Esto es muy importante para comprender cómo las predicciones climáticas pueden ser útiles en diferentes contextos de decisión, tanto ahora como a corto plazo (adaptación).

Adaptación al cambio climático. Decisiones bajo incertidumbre, riesgo y complejidad.
La adaptación al cambio climático es un tema complejo y multifacético que presenta una gran cantidad de desafíos, en particular para el mundo en desarrollo. Los impactos del cambio climático ya están afectando el desarrollo sostenible de los países en desarrollo, en particular los pobres y más vulnerables, porque tienen menos recursos sociales, tecnológicos y financieros para la adaptación.
Existe cada vez más consenso científico, económico, político y social en el sentido de que las estrategias para una adaptación exitosa exigen pensar a largo plazo y evaluar de forma explícita los riesgos del cambio climático en los distintos niveles (comunitario, nacional, regional y/o internacional) y adoptar las medidas necesarias.
Los pasos prácticos necesarios para realizar las principales actividades del proceso de adaptación pueden variar dentro de cada región, país y comunidad. Sin embargo, existen algunos marcos estructurados que los países pueden usar para guiar el proceso.
Las evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación apuntan a informar el desarrollo de las políticas que reducen los riesgos asociados al cambio climático, sobre la base de las herramientas que combinan los datos cualitativos con los cuantitativos. Normalmente, se basan en el conocimiento de los impactos físicos del cambio climático, y buscan comprender la dinámica social y económica de estos impactos y las posibles soluciones. Pueden ofrecer un buen panorama general de dónde y cómo puede resultar beneficiosa o necesaria la adaptación. Las evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación deben servir como base para priorizar las medidas y políticas de adaptación.
En los procesos de decisión bajo incertidumbre, el decisor conoce cuáles son los posibles estados de la naturaleza, aunque no dispone de información alguna sobre cuál de ellos ocurrirá. No sólo es incapaz de predecir el estado real que se presentará, sino que además no puede cuantificar de ninguna forma esta incertidumbre. En particular, esto excluye el conocimiento de información de tipo probabilístico sobre las posibilidades de ocurrencia de cada estado.
El proceso de identificación de las opciones de adaptación debe recurrir a diferentes fuentes: información científica y técnica (es decir, IPCC, CMNUCC); experiencias de los países (es decir, a través del NWP), la experiencia local, las estrategias para hacer frente y el conocimiento tradicional. Una vez identificadas todas las opciones, debe realizarse un ejercicio de priorización con la participación de las partes interesadas. Debe utilizarse para determinar qué problemas actuales y futuros deben solucionarse primero (es decir, en un nivel sectorial y/o territorial) y qué opciones de adaptación utilizar para hacerles frente.
La adaptación implica un proceso de ajuste sostenible y permanente en respuesta a circunstancias ambientales nuevas y cambiantes. La adaptación se encuentra estrechamente relacionada con el desarrollo y este vínculo es fundamental para reducir la vulnerabilidad al cambio climático es importante comprender la adaptación como un proceso y pensar cuidadosamente sobre la forma de ponerla en práctica. En particular, pensar en la adaptación como proceso explica por qué ahora las medidas destinadas a adaptarse quizá deban ser ajustadas en el futuro en respuesta a los cambios, entre ellos los ambientales, sociales, políticos y financieros. Enmarcar así la adaptación explica también por qué no se trata de un resultado tangible que puede medirse en forma exhaustiva en cualquier momento, sino que constituye un objetivo en desarrollo.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) proyecta efectos graves del cambio climático en todos los sectores y escalas. Para el año 2020, hasta 250 millones de habitantes de África pueden estar expuestos a un riesgo mayor de estrés por falta de agua. Entre otros impactos se incluye un riesgo mayor de inundaciones con el retroceso de los glaciares, el aumento del nivel del mar que inunde las costas de todo el mundo y algunos pequeños estados insulares por completo, y una mayor gravedad y frecuencia de los ciclones tropicales (IPCC 2007). En 2007, el IPCC llegó a la conclusión de que los impactos y cambios inevitables producto del cambio climático irán más allá de la capacidad de hacerles frente, y la sociedad y los ecosistemas deberán poner en práctica medidas de adaptación.
El aumento del nivel del mar, las inundaciones y las tormentas constituyen una amenaza para las ciudades costeras, con la consiguiente pérdida de cultivos y tierras, y los daños que causan sobre los asentamientos humanos. Por lo tanto, el cambio climático plantea un gran desafío para los países desarrollados y en desarrollo ubicados por debajo del nivel del mar. Algunos países desarrollados enfrentan grandes desafíos respecto del riesgo del aumento abrupto del nivel del mar y ya están invirtiendo en la construcción de la infraestructura adecuada, como diques y represas. Muchas ciudades se han expandido y desplazado a las zonas costeras, lo que significa que actualmente hay más población expuesta a los impactos del cambio climático. Se necesita información e investigación para tomar las decisiones correctas. Los países en desarrollo necesitan asistencia y recursos internacionales para respaldar el proceso de adaptación en el contexto de la planificación nacional para el desarrollo sostenible, la creación de la capacidad, la transferencia de tecnología y las finanzas. También se necesitan la planificación y la creación de la capacidad sistemáticas para reducir el riesgo de desastres y aumentar la flexibilidad de las comunidades ante eventos climáticos extremos más intensos y más frecuentes, como huracanes, sequías e inundaciones. Los esfuerzos destinados a “integrar” la adaptación pueden encontrarse en los planes nacionales de desarrollo (como en Bangladesh y el Caribe), los proyectos de desarrollo (de las ONG e institutos que realizan investigación de las acciones) y en organismos de asistencia de países tales como Dinamarca, el Reino Unido, Alemania y Noruega.
El cambio climático exige el desarrollo y la gestión adecuados de la información. Y para ello debe mejorarse la investigación orientada a la política. Deberán instrumentarse capacidades científicas y técnicas nuevas y fortalecidas para hacer frente a los desafíos que plantea la adaptación. Algunas de las principales son: sistemas para observación sistemática oceánica, hidrológica y climática; creación de situaciones de cambio climático y su regionalización hacia condiciones locales; realización de evaluaciones pertinentes de vulnerabilidad y adaptación de las políticas. Incluso en los países más sensibles al clima, existen muchas otras prioridades ubicadas por encima del cambio climático, sumadas a la falta de claridad generalizada sobre la forma de integrarlo a la planificación.
La adaptación se encuentra estrechamente relacionada con el desarrollo y este vínculo es fundamental para reducir la vulnerabilidad al cambio climático. Es primordial aumentar la capacidad de los países en desarrollo para adaptarse a los impactos negativos del cambio climático.
Con frecuencia, existen vínculos conceptuales y prácticos entre la adaptación y la reducción de riesgo de desastres. Puede parecer obvio que estos dos enfoques funcionen en conjunto, como parte de un repertorio de técnicas de reducción de riesgos. Esta convergencia de esfuerzos reconoce que ni la reducción del riesgo de desastres ni la adaptación al cambio climático tiene que ver sólo con los desastres o el cambio climático, sino que se relaciona con todos los factores sociales, físicos y económicos que influyen sobre la magnitud de la amenaza y se ven afectados por ésta. En consecuencia, el ciclo de gestión de desastres se ha expandido para incluir las lecciones que provienen de los impactos de los desastres en la planificación, y se enfatiza la necesidad de realizar cambios profundos para reducir el riesgo, en vez de concentrarse en reconstruir las condiciones anteriores al desastre, como suele pasar cuando la gestión de desastres se limita a las iniciativas de ayuda humanitaria. Incluso en los países más sensibles al clima, existen muchas otras prioridades ubicadas por encima del cambio climático, sumadas a la falta de claridad generalizada sobre la forma de integrarlo a la planificación.  Se necesita información e investigación para tomar las decisiones correctas.
El cambio climático exige el desarrollo y la gestión adecuados de la información. Y para ello debe mejorarse la investigación orientada a la política. Deberán instrumentarse capacidades científicas y técnicas nuevas y fortalecidas para hacer frente a los desafíos que plantea la adaptación. Algunas de las principales son: sistemas para observación sistemática oceánica, hidrológica y climática; creación de situaciones de cambio climático y su regionalización hacia condiciones locales; realización de evaluaciones pertinentes de vulnerabilidad y adaptación de las políticas.
En muchos problemas de decisiones se presentan variables que no están bajo el control de un competidor racional y acerca de las cuales quienes toman las decisiones tiene poca o ninguna información sobre la base de la cual conocer el estado de cosas futuras. La toma de decisiones bajo incertidumbre se presenta cuando no puede predecirse el futuro sobre la base de experiencias pasadas. A menudo se presentan muchas variables incontrolables. Algunas veces es posible consolidar los efectos de esas variables no controlables en términos de su distribución de probabilidad. En muchas de las decisiones bajo incertidumbre se puede, de hecho, expresar el grado personal de optimismo, o convertir el problema a riesgo con una exactitud razonable. Primero debe tratarse de reducir la incertidumbre obteniendo información adicional sobre el problema. Con frecuencia esto basta para que la solución sea evidente. Si esto falla, se tienen varios caminos abiertos.
La adaptación exige una variedad de respuestas y gran cantidad de recursos para evitar daños futuros. También deberá balancear las concesiones de los esfuerzos de desarrollo sostenible y de reducción de la pobreza, así como con la reducción de los riesgos de desastre. Debe aplicarse un análisis de costo beneficio de las diferentes medidas de adaptación que responden a diferentes amenazas, entre otros criterios, para decidir qué políticas y medidas deben instrumentarse o modificarse.
Con el cambio climático, las zonas costeras se volverán más peligrosas. Por lo tanto, las tecnologías de adaptación que tienen en cuenta las áreas costeras son muy necesarias. Surgen muchos desafíos frente a la planificación de una adaptación exitosa. Uno de ellos es la necesidad de información sobre los efectos del cambio climático y sus efectos colaterales.
La toma de decisiones bajo incertidumbre implica que no se conoce la probabilidad de que prevalezca uno u otro de los estados de resultado. Una manera de manejar este tipo de situaciones es introduciendo abiertamente en el problema los sentimientos subjetivos de optimismo y pesimismo. Las evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación deben servir como base para priorizar las medidas y políticas de adaptación.
Algunos de los desafíos que plantean las evaluaciones de vulnerabilidad, no obstante, se relacionan con la falta de datos base para identificar los impactos del cambio climático. En general, hay una cantidad limitada de estaciones hidro-meteorológicas en los países en desarrollo y, en algunos casos, data de muy poco tiempo atrás. Los países montañosos tienen un desafío extra: poseen una topografía tal que puede decirse muy poco de los datos climáticos promediados para un área, puesto que incluye picos de varios miles de metros sobre el nivel del mar y depresiones como los valles bajos. Esto significa que reforzar los sistemas de observación sistemática debe ser una prioridad en el nivel nacional y deben orientarse inversiones para ello. Lo más importante es que la información es clave. Existe la necesidad de recopilar información para reconocer las condiciones actuales de las zonas costeras que puede hacerse por observación satelital suplementada por la experiencia humana en las zonas. Asimismo, los sistemas de información geográfica (GIS), que combinan los datos procedentes de diferentes fuentes y los presentan como mapas, pueden ser muy útiles. El GIS aplicado en zonas costeras puede mostrar las zonas que pueden verse afectadas por las situaciones superpuestas del incremento del nivel del mar sobre la elevación de la tierra. Esto no sólo generaría información para mejores pronósticos del tiempo al corto plazo, sino que ayudaría a reducir las incertidumbres de los Modelos de circulación global que se utilizan para crear situaciones climáticas mundiales que se reducen a la escala nacional y local para realizar las evaluaciones de vulnerabilidad.
La variabilidad y el cambio climáticos le suman incertidumbre a la toma de decisiones, pero la incertidumbre en estos fenómenos suma incluso más complejidad al proceso planificado de la adaptación. La incertidumbre domina todas las metodologías destinadas a entender los efectos potenciales del clima. Los intentos orientados a superar estas incertidumbres llevan a diseñar estrategias de adaptación que sean sólidas frente a numerosos resultados climáticos futuros. Las medidas de adaptación llamadas “beneficiosas para todas las partes” o “sin arrepentimientos” son aquellas cuyos beneficios superan sus costos. Suelen abordar la adaptación a la vez que satisfacen otras necesidades. No están en conflicto con los objetivos de desarrollo ni desembocan en circunstancias que aumenten la vulnerabilidad al cambio. El desafío para el futuro es desarrollar marcos que pueden integrar vulnerabilidades actuales con riesgos a largo plazo. Idealmente tal marco contemplaría vulnerabilidades actuales, pero también tiene en cuenta los cambios en riesgos a largo plazo del cambio climático.
La conciencia pública de los riesgos que plantea el cambio climático aumenta con rapidez. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, en especial en los países en desarrollo, en los que los responsables de las políticas y el público en general aún deben comprender la importancia de integrar las inquietudes relativas al cambio climático en sus operaciones diarias, así como en sus políticas, programación y proyectos. En definitiva, el mundo necesita un cambio de conducta mediante la educación y las campañas de información pública.
Por último, es importante comprender la adaptación como un proceso y pensar cuidadosamente sobre la forma de ponerla en práctica. En particular, pensar en la adaptación como proceso explica por qué ahora las medidas destinadas a adaptarse quizá deban ser ajustadas en el futuro en respuesta a los cambios, entre ellos los ambientales, sociales, políticos y financieros. Enmarcar así la adaptación explica también por qué no se trata de un resultado tangible que puede medirse en forma exhaustiva en cualquier momento, sino que constituye un objetivo en desarrollo.
Referencias bibliográficas electrónicas
4.      http://www.eumed.net/tesis/2006/erbr/)5.      http://www.elprisma.com/apuntes/administracion_de_empresas/planificacionestrategicafundamentos