"Algo de mis Yo's Puntosuspensivadas (…)" by Brenda G. alias Kamala Telb

Siddharta y Kamala

Palabras de Siddharta a Kamala

"Tú eres como yo, diferente de la mayoría de las personas, eres Kamala y nada más. Dentro de ti hay paz y un refugio a donde puedes ir a cada hora del día. Yo también puedo hacerlo. Poca gente tiene ese asilo y, sin embargo, todos lo podrían tener."

Ujuuum....ASI MISMITO!!

Ujuuum....ASI MISMITO!!

domingo, 20 de abril de 2014

TEATRO: "YO, JUDAS ISCARIOTE (MONÓLOGO TEATRAL)" de Carlos Sáez Echevarría

Enfrenta con "Judas" su primer monólogo

PUBLICADO : 13 Abril



El actor Ulises Rodríguez afirmó que el monólogo "Judas", que se presentará el sábado 19 de abril y domingo 20 en la Sala Experimental Carlos Marichal del Centro de Bellas Artes "Luis A. Ferré" (CBA) en Santurce, "invita a la reflexión y revalorización de la figura de Judas Iscariote".
Afirmó que la puesta en escena está basada en "los hechos y circunstancias de Judas de 'vender' a Jesucristo por solo 30 monedas de plata, de acuerdo con los relatos bíblicos".
"Judas Iscariote ha sido siempre presentado e interpretado tradicionalmente como sinónimo de traición, falsedad y maldad por su connotación negativa que dentro de la cristiandad se ha mantenido sin aún poder borrar ese simbolismo de odio", señaló.
Rodríguez comentó que el monólogo, "si bien se presenta con su afección al dinero y la riqueza, sus miedos y su odio, las enseñanzas vivas de Jesucristo en su conciencia, la violencia implacable de su culpa, el deterioro de su esperanza y su esquiva actitud hacia el arrepentimiento y perdón, acompañado de su desdichado desenlace, no deja de mostrar un Judas humano con la vulnerabilidad y contradicciones que poseemos todos y todas en nuestros tiempos".
Puntualizó que la pieza busca, "provocar en el espectador su autoevaluación y reflexión, a la vez que lo hace el personaje de Judas en un juego escénico donde puedes por momentos ser Jesucristo y por momentos el mismo Judas".
El artista detalló que "es un personaje de una gama de emociones que ha requerido de mucho estudio y discusión entre el director Gary Homs, y yo, convirtiéndose en un colectivo escénico que ha enriquecido la interpretación, la dirección y conceptualización, haciendo de este montaje una presentación con fuerza en la palabra".
"Es de un gran reto actoral que se une a otros en mi carrera, pero este es el primer monólogo que interpreto, lo cual hace este trabajo uno muy especial y, más aún, por ser relacionado a la Semana Mayor que resalta y promueve nuestra fe como cristianos", agregó, a la agencia Inter News Service (INS).
En la ficha técnica se destacan la musicalización e interpretación en vivo por el joven cantautor de 19 años, Gabriel Caro; las proyección de imágenes a cargo de José Negrón, un diseño de luces por Pamela Maldonado, el vestuario Alba Kercadó, maquillaje por Bryan Villarini  y escenografía de Gregorio Barreto y Flor García. 
Las funciones serán a las 6:00 de la tarde, según trascendió. 
Para más información y boletos, puede comunicarse con Ticket Center, 787 792-5000, ó en el CBA de Santurce, 787 620-4444.

Ulises Rodríguez (Foto/Suministrada)


Ver a Ulises Rodríguez en https://www.facebook.com/photo.php?v=736896926342229

  

   YO, JUDAS ISCARIOTE (MONÓLOGO TEATRAL)

                                                Por Carlos Etxeba

(La escena representa un monte arisco con un árbol sobresaliendo sobre un precipicio. Se oyen truenos y relámpagos. Envuelto en una niebla espesa Judas entra en el escenario, huyendo de su culpa. Habla siempre con la inseguridad de una mala conciencia)

JUDAS - ¡Me presenté a los sumos sacerdotes para que cambiaran el veredicto de pena de muerte y no lo han querido hacer! ¡Les he arrojado al suelo el dinero que me dieron por traicionarle! Me bastaba con que le hubieran encarcelado y castigado, para que no extendiera sus ideas.

Lo que yo quería era vencerle. Aniquilar la compasión y destruir el amor. ¡Yo, Judas Iscariote, le he vencido! ¡He aniquilado la compasión y destruido el amor! Como siempre, ha vencido el odio sobre la tierra. ¡No podría ser Hijo de Dios, puesto que no utilizaba la fuerza para realizar sus planes! Todo lo que decía eran mentiras. Todos los milagros tenían que ser puro teatro. Pedro y Juan, sus confidentes, lo tenían que saber. Conmigo nunca quiso tener confidencias. Más le hubiera valido aliarse conmigo y dejarse llevar por mis consejos. Yo le hubiera llevado hasta los celotes de Galilea y allí le hubiéramos proclamado rey, un verdadero rey, para aplastar a los romanos.

Yo he demostrado a todo el mundo que era el ser más indefenso de la creación, el ser más débil de todos. ¡Ha sido todo tan fácil! Se refugiaba en el amor porque le tenía verdadero miedo al odio. ¡He sido más fuerte que él! El odio es la fuerza que mueve los cimientos del universo. Estaba confundido. Su estrategia de extender el amor sobre la tierra era errónea. ¡Otra vez ha triunfado el dinero! ¡He desenmascarado a un falso profeta. ¡Ha sido todo tan fácil!

(Saca del interior de la túnica un puñal )

¡Con este puñal hubiese llegado a matarle, para que no propagase sus ideas!

(Arroja el puñal despectivamente al suelo)

En su inocencia no creía que el dinero es la medida del odio sobre la tierra. ¡Sólo valía treinta monedas de plata! ¡No quisieron pagar más por Él! ¡Módico precio para el Hijo de Dios!

(Ríe de una manera nerviosa e insegura. Entre relámpagos y truenos con grandes efectos luminosos, se escucha la voz de Jesús que desde la cruz dice: "Dios mío, por qué me has abandonado")

Ha perdido su carisma y ha sido un juguete del poder. Está muriendo completamente abandonado de todos. No sabía gobernar. Primeramente hay que saber utilizar sutilmente la política y dirigir a la gente con mano dura, usando las herramientas de la gobernabilidad: el castigo y la venganza. Por eso le traicioné. Su enemigo no era Roma, su enemigo era el diablo, un ser inexistente, y mientras tanto los romanos están oprimiendo al pueblo. Lo único que quería era cambiar la identidad de la raza judía, cambiando nuestras costumbres.

La raza judía tiene que ser una raza dominante, opresora de los demás pueblos, porque si no, al tratarse de un pueblo tan pequeño, nos extinguirían fácilmente. Yo hubiera preferido aliarme con el mismo diablo, para adueñarme de todas las riquezas del mundo y obtener todos los placeres. ¡Este salvador no ha conseguido nada con su predicación! ¡Tanto trabajo para nada!

Ni siquiera se daba cuenta de que yo le robaba constantemente. Le dije con cara de ingenuo que me ofrecía a dirigir la economía del grupo, organizando nuestras estancias y las limosnas por donde pasábamos. Era tan simple que me creyó y me agradeció el ofrecimiento. Desconocía que mi gran pasión era el dinero y que por dinero le vendería también a Él.

Se fiaba enteramente de los demás como un niño sin malicia. Estaba completamente loco. Era el loco más aparentemente cuerdo que he visto en mi vida. El destino de la humanidad está en la violencia del dinero, como hace Roma, la gran prostituta universal, que roba a todo el mundo para imponer su voluntad por la fuerza.

¡Qué locura, querer gobernar por el amor! Yo no le decía nada, cuando pronunciaba sus discursos poéticos sobre un mundo idílico, imaginario, donde las criaturas tienen asegurado el sustento diario necesario para cada día. No sospechaba mis pensamientos, que le espiaba y le robaba constantemente. Yo me reía interiormente de sus teorías simplonas, aunque al exterior aparentaba obedecerle. Pero estas teorías calaban en las gentes y las hipnotizaban.

¡Para qué le ha valido confiar más en Pedro y Juan que en mí! ¿Para qué le ha valido escuchar sus alabanzas? Esos dos también le han abandonado. Aparentaban creer todo lo que les decía. Luego sucedió lo que tenía forzosamente que suceder. Empezó a creerse realmente el Hijo de Dios, sin poseer un ejército que le apoyase contra los enemigos.

Incluso llegó a incitar a los sumos sacerdotes, para que le mataran. ¿Cómo pudo decir delante de todo el mundo que podía reconstruir el templo de Jerusalén en tres días? ¡Atreverse a insultar a los sumos sacerdotes y a los fariseos, poniéndose de parte de los pobres y de los oprimidos!. Esta ingenuidad pueril le ha costado la vida; pero yo he sabido sacar partido de su imbecilidad, aunque solo ha valido treinta monedas de plata!

(Ríe nerviosamente. Entre efectos sonoros y luminosos se oye la voz de Jesús desde la cruz que dice: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen")

¡Esta manía que tenía de perdonar! ¡Mi pueblo no necesita un Mesías perdonador y perdedor! Tenía que morir. El Mesías que esperamos los judíos tiene que ser un Mesías triunfante, que nos libere para siempre del yugo romano.

He de admitir que tenía una extraña personalidad y que podía haber llegado a ser un gran profeta. Si, al menos, hubiera incitado al pueblo contra Roma, yo le habría ayudado. Por eso busqué su compañía. Hubiera sido capaz de luchar  y morir por esta causa; pero muere como un enemigo de los judíos, enemigo de su propio pueblo. Yo informé a los celotes en las montañas de Galilea de que se trataba de un profeta que odiaba la violencia y la utilización de la fuerza. Me contestaron que había que destruirlo, para no confundir al pueblo y para que no siguiese desprestigiando a los fariseos.

Todos sus discípulos eran como yo, unos oportunistas. Mientras vieron que podrían aprovecharse de su prestigio ante el pueblo, le siguieron, aparentando sumisión y obediencia. Se cansaron de seguir a un jefe que se aliaba solo con los pobres, los enfermos y los necesitados.

(Ríe nerviosamente)

Sin embargo todo esto ha sido tan misterioso. Hay algo que no comprendo: Él mismo me mandó que me fuera a hacer lo que tenía que hacer. "Lo que tienes que hacer, hazlo pronto". Tenía prisa por morir.

(Se queda pensativo y preocupado)

Se lo dijo a Juan. Yo se lo oí, cuando le dio el pan mojado con la salsa. Le dijo claramente que yo le iba a traicionar. Se había enterado de todas mis manipulaciones. Me miró con una mirada especial, era como si me mandara hacer la misión más importante de su vida, una misión que no era de este mundo.

(Se pone muy nervioso y anda inquietamente por le escenario, dando muestras de una gran preocupación)

¡Lo sabía todo! Cuando salí del cenáculo, le miré y quedé impresionado por su mirada que me siguió a lo largo de toda la habitación. Nunca me había mirado así. No pude resistir el fuego de aquellos ojos que me hicieron desviar la vista rápidamente, para pasar desapercibido.

Casi me animó a que le traicionara. ¿Por qué no me lo echó en cara? Su terrible mirada me ha inoculado el remordimiento, que se retuerce en mi alma como una serpiente.

(Se pone más nervioso todavía)

Tenía una mente misteriosa, ocultando siempre sus decisiones. ¡Parece que deseaba que yo le traicionara! ¿Por qué lo quería tanto? ¿Cómo pudo leer mis pensamientos? ¡Yo no se lo dije a nadie! ¡Nadie sabía mis manipulaciones!

Nadie supo nunca que yo le robaba y que malgastaba su dinero en los burdeles del vicio. Siempre me cuidé de tenerlo muy oculto; pero Él lo sabía.

(Le entra un estremecimiento nervioso. Se muestra inseguro y pesaroso)

¡Estas tinieblas feroces me está helando las entrañas! ¡Lo sabía todo y nunca me reprochó nada! Había algo misterioso, oculto en su alma. Estaba seguro del triunfo del bien sobre el mal, del triunfo de la luz sobre las tinieblas, del triunfo del amor sobre el odio. Hablaba siempre de la luz de la verdad y de las tinieblas de la falsedad, como si la maldad fuese la ceguera y la bondad lo natural en el ser humano, cuando en la realidad es todo lo contrario.

Según su forma de pensar, estoy manchado con las tinieblas de la mentira, manchado con el crimen de la traición. ¿Será verdad que la dignidad de una persona, solo la da el amor? ¿Será verdad que el amor es la pasión que mueve el universo? ¿Será posible que fuera el verdadero Mesías?

Me acuerdo de sus palabras: "Cuando fuera levantado de la tierra atraeré todas las cosas hacia mí". ¡Creía que su triunfo vendría después de su muerte! ¡Si triunfa, estoy completamente perdido! También dijo: "¡Ay de aquel por el que el Hijo del Hombre será traicionado, más le valiera no haber nacido". ¡Se refería a mí! ¡Se refería a mí!

(Entra en una profunda depresión. Se oyen relámpagos y truenos y el sonido de un terremoto con efectos luminosos sobre el escenario. Se oye la voz de Jesús a lo lejos desde el Gólgota que dice: "Hijo, ahí tienes a tu madre")

Otra vez me atormenta el sonido de su voz. El sol también agoniza. La naturaleza protesta con rayos y truenos por la muerte de un inocente. Me siento miserable. ¿Qué le podré decir a su madre, cuando la vea? ¡Su madre, el ser más infeliz del universo! ¡Cuántas veces me trató como si fuera su  propio hijo! ¿Cómo la voy a mirar a los ojos, para hacerla recordar, cada vez que me vea, la muerte de su hijo? ¿Con qué cara me voy a presentar ante el pueblo, si todo el mundo lo está comentando, si todo el mundo sabe que yo fui el que traicionó con un beso al profeta?

(Se frota los labios desesperadamente con la túnica para limpiarlos)

¡Mi traición ha sido fruto de mi odio y mi odio es el fruto de mi desesperación, algo negativo en mí, un defecto despreciable de mi naturaleza!

(Se vuelve a oír desde lejos la voz de Jesús que dice: "Tengo sed")

Tiene sed, Está explicando cómo se está muriendo, para demostrar después su resurrección. ¡Estas tinieblas en pleno día parecen indicar que hasta la naturaleza se avergüenza de mi traición! ¡Qué pasaría, si resucita, como lo hizo con Lázaro? Yo presencié aquella resurrección, pero el odio y la envidia que le tenía me hicieron juzgarla como preparada y teatral. ¿Y si fue verdadera aquella resurrección? ¿No tenía unos poderes extraños? ¿No he presenciado muchos de sus milagros, algunos incomprensibles para mí?

Si he sido un asesino, ¿dónde me podré esconder para que no me vean? ¿Qué perdón puedo merecer de los demás? ¿Cómo pedirles perdón por haberle matado? ¿Por qué me precipité tanto para traicionarle y no supe contenerme tan solo unos instantes, antes de ocasionar su muerte? ¡Cualquier otro podría haberle entregado! ¡Esta locura de temperamento que tengo no me deja nunca ni un momento de paz con mis arrebatos!

(Se restriega la boca con las manos para limpiársela y se frota al mismo tiempo las manos con la túnica)

¡Esta boca está manchada con el beso que le di y estas manos  están manchadas también con su sangre! ¿Cómo limpiarme estas manchas?

(Se oyen más relámpagos y truenos con efectos luminosos sobre el escenario. Se oye la voz de Jesús a lo lejos en el Gólgota que dice: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen")

No he sabido lo que he hecho. ¡Qué ofuscación más terrible! ¡Me precipité demasiado, al hacerlo! ¿Quién me podrá perdonar? ¡El frío de este horrible día, transformado en noche, me está helando el alma!
 Estoy sucio. Mis manos están sucias. No me he sabido controlar a tiempo. He cometido un crimen horrendo, que nunca podré ocultar. ¡Todo el mundo lo comentará! El maestro me lavó los pies. No pude resistir su mirada, cuando lo hizo. Tuve que cerrar los ojos y mirar a otra parte. Aquel fuego de sus ojos, pidiéndome al mismo tiempo compasión. ¡Se refirió a mí, cuando dijo, que no todos estaban limpios! ¡Quería realmente morir para demostrar que podía resucitar  por ser efectivamente Hijo de Dios!

Me examinaba con una manera misteriosa que tenía de ver las conciencias. Era como si estuviera por encima del bien y del mal, por encima del tiempo. Esa debe ser la única manera de poder comprenderlo todo. ¿Por qué no lo consideré antes? ¡Se cumplirán de esta forma la escrituras! ¡No quiero vivir con esta pesada carga sobre mi conciencia! ¡Tengo que morir! ¡No podré soportar la vida ante los demás!

(Se oye de nuevo la voz de Jesús entre efectos luminosos y acústicos que dice al buen ladrón: "Hoy estarás conmigo en el paraíso)

Hoy entrará en el paraíso y desde allá se vengará de mi traición. No me podré esconder en ninguna parte. Su venganza será terrible. Por eso dijo aquellas palabras: "Ay, de aquel por el cual el Hijo del Hombre será entregado. Más le valiera no haber nacido". ¡Se refería a mí, se refería a mí! Andaré arrastrando mi culpa por el mundo mientras viva. ¡Es el destino de los traidores! Una noche continua  en tinieblas sin ilusiones, ni consuelo!

(Se oye otra vez la voz de Jesús que dice: "Todo se ha cumplido")

¡Dice que se han cumplido las profecías! Esta oscuridad, estas tinieblas tan espesas me están torturando el alma. Lo afirmaba constantemente. Las escrituras se cumplirían de esta manera. Cualquiera podría haberlo entregado para que lo mataran; pero fui yo el que lo hizo. ¡Sólo por treinta monedas de plata! ¿Por qué apresuré tanto a traicionarle y no lo medité antes? ¿Cómo he sido tan irreflexivo? ¡Ya es tarde para volver atrás! Solo me espera el odio y la venganza sobre la tierra. ¡He traicionado a la inocencia, a la verdad, al Hijo del Hombre, al Hijo de Dios! Soy despreciable porque odiaba su perfección, su ecuanimidad, su sabiduría, su paciencia, todas sus grandes virtudes. La fama de mi traición se extenderá por toda la tierra. Me he destruido a mi mismo para siempre. ¡Mi ideal de la violencia y la fuerza eran falsos! ¡No puede haber perdón para mi pecado!

(Otra vez se vuelve a oír la voz de Jesús que dice: "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu)

¡Ha muerto ya! ¡Qué soledad tortura mi alma entre estas tinieblas fatídicas! Ha muerto, pero resucitará y todo lo convertirá en triunfo, tal como aseguró. Iré por le mundo a solas con mi culpa, arrastrando mi pecado, mientras la gente a mi alrededor murmurará, llamándome traidor. ¡Me siento solo y aborrecido sobre la tierra! La oscuridad de mi pecado nunca podrá apagar la luz de su verdad y de su virtud.

Resucitará, como aseguró y vendrá a juzgarme. Al final la luz de su verdad triunfará sobre las tinieblas de mi mentira. ¡Estaba confundido! ¿Qué será de mí? ¿Dónde me podré esconder de mi propia vergüenza? ¡Yo he ayudado a matar al Hijo de Dios, al gran Mesías! Prefiero morir, antes que soportar el peso de mi conciencia. No quiero que me vean y comenten lo que he hecho. La muerte me lo solucionará todo. No quiero pasar por una humillación y desprecio constantes.

¡Me maldecirán. me maldecirán mientras viva! ¡Mi angustia solo podrá terminar con la muerte! ¡Qué me puede deparar ya la vida, manchada con el odio, la mentira y la traición?

(Se dirige al árbol del fondo del escenario y con la cuerda que hace de cinturón se cuelga de él entre los efectos sonoros y luminosos de los truenos y relámpagos. La sombra fatídica del ahorcado se extiende por el fondo del escenario)




                                                       F I N

YO JUDAS ISCARIOTE

https://www.youtube.com/watch?v=nlIJgmsSjNI
Publicado el 17/04/2013
TEATRO DE MARIONETAS
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Etxeba Carlos - Yo Judas Iscariote (teatro) Rtf

BIOGRAFIA: (3754)
Carlos Etxeba (seudónimo de Carlos Sáez Echevarría) es poeta, pintor, actor, autor dramático y políglota. Nació en Bilbao el 10-3-1929. Ha publicado seis libros de poemas y dado recitales poéticos con sus propios poemas tanto en emisoras de radio como en entidades culturales, siendo traducidos sus poemas al italiano. Es fundador de Publicaciones Edertasuna, que se dedica a la publicación de obras dramáticas y de poesía. Ha recibido numerosos premios internacionales. Por su comedia `Una Estrella de Cine`, por su monólogo `La Mala Vida` y su obra de teatro breve `La Crisis del Teatro` fue distinguido en Italia con el Attestato di Merito de la Accademia Ferdinandea y del Periódico Il Messaggero del Sud de Catania, habiendo sido nombrado Accademico Benemerito. Ha recibido el Premio de Teatro Mínimo `Rafael Guerrero` de Chiclana de la Frontera por su otra `Historia mínima de un recién nacido en Mozambique en el año 2000`. Posee numerosos premios de la Accademia Ferdinandea de Italia, como el `U Liotru` y `La Siccula Athenae`, Premio `Catania e il suo Vulcano`, premio `Catania Duomo`, premio `Primavera Catanese`, premios a los que da el autor una significación especial por venir de Italia, un país donde se ha originado gran parte de la cultural mundial. Es colaborador periodístico del Norte Cultural de Argentina y está incluido en el Who is Who International de Cambridge. El día dos de noviembre de l999 leyó su sainete `Música de Piedra` en la Asociación de Autores de Teatro de Madrid, actuando de crítico Patricio Chamizo. El día 6-6-2000 se efectuó una lectura dramatizada de su sainete `El Trabajo Fijo`, de sus monólogos `El Conde Drácula tiene Sida` y `Monólogo Total`, así como de su teatro mínimo `Historia Mínima de un recién nacido en Mozambique en el año 2000` en los salones del Boulevard del Arenal bilbaíno, actuando los actores de la Sociedad Artística Bilbaína, emitiendo un informativo con imágenes del acto el Canal de Televisión ETB-2. En estos mismos salones y dentro del programa del Maratón de las Artes, se han efectuado lecturas dramatizadas de sus sainetes `Música de Piedra` y `Merengue con Coco`, interpretadas por los mismo actores.Su obra dramática LAS MUJERES DE MAHOMA, publicada en el año l.992 en Publicaciones Edertasuna, tiene la característica histórica especial de un tema cultural que hunde sus profundas raíces existenciales en nuestro idioma y en nuestra peculiar idiosincrasia, por más que pretendamos olvidarlo o pasarlo por alto, como de hecho sucede muchas veces.

En el libro `Una Estrella de Cine` abarca un tema de plena actualidad en la realidad española. Los artistas de cine siempre han sido unas de las claves principales para interpretar una sociedad en una de sus vertientes más llamativas: el ocio. Lo que hacen los españoles principalmente en sus momentos de ocio, es contemplar a los artistas de cine, admirarlos y en cierto sentido, procurar imitarlos, ya que dentro de toda admiración va implícita una emulación encubierta.

Ha escrito como dramaturgo las siguientes obras teatrales:
Aspasia o la Liberación de la Mujer (l983)- La Salvación es la Música (l985)- Un Aprendiz de Macarra (l.986)- Las Mujeres de Mahoma (l992) - Una Estrella de Cine (l995) - La Crisis del Teatro (l995) -En el Holding la Masa hasta el amor se traspasa (l997) - La Mala Vida (Monólogo) (l994) - El Amor a los Hijos (l990) - Música de piedra (Sainete) (l998) - Merengue con Coco (Sainete) (l999) El Diván (comedia) (2000) - Monólogo total (2000) - La Cuerda del Reloj (2000) - Historia mínima de una recién nacido en Mozambique en el año 2000

RESEÑA: (35986)
¿Por qué se suicidó Judas Iscariote? Se pretende buscar las razones escondidas en la conciencia de Judas para suicidarse.

viernes, 18 de abril de 2014

(KT-2014) “Séptima Palabra: In Manus Tuas, Domine, commendo spiritum meum” (1988) by YO

Hoy Viernes Santo 2014, a 26 años de haber escrito estas líneas, y haber recorrido muuuuucho camino... continúo "enchulá" de este "Personaje" llamado "EL CRISTO" que me estremece en tooooodos los sentidos. Que cooooosas!! Quién lo diría, ah? Yo tan carnal, tan imperfecta, tan insegura y/o ilusa en tantos aspectos... con mi alias, con mi comprensión particular del cosmos, con mis research contrastantes, en fin con tooooda yo y las Yo's en mí... y sí... continúo enchulá, enchulá, enchulá!... que es lo mismo que enamorada, extasiada, entusiasmada, impresionada, etc. etc. etc.  "En tus Manos Encomiendo Mi Espiritu" y tooooodas mis esencias conocidas, desconocidas, descubiertas, recordadas y recordando!! AMEN! Lo demás... sobra!! (....) Brenda G. alias Kamala Telb

(BG-1988) “Séptima Palabra: In Manus Tuas, Domine, commendo spiritum meum”

by YO

PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU
Por: Brenda M. González Aguirre
Parr. Santa Rosa de Lima
16/abril-Cuaresma 1988

Séptima y última palabra:
“In Manus Tuas, Domine, commendo spiritum meum”.
“Padre en Tus Manos encomiendo mi espíritu.”


[Saludos a Tod@s.  Esto lo escribí hace ya 17 años, justo a mis 17 de edad.  Me parece interesante lanzarme a reflexionar a la 'luz' de mis 34 años actuales el día 10 de marzo de 2005 a las 8:21pm… con el equipaje (o mejor dicho: des-equipaje) adquirido (o mejor dicho: Liberado).  Ciertamente, me doy cuenta que continúo la línea de Confianza Plena de aquel entonces, sin embargo ahora ya no cuestiono en lo absoluto, ahora ... ¡ENTIENDO!  Ahora sí que estoy concientemente juque'á con este chulo personaje llamado Cristo, Jesús, Sananda, Jeshua, Hijo de Dios, Mesías....etc, etc, etc. Comparto con ustedes ésta “Sin Editar” de hace tanto tiempo, para en algún momento hacerles llegar la actualizada.  Mis Respetos.] 


Toda jornada, con una mañana y una noche, es un nacimiento y una muerte; toda decisión, toda aceptación, es una renuncia a algo.  Al final de una jornada, como al final de una vida, todos nuestros pecados, todas nuestras ofensas al Dios de Amor, vuelven a subir del corazón al espíritu.  ¡Que ni la noche ni la muerte, me encuentren sin arrepentimiento!  Sobre todo la muerte, al quitarme el cuerpo, encuentre mi espíritu en tus manos, Señor, habiendo aceptado plenamente el sacrificio de mi vida por amor a Ti, reconociendo que vives en cada uno de mis semejantes porque ésa es la victoria que vence al mundo!


Aún así, Cristo, me pregunto, ¿a quién vas a dedicar la última de tus Siete Palabras que será también la última de tu vida?  Con ella, se sellarán tus labios mortales.  ¿Para quién será ese sello?  ¿Para tu Padre? … ¡Lo siento!  ¿Me dejas decir lo que pienso; me dejas decir la verdad? ¡Lo siento!  Y, por otro lado, lo comprendo, dada la trayectoria que llevaban tus últimas Palabras.  Al ritmo que iban, tenían que desembocar en tu Padre.  Pero repito: ¡lo siento!  Lo siento porque perdiste la última oportunidad.  Sigues anticuado, Cristo.  Con una mentalidad oxidada.  La última palabra ya no se dedica como antes a tu Padre.  La última palabra -y todas- la gente moderna las dedicamos a nuestros hermanos los hombres, sobre todo a los oprimidos, a los explotados, a los subdesarrollados.  Pero no a tu Padre.  ¿Para qué necesita tu Padre, allá en los cielos, la ofrenda de tu última Palabra?  En cambio a tus hermanos los hombres se la debías en justicia; los habrías conquistado.  Habrías ganado prestigio y popularidad, acercándote a ellos, regalándoles el detalle de tu última Palabra en la Cruz.  Pero ya vemos, Cristo, que tú tienes verdadera obsesión con tu Padre.  Empezaste las siete Palabras hablando con Él y en Sus Manos colocas, con tu espíritu, tu última Palabra.  Las Siete, que son tu Testamento, transcurren en un diálogo entrañable y filial con tu Padre.  Oras a tu Padre.  Le pides que nos perdone.  Te quejas a tu Padre.  Le preguntas a tu Padre.  Te abandonas en tu Padre.  De tu Padre viniste y a tu Padre retornas después de haber cumplido, día a día, durante toda tu vida, la Voluntad de tu Padre.  Por eso le dedicas la última Palabra.  Claro que esta vinculación amorosa a tu Padre, no la improvisas ahora, de pronto, en el Calvario, entre fracasos y dolores, ante la muerte.  Ésa fue la tónica y el aire de tu vida.  Fue tu obsesión: “Las cosas de mi Padre.”; “La Voluntad de mi Padre.”; “La hora de mi Padre.”; “Eso lo sabe mi Padre.”; “Mi Padre decidirá.”; “Quien me ve a mí, ve al Padre.”; “Cuando lo diga mi Padre.”; “La casa de mi Padre.”; “Tú ya lo sabes, Padre.”; “Tú siempre me escuchas, Padre.”; “Padre nuestro que estás en los cielos…” (…)


Estabas en contínua comunicación con Él.  Sin cerrar jamás la conexión: en hilo directo.  Eras la Palabra del Padre, el espejo del Padre.  Pero, siento decírtelo, Cristo, ya que se trata de algo tan entrañable para ti: esa mentalidad tuya está un tanto o bastante superada por ineficaz, porque no nos dice nada.


Hemos conservado de ti una sola cosa: la obsesión.  Pero hemos cambiado el objeto.  Tú estabas obsesionado con tu Padre; nosotros estamos obsesionados con los hombres.  Tú estás vinculado a tu Padre por la plegaria y el diálogo entrañable; nosotros estamos vinculados a los hombres por la actividad y la organización eficiente y práctica.  Hemos roto con el Padre y con la oración: no los necesitamos.  Nos hemos volcado en una torrente de actividad social hacia los hombres.  Para esta obsesión terrestre económica y cultural no es necesario el Padre ni la oración ni Tú, Cristo: para esto nos bastamos solos los hombres.  Es evidente.  ¿Orar?  ¿Rezar como Tú al Padre?  ¡Ridículo!  ¡Inútil!  Hoy nadie reza, y tienen razón.  La oración no vale para nada. ¿Qué se saca en limpio de la plegaria en el mundo moderno?  ¡Nada! 


Hoy, Cristo, la consigna no es orar sino actuar, hacer, realizar.  Los hombres no necesitan de su oración; la humanidad reclama sus obras.  En lugar de visitar a Cristo en el Sagrario de una Iglesia o adorar a Dios en el culto, visite usted a un pobre o a un enfermo.  En vez de andar comulgando tanto o hincándose de rodillas en el templo, consiga pan para que coman los hambrientos.  En vez de hacer media hora de oración dialogando con su Padre Dios, invierta esa media hora en dialogar con los hombres sobre promoción social y económica.  Será más positivo.  Esto es lo que exigen hoy, Cristo, los signos de los tiempos.  Tu clima evangélico de oración, ya no se usa.  En el evangelio moderno ya no está la palabra oración.  En su lugar se ha escrito otra palabra: Entrega, Compromiso: “Usted, comprométase y entréguese al máximo, sin dudar ni negar nada.  Hasta las últimas consecuencias.  Hasta la suprema donación.  Así incondicionalmente; pero entréguese a los demás que lo reclaman y a quienes se debe en verdad y justicia.  No a Dios que no lo necesita a usted." 


Pero resulta, Jesucristo, que Tú siendo el Hombre de la oración obsesiva y del recurso incesante al Padre, fuiste al mismo tiempo el Hombre de la máxima entrega y del más generoso compromiso.  Nadie más comprometido que Tú.  Nadie podrá nunca superarte en generosidad y entrega a los demás.  Viviste para los hombres sin dudar y sin quejarte de nada.  Sacrificaste tu vida por amor a los hombres hasta morir ahora en una CRUZ.  Y dentro de unos momentos, cuando cierres los ojos y dobles la cabeza, un soldado te partirá el corazón de un lanzazo y por la herida saldrán las últimas gotas de sangre que te quedaban dentro.  Todo esto para acabar de entregarlo todo.  Sin reservarte nada.  Aún así no dejaste de orar.  No cortaste la comunicación directa, entrañable y filial con tu Padre.  Sabemos que tu muerte es un sacrificio en sentido propio.  Sabemos que para Ti no se trataba de evitar la muerte sino de afrontarla; le pides al Padre no te conserve con un soplo de vida sino, al contrario, que tome tu alma inmortal.  Ahora es necesario que arranques tu propia alma, viva, de un cuerpo desgarrado, con una decisión violenta de la voluntad.  Así, en el momento de entrar en la muerte, Jesús, que es Dios, entrega su propio Espíritu, su Alma creada inmortal, a su Padre Dios.  Eres el Hombre del Supremo Compromiso.  Y eres el Hombre de la contínua Oración.  No se pueden separar en Ti estas dos realidades.  ¿Por qué nosotros enfrentamos y separamos estas realidades haciéndolas irreconocibles, frenándolas de nuestra actividad y entrega, un estorbo?  ¿Por qué si a Ti la una no te impedía la otra?  ¿Si a Ti, la oración no te estorbaba ni te frenaba?  Al contrario, tomabas vuelo y fuerza con la oración al Padre para luego entregarte con mayor plenitud y empuje a tus hermanos los hombres.  Somos nosotros los que separamos y hacemos incompatibles estas dos realidades supremas.  Somos los que llevamos a una falsa y peligrosa contrariedad, la oración a Dios y la entrega a los demás, la caridad y la plegaria.  No es una oposición de términos que obliga a decidir u optar por uno solo -o rezas o actúas-, sino que es la suma, la interacción de dos factores que se necesitan, se complementan y se perfeccionan en una maravillosa, auténtica y plena unión: “Reza y entrégate.”; “Oración y Compromiso.”  Se ora para entregarse, y se entrega porque se ora. De tal modo que ninguno de los dos términos puede subsistir solo en una exclusión del otro.  Es la síntesis o conclusión suprema que Tú realizas en el Testamento de tus Siete Palabras: la máxima entrega de tu vida en un diálogo vital con tu Padre.  Desde que Tú viniste a morir en una cruz, la entrega inicial a Dios.


Nuestra vida cristiana supone entrega inicial a Dios.  Nuestra vida cristiana es un triángulo con tres vértices: Cristo, Yo, Mi Hermano.  Mi Hermano es un espejo que copia, repite y reproduce vitalmente al mismo Cristo.  Por eso cuando más ame yo a Cristo, más me volcaré en mi hermano, porque es también Cristo.  Y me lanzo de Cristo a mi hermano, y regreso de mi Hermano a Cristo, en un juego de ida y vuelta para retornar con más fuerza a mi hermano.  Sin llegar a saber al final si amo más a Cristo que se copia en mi hermano, o a mi hermano que reproduce a Cristo.  Viniste del Padre a entregarte a los hombres; y en breves momentos regresarás al Padre, llevándole a todos los hombres en tu corazón.


Cristo: el hombre más comprometido de la historia.  Tu fidelidad al compromiso te ha llevado hasta la última consecuencia: la muerte.  Tú lo dijiste: “Nadie ama más, que aquel que da la vida por los amigos.”; “Yo doy mi vida y la tomo de nuevo.”; “Nadie me la quita, sino que la doy yo por mí mismo.”; “Tengo el poder de darla y el poder de tomarla.” (Jn. 10, 17-18)  Y vas a completar tu misión y cumplir lo que dijiste, muriendo en la cruz.  Pero mueres rezando.  No te cansas de rezar.  Y la última palabra del hombre más entregado y comprometido fue una oración filial: “Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu."


Hermanos: Cristo acaba de morir.  Después de su última palabra, callaron sus labios y se cerraron sus oídos.  Ya no habla, ya no oye, ya no podemos hablarle; sólo, contemplarle.  Acaba de bajar la cabeza.  La cabeza más bella y más clarividente; la cabeza de Cristo, sede suprema de la máxima sabiduría, se ha inclinado ante la muerte.  Cristo ha bajado la cabeza ante el Padre.  Su último gesto, nuestro testamento.  Gesto misterioso que todos heredamos y que todos, queramos o no, cumpliremos.  Todos terminaremos bajando la cabeza ante la muerte.  De esto no escapamos aunque hayamos creído tener la mayor sabiduría, y aunque nuestra soberbia se rebele.  Y ya antes, a lo largo de nuestra vida, aunque no lo queramos reconocer ni aceptar, hemos ido bajando la cabeza poco a poco a causa de los dolores, las injusticias, los fracasos, las enfermedades, los años, las desilusiones,...

Señor, puesto que hemos de bajar la cabeza, permite que como Tú, lo hagamos por y con amor.  Con la aceptación salvadora y redentora de la entrega.  Que nuestra débil y pobre e inclinada cabeza, rota por la vida y humillada por la muerte, descanse amorosa y filialmente, como la Tuya, Cristo, en el regazo de tu Padre.  De nuestro Padre.  “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu.”  Pero encomendar nuestro espíritu viéndolo con una profundidad de humanidad, una pureza, un éxtasis, una alegría que nos haga encontrar la idea creadora escondida en el seno de cada ser.

Amén.

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 Reposición 10 de marzo de 2005 a las 8:21pm

jueves, 17 de abril de 2014

BIOGRAFIA: Gabriel Garcia Márquez "El Gabo" (6marzo1927 a 17abril2014-RIP)

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Gabriel García Márquez
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Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció como niño único entre sus abuelos maternos y sus tías, pues sus padres, el telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, se fueron a vivir, cuando Gabriel sólo contaba con cinco años, a la población de Sucre, donde don Gabriel Eligio montó una farmacia y donde tuvieron a la mayoría de sus once hijos.
Los abuelos eran dos personajes bien particulares y marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuela, se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad. Entre sus tías la que más lo marcó fue Francisca, quien tejió su propio sudario para dar fin a su vida.
Gabriel García Márquez aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se enamoró: fue la primera mujer que lo perturbó. Cada vez que se le acercaba, le daban ganas de besarla: le inculcó el gusto de ir a la escuela, sólo por verla, además de la puntualidad y de escribir una cuartilla sin borrador.

Gabriel García Márquez
En ese colegio permaneció hasta 1936, cuando murió el abuelo y tuvo que irse a vivir con sus padres al sabanero y fluvial puerto de Sucre, de donde salió para estudiar interno en el colegio San José, de Barranquilla, donde a la edad de diez años ya escribía versos humorísticos. En 1940, gracias a una beca, ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá, una experiencia realmente traumática: el frío del internado de la Ciudad de la Sal lo ponía melancólico, triste. Permaneció siempre con un enorme saco de lana, y nunca sacaba las manos por fuera de sus mangas, pues le tenía pánico al frío.
Sin embargo, a las historias, fábulas y leyendas que le contaron sus abuelos, sumó una experiencia vital que años más tarde sería temática de la novela escrita después de recibir el premio Nobel: el recorrido del río Magdalena en barco de vapor. En Zipaquirá tuvo como profesor de literatura, entre 1944 y 1946, a Carlos Julio Calderón Hermida, a quien en 1955, cuando publicó La hojarasca, le obsequió con la siguiente dedicatoria: "A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera". Ocho meses antes de la entrega del Nobel, en la columna que publicaba en quince periódicos de todo el mundo, García Márquez declaró que Calderón Hermida era "el profesor ideal de Literatura".
En los años de estudiante en Zipaquirá, Gabriel García Márquez se dedicaba a pintar gatos, burros y rosas, y a hacer caricaturas del rector y demás compañeros de curso. En 1945 escribió unos sonetos y poemas octosílabos inspirados en una novia que tenía: son uno de los pocos intentos del escritor por versificar. En 1946 terminó sus estudios secundarios con magníficas calificaciones.
Estudiante de leyes
En 1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional, donde tuvo como profesor a Alfonso López Michelsen y donde se hizo amigo de Camilo Torres Restrepo. La capital del país fue para García Márquez la ciudad del mundo (y las conoce casi todas) que más lo impresionó, pues era una ciudad gris, fría, donde todo el mundo se vestía con ropa muy abrigada y negra. Al igual que en Zipaquirá, García Márquez se llegó a sentir como un extraño, en un país distinto al suyo: Bogotá era entonces "una ciudad colonial, (...) de gentes introvertidas y silenciosas, todo lo contrario al Caribe, en donde la gente sentía la presencia de otros seres fenomenales aunque éstos no estuvieran allí".
El estudio de leyes no era propiamente su pasión, pero logró consolidar su vocación de escritor, pues el 13 de septiembre de 1947 se publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el suplemento Fin de Semana, nº 80, de El Espectador, dirigido por Eduardo Zalamea Borda (Ulises), quien en la presentación del relato escribió que García Márquez era el nuevo genio de la literatura colombiana; las ilustraciones del cuento estuvieron a cargo de Hernán Merino. A las pocas semanas apareció un segundo cuento: Eva está dentro de un gato.
En la Universidad Nacional permaneció sólo hasta el 9 de abril de 1948, pues, a consecuencia del "Bogotazo", la Universidad se cerró indefinidamente. García Márquez perdió muchos libros y manuscritos en el incendio de la pensión donde vivía y se vio obligado a pedir traslado a la Universidad de Cartagena, donde siguió siendo un alumno irregular. Nunca se graduó, pero inició una de sus principales actividades periodísticas: la de columnista. Manuel Zapata Olivella le consiguió una columna diaria en el recién fundado periódico El Universal.
El Grupo de Barranquilla
A principios de los años cuarenta comenzó a gestarse en Barranquilla una especie de asociación de amigos de la literatura que se llamó el Grupo de Barranquilla; su cabeza rectora era don Ramón Vinyes. El "sabio catalán", dueño de una librería en la que se vendía lo mejor de la literatura española, italiana, francesa e inglesa, orientaba al grupo en las lecturas, analizaba autores, desmontaba obras y las volvía a armar, lo que permitía descubrir los trucos de que se servían los novelistas. La otra cabeza era José Félix Fuenmayor, que proponía los temas y enseñaba a los jóvenes escritores en ciernes (Álvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas, entre otros) la manera de no caer en lo folclórico.
Gabriel García Márquez se vinculó a ese grupo. Al principio viajaba desde Cartagena a Barranquilla cada vez que podía. Luego, gracias a una neumonía que le obligó a recluirse en Sucre, cambió su trabajo en El Universal por una columna diaria en El Heraldo de Barranquilla, que apareció a partir de enero de 1950 bajo el encabezado de "La girafa" y firmada por "Septimus".

Con su hijo y su esposa
En el periódico barranquillero trabajaban Cepeda Samudio, Vargas y Fuenmayor. García Márquez escribía, leía y discutía todos los días con los tres redactores; el inseparable cuarteto se reunía a diario en la librería del "sabio catalán" o se iba a los cafés a beber cerveza y ron hasta altas horas de la madrugada. Polemizaban a grito herido sobre literatura, o sobre sus propios trabajos, que los cuatro leían. Hacían la disección de las obras de Defoe, Dos Passos, Camus, Virginia Woolf y William Faulkner, escritor este último de gran influencia en la literatura de ficción de América Latina y muy especialmente en la de García Márquez, como él mismo reconoció en su famoso discurso "La soledad de América Latina", que pronunció con motivo de la entrega del premio Nobel en 1982: William Faulkner había sido su maestro. Sin embargo, García Márquez nunca fue un crítico, ni un teórico literario, actividades que, además, no son de su predilección: él prefirió y prefiere contar historias.
En esa época del Grupo de Barranquilla, García Márquez leyó a los grandes escritores rusos, ingleses y norteamericanos, y perfeccionó su estilo directo de periodista, pero también, en compañía de sus tres inseparables amigos, analizó con cuidado el nuevo periodismo norteamericano. La vida de esos años fue de completo desenfreno y locura. Fueron los tiempos de La Cueva, un bar que pertenecía al dentista Eduardo Vila Fuenmayor y que se convirtió en un sitio mitológico en el que se reunían los miembros del Grupo de Barranquilla a hacer locuras: todo era posible allí, hasta las trompadas entre ellos mismos.
También fue la época en que vivía en pensiones de mala muerte, como El Rascacielos, edificio de cuatro pisos, ubicado en la calle del Crimen, que alojaba también un prostíbulo. Muchas veces no tenía el peso con cincuenta para pasar la noche; entonces le daba al encargado sus mamotretos, los borradores de La hojarasca, y le decía: "Quédate con estos mamotretos, que valen más que la vida mía. Por la mañana te traigo plata y me los devuelves".
Los miembros del Grupo de Barranquilla fundaron un periódico de vida muy fugaz, Crónica, que según ellos sirvió para dar rienda suelta a sus inquietudes intelectuales. El director era Alfonso Fuenmayor, el jefe de redacción Gabriel García Márquez, el ilustrador Alejandro Obregón, y sus colaboradores fueron, entre otros, Julio Mario Santo domingo, Meira del Mar, Benjamín Sarta, Juan B. Fernández y Gonzalo González.
Periodismo y literatura
A principios de 1950, cuando ya tenía muy adelantada su primera novela, titulada entonces La casa, acompañó a doña Luisa Santiaga al pequeño, caliente y polvoriento Aracataca, con el fin de vender la vieja casa en donde él se había criado. Comprendió entonces que estaba escribiendo una novela falsa, pues su pueblo no era siquiera una sombra de lo que había conocido en su niñez; a la obra en curso le cambió el título por La hojarasca, y el pueblo ya no fue Aracataca, sino Macondo, en honor de los corpulentos árboles de la familia de las bombáceas, comunes en la región y semejantes a las ceibas, que alcanzan una altura de entre treinta y cuarenta metros.
En febrero de 1954 García Márquez se integró en la redacción de El Espectador, donde inicialmente se convirtió en el primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego en brillante cronista y reportero. El año siguiente apareció en Bogotá el primer número de la revista Mito, bajo la dirección de Jorge Gaitán Durán.
Duró sólo siete años, pero fueron suficientes, por la profunda influencia que ejerció en la vida cultural colombiana, para considerar que Mito señala el momento de la aparición de la modernidad en la historia intelectual del país, pues jugó un papel definitivo en la sociedad y cultura colombianas: desde un principio se ubicó en la contemporaneidad y en la cultura crítica. Gabriel García Márquez publicó dos trabajos en la revista: un capítulo deLa hojarasca, el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo (1955), y El coronel no tiene quien le escriba(1958). En realidad, el escritor siempre ha considerado que Mito fue trascendental; en alguna ocasión dijo a Pedro Gómez Valderrama: "En Mito comenzaron las cosas".
En ese año de 1955, García Márquez ganó el primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas; publicó La hojarasca y un extenso reportaje, por entregas, Relato de un náufrago, el cual fue censurado por el régimen del general Gustavo Rojas Pinilla, por lo que las directivas de El Espectador decidieron que Gabriel García Márquez saliera del país rumbo a Ginebra, para cubrir la conferencia de los Cuatro Grandes, y luego a Roma, donde el papa Pío XII aparentemente agonizaba. En la capital italiana asistió, por unas semanas, al Centro Sperimentale di Cinema.
Rondando por el mundo
Cuatro años estuvo ausente de Colombia. Vivió una larga temporada en París, y recorrió Polonia y Hungría, la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Continuó como corresponsal de El Espectador, aunque en precarias condiciones, pues si bien escribió dos novelas, El coronel no tiene quien le escriba yLa mala hora, vivía pobre a morir, esperando el giro mensual que El Espectador debía enviar pero que demoraba debido a las dificultades del diario con el régimen de Rojas Pinilla. Esta situación se refleja en El coronel, donde se relata la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil Días aguardando la carta oficial que había de anunciarle la pensión de retiro a que tiene derecho. Además, fue corresponsal de El Independiente, cuando El Espectador fue clausurado por la dictadura, y colaboró también con la revista venezolana Élite y la colombianísima Cromos.
Su estancia en Europa le permitió a García Márquez ver América Latina desde otra perspectiva. Le señaló las diferencias entre los distintos países latinoamericanos, y tomó además mucho material para escribir cuentos acerca de los latinos que vivían en la ciudad luz. Aprendió a desconfiar de los intelectuales franceses, de sus abstracciones y esquemáticos juegos mentales, y se dio cuenta de que Europa era un continente viejo, en decadencia, mientras que América, y en especial Latinoamérica, era lo nuevo, la renovación, lo vivo.
A finales de 1957 fue vinculado a la revista Momento y viajó a Venezuela, donde pudo ser testigo de los últimos momentos de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. En marzo de 1958, contrajo matrimonio en Barranquilla con Mercedes Barcha, unión de la que nacieron dos hijos: Rodrigo (1959), bautizado en la Clínica Palermo de Bogotá por Camilo Torres Restrepo, y Gonzalo (1962). Al poco tiempo de su matrimonio, de regreso a Venezuela, tuvo que dejar su cargo en Momento y asumir un extenuante trabajo en Venezuela Gráfica, sin dejar de colaborar ocasionalmente en Élite.
Pese a tener poco tiempo para escribir, su cuento Un día después del sábado fue premiado. En 1959 fue nombrado director de la recién creada agencia de noticias cubana Prensa Latina. En 1960 vivió seis meses en Cuba y al año siguiente fue trasladado a Nueva York, pero tuvo grandes problemas con los cubanos exiliados y finalmente renunció. Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a México. No sobra decir que, luego de esa estadía en Estados Unidos, el gobierno de ese país le denegó el visado de entrada, porque, según las autoridades, García Márquez estaba afiliado al partido comunista. Sólo en 1971, cuando la Universidad de Columbia le otorgó el título de doctor honoris causa, le dieron un visado, aunque condicionado.

Con el poeta cubano Eliseo Diego
Recién llegado a México, donde García Márquez ha vivido muchos años de su vida, se dedicó a escribir guiones de cine y durante dos años (1961-1963) publicó en las revistas La Familia y Sucesos, de las cuales fue director. De sus intentos cinematográficos el más exitoso fue El gallo de oro (1963), basado en un cuento del mismo nombre escrito por Juan Rulfo, y que García Márquez adaptó con el también escritor Carlos Fuentes. El año anterior había obtenido el premio Esso de Novela Colombiana con La mala hora.
La consagración
Un día de 1966 en que se dirigía desde Ciudad de México al balneario de Acapulco, Gabriel García Márquez tuvo la repentina visión de la novela que durante 17 años venía rumiando: consideró que ya la tenía madura, se sentó a la máquina y durante 18 meses seguidos trabajó ocho y más horas diarias, mientras que su esposa se ocupaba del sostenimiento de la casa.
En 1967 apareció Cien años de soledad, novela cuyo universo es el tiempo cíclico, en el que suceden historias fantásticas: pestes de insomnio, diluvios, fertilidad desmedida, levitaciones... Es una gran metáfora en la que, a la vez que se narra la historia de las generaciones de los Buendía en el mundo mágico de Macondo, desde la fundación del pueblo hasta la completa extinción de la estirpe, se cuenta de manera insuperable la historia colombiana desde después del Libertador hasta los años treinta del presente siglo. De ese libro Pablo Neruda, el gran poeta chileno, opinó: "Es la mejor novela que se ha escrito en castellano después del Quijote". Con tan calificado concepto se ha dicho todo: el libro no sólo es laopus magnum de García Márquez, sino que constituye un hito en Latinoamérica, como uno de los libros que más traducciones tiene, treinta idiomas por lo menos, y que mayores ventas ha logrado, convirtiéndose en un verdadero bestseller mundial.
Después del éxito de Cien años de soledad, García Márquez se estableció en Barcelona y pasó temporadas en Bogotá, México, Cartagena y La Habana. Durante las tres décadas transcurridas, ha escrito cuatro novelas más, se han publicado tres volúmenes de cuentos y dos relatos, así como importantes recopilaciones de su producción periodística y narrativa.

En una imagen tomada en Bogotá, 1972
Varios elementos marcan ese periplo: se profesionalizó como escritor literario, y sólo después de casi 23 años reanudó sus colaboraciones en El Espectador. En 1985 cambió la máquina de escribir por el computador. Su esposa Mercedes Barcha siempre ha colocado un ramo de rosas amarillas en su mesa de trabajo, flores que García Márquez considera de buena suerte. Un vigilante autorretrato de Alejandro Obregón, que el pintor le regaló y que quiso matar en una noche de locos con cinco tiros del calibre 38, preside su estudio. Finalmente, dos de sus compañeros periodísticos, Álvaro Cepeda Samudio y Germán Vargas Cantillo, murieron, cumpliendo cierta predicción escrita en Cien años de soledad.
Premio Nobel de Literatura
En la madrugada del 21 de octubre de 1982, García Márquez recibió en México una noticia que hacía ya mucho tiempo esperaba por esas fechas: la Academia Sueca le otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura. Por ese entonces se hallaba exiliado en México, pues el 26 de marzo de 1981 había tenido que salir de Colombia, ya que el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta vinculación con el movimiento M-19 y porque durante cinco años había mantenido la revista Alternativa, de corte socialista.
La concesión del Nobel fue todo un acontecimiento cultural en Colombia y Latinoamérica. El escritor Juan Rulfo opinó: "Por primera vez después de muchos años se ha dado un premio de literatura justo". La ceremonia de entrega del Nobel se celebró en Estocolmo, los días 8, 9 y 10 de diciembre; según se supo después, disputó el galardón con Graham Greene y Gunther Grass.
Dos actos confirmaron el profundo sentimiento latinoamericano de García Márquez: a la entrega del premio fue vestido con un clásico e impecable liquiliqui de lino blanco, por ser el traje que usó su abuelo y que usaban los coroneles de las guerras civiles, y que seguía siendo de etiqueta en el Caribe continental. Con el discurso "La soledad de América Latina" (que leyó el miércoles 8 de diciembre de 1982 ante la Academia Sueca en pleno y ante cuatrocientos invitados y que fue traducido simultáneamente a ocho idiomas), intentó romper los moldes o frases gastadas con que tradicionalmente Europa se ha referido a Latinoamérica, y denunció la falta de atención de las superpotencias por el continente. Dio a entender cómo los europeos se han equivocado en su posición frente a las Américas, y se han quedado tan sólo con la carga de maravilla y magia que se ha asociado siempre a esta parte del mundo. Sugirió cambiar ese punto de vista mediante la creación de una nueva y gran utopía, la vida, que es a su vez la respuesta de Latinoamérica a su propia trayectoria de muerte.
El discurso es una auténtica pieza literaria de gran estilo y de hondo contenido americanista, una hermosa manifestación de personalidad nacionalista, de fe en los destinos del continente y de sus pueblos. Confirmó asimismo su compromiso con Latinoamérica, convencido desde siempre de que el subdesarrollo total, integral, afecta todos los elementos de la vida latinoamericana. Por lo tanto, los escritores de esta parte del mundo deben estar comprometidos con la realidad social total.
Con motivo de la entrega del Nobel, el gobierno colombiano, presidido por Belisario Betancur, programó una vistosa presentación folclórica en Estocolmo. Además, adelantó una emisión de sellos con la efigie de García Márquez dibujada por el pintor Juan Antonio Roda, con diseño de Dickens Castro y texto de Guillermo Angulo, a propósito de la cual el Nobel colombiano expresó: "El sueño de mi vida es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor".
Desde que se conoció la noticia de la obtención del ambicionado premio, el asedio de periodistas y medios de comunicación fue permanente y los compromisos se multiplicaron. Sin embargo, en marzo de 1983 Gabo regresó a Colombia. En Cartagena lo esperaban doña Luisa Santiaga Márquez de García, en su casa del Callejón de Santa Clara, en el tradicional barrio de Manga, con un suculento sancocho de tres carnes (salada, cerdo y gallina) y abundante dulce de guayaba.
Después del Nobel, García Márquez se ratificó como figura rectora de la cultura nacional, latinoamericana y mundial. Sus conceptos sobre diferentes temas ejercieron fuerte influencia. Durante el gobierno de César Gaviria Trujillo (1990-1994), junto con otros sabios como Manuel Elkin Patarroyo, Rodolfo Llinás y el historiador Marco Palacios, formó parte de la comisión encargada de diseñar una estrategia nacional para la ciencia, la investigación y la cultura. Pero, quizás, una de sus más valientes actitudes ha sido el apoyo permanente a la revolución cubana y a Fidel Castro, la defensa del régimen socialista impuesto en la isla y su rechazo al bloqueo norteamericano, que ha servido para que otros países apoyen de alguna manera a Cuba y que ha evitado mayores intervenciones de los estadounidenses.
Tras años de silencio, en 2002 García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de su vida. La publicación de esta obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la primera edición (un millón de ejemplares) en todos los países hispanohablantes. En 2004 vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes.

Tomado de: http://www.biografiasyvidas.com/reportaje/garcia_marquez/

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Biografía


Con su hijo, Gonzalo, y su exposa, Mercedes (Gamma-Liaison)


      Gabriel José García Márquez  nació en Aracataca (Colombia) en 1928. Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió acceder al periodismo. Inmediatamente después del "Bogotazo" (el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, las posteriores manifestaciones y la brutal represión de las mismas), comenzaron sus colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el mes de marzo de ese mismo año por Domingo López Escauriaza. 

      Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia  fue alumno del Centro experimental de cinematografía. Durante su estancia en Sucre (donde había acudido por motivos de salud), entró en contacto con el grupo de intelectuales de Barranquilla, entre los que se contaba Ramón Vinyes, ex propietario de una librería que habría de tener una notable influencia en la vida intelectual de los años 1910-20, y a quien se le conocía con el apodo de "el Catalán" -el mismo que aparecerá en las últimas páginas de la obra más célebre del escritor,Cien años de soledad (1967). Desde 1953 colabora en el periódico de Barranquilla El nacional: sus columnas revelan una constante preocupación expresiva y una acendrada vocación de estilo que refleja, como él mismo confesará, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Su carrera de escritor comenzará con una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. Tres personajes, representantes de tres generaciones distintas, desatan -cada uno por su cuenta- un monólogo interior centrado en la muerte de un médico que acaba de suicidarse. En el relato aparece la premonitoria figura de un viejo coronel, y "la hojarasca" es el símbolo de la compañía bananera, elementos ambos que serían retomados por el autor en obras sucesivas.  
      
En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya  los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una soledad devastadora, a penas si compartida por su mujer, un gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y... la miseria. El estilo lacónico, áspero y breve, produce unos resultados sumamente eficaces. En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en total- bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publica su novela La mala hora.  
      
Pero toda la obra anterior a Cien años de soledad es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela. En efecto, muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado  al ser integrados en Cien años de soledad. En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. Macondo podría representar cualquier pueblo, o mejor, toda Hispanoamérica: a través de la narración, asistimos a su fundación, a su desarrollo, a la explotación bananera norteamericana, a las revoluciones, a las contrarrevoluciones... En suma, una síntesis novelada de la historia de las tierras latinoamericanas. En un plano aún más amplio puede verse como una parábola de cualquier civilización, de su nacimiento a su ocaso.  
      
Tras este libro, el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría su novela preferida:  El otoño del patriarca (1975), una historia turbia y cargada de tintes visionarios acerca del absurdo periplo de un dictador solitario y grotesco. Albo más tarde,  publicaría los cuentos La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1977), y Crónica de una muerte anunciada (1981), novela breve basada en un suceso real de amor y venganza que adquiere dimensiones de leyenda, gracias a un desarrollo narrativo de una precisión y una intensidad insuperables. Su siguiente gran obra, El amor en los tiempos del cólera, se publicó en 1987: se trata de una historia de amor que atraviesa los tiempos y las edades, retomando el estilo mítico y maravilloso. Una originalísima y gran novela de amor, que revela un profundo conocimiento del corazón humano. Pero es mucho más que eso, debido a la multitud de episodios que se entretejen con la historia central, y en los que brilla hasta lo increíble la imaginación del autor. 
      
En 1982 le había sido concedido, no menos que merecidamente, el Premio Nobel de Literatura. Una vez concluida su anterior novela vuelve al reportaje con Miguel Littin, clandestino en Chile (1986), escribe un texto teatral, Diatriba de amor para un hombre sentado (1987), y recupera el tema del dictador latinoamericano en El general en su laberinto (1989), e incluso agrupa algunos relatos desperdigados bajo el título Doce cuentos peregrinos (1992). Nuevamente, en sus últimas obras, podemos apreciar la conjunción de la novela amorosa y sentimental con el reportaje: así en Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1997). Ha publicado también libros de crónicas, guiones cinematográficos y varios volúmenes de recopilación de sus artículos periodísticos: Textos costeñosEntre cachacosEuropa y América y Notas de prensa.  
      
Recientemente, la editorial Alfaguara ha publicado una completa biografía de Gabriel García Márquez, Viaje a la semilla, de Dasso Saldívar. Finalmente, a quien le interese la voz directa de García Márquez, podrá consultar el libro de entrevistas El olor de la papaya (1982). O, mejor aún, los sucesivos tomos que constituirían la extensa autobiografía del autor, Vivir para contarlo, cuyo ejercicio, según el propio García Márquez constituye, básicamente, una garantía para mantener "el brazo caliente" entre dos  novelas. 

Tomado de: http://www.mundolatino.org/cultura/garciamarquez/ggm1.htm